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Y de vuelta en Metrópolis...

La incertidumbre era notable en los rostros de cada habitante de la ciudad, la cual desgraciadamente había caído en las garras de la oscuridad dejándolo de esta forma sumamente vulnerable ante los ataques de cualquiera, y en éste caso de Taeyong quien tarde o temprano volvería a pisar aquella urbe para el inicio de su anhelada conquista.

Ni siquiera su dirigente político tenía idea de qué hacer, porque la situación era irreversible y simplemente debían prepararse para lo que se acercaba a pasos agigantados. Y se sentía peor al saber que su persona, fue una de las responsables de llevar a Metrópolis a su perdición e inclusive causarle la muerte al amor de su vida, Moon Taeil. 

John Seo, se hallaba en sus oficinas de la renovada alcaldía mientras observaba a través de los distintos medios de comunicación el caos que se presentaba en las distintas calles y avenidas de Metrópolis. Se estaban llevando a cabo también un sinnúmero de protestas en contra de su gestión de gobierno, al tacharlo de corrupto y desinteresado por la seguridad de la nación.

Además de que también, lo culpaban e insultaban su decisión de eliminar la Federación de Héroes, cuya función principal era proteger a la urbe de situaciones dantescas como las que se avecinaban. Aunque cabe resaltar, que los mismos ciudadanos estuvieron de acuerdo también con su eliminación.

Y de hecho no mentían, ya que se había estado aprovechando de la situación durante todo el tiempo que había transcurrido para su propio beneficio.

Suspiró luego por enésima vez mientras caminaba de un lado para otro, con la cabeza gacha y una de las manos en su boca. Estaba teniendo un ataque de ansiedad y estrés a causa de todas las situaciones que estaban ocurriendo y al no tener idea de qué hacer se sentía peor.

De forma inopinada, las puertas se abrieron rápidamente, dándole paso a Kyungsoo quien sin pensarlo dos veces las cerró con seguro asegurándose de esta forma de que nadie ingresara a parte de su persona.

—John tenemos problemas. ¡Hay una turba enfurecida afuera de aquí! Me costó mucho entrar pero conseguí hacerlo— informó el recién llegado, ocasionando que Seo tomara una bocanada de aire.

—Ya sé no me lo tienes que decir. Estoy consciente de todo lo que está pasando.

—¡No, no lo estás! Están vandalizando las calles y saqueando los supermercados. La economía está por lo suelos y la desesperación está reflejada en los ojos de cada individuo de esta ciudad.

—¡YA LO SÉ MALDITA SEA!

—¡CÁLLATE IMBÉCIL!. ¡JAEJOONG YA NO PUEDE SALVARNOS Y SU HIJO PSICÓPATA LLEGARÁ MUY PRONTO AQUÍ Y ACABARÁ CON CUALQUIER COSA QUE TENGA VIDA O SE MUEVA!— replicó Kyungsoo entre gritos con saña e ira.

—¡Hablas como si fueras la persona más inocente de éste mundo!. Te recuerdo que tú fuiste el responsable de la muerte de Choi Siwon, y tengo pruebas para culparte así que no creas que vas a salir exento de este asunto— espetó el alcalde, provocando que el otro se le acercara y lo encarara sin temor alguno.

—No pienso quedarme aquí para morir y me iré hoy mismo. Mi trabajo ya ha terminado.

Luego de aquellas palabras, Do le dio la espalda a Seo para finalmente encaminarse hacía la salida. Más no pudo completar su cometido, al sentir la mano del contrario tomar su muñeca y tirarlo con fuerza causando que el de menor estatura volviera a darle la cara una vez más.

Por consiguientemente, John le dio un puño certero en una de las mejillas del contrario ocasionando que éste cayera al suelo.

—Desgraciado...— susurró Kyungsoo en el suelo, mientras escupía sangre de su boca debido a la fuerza del golpe.