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No estaban conscientes de nada, lo único que ellos deseaban era darse todo ése amor y calor que necesitaban. Ellos eran el uno para el otro, y cada uno encontraba su refugio en la presencia del contrario.

La sala estaba vacía. Todo era perfecto inclusive, se podría deducir que el destino había trazado un plan para que ellos pudieran darse un tiempo para enamorarse aún más. El mayor de éstos depósito un pequeño y lenil beso en el cuello del moreno, mientras que éste gemía al sentir los labios del otro en dicha zona.

--Mark...-- susurró Donghyuck mientras observaba fijamente los hermosos y únicos orbes que lo habían cautivado desde el primer instante, en dónde la llama del amor había germinado.

Éste último estaba dispuesto a decir muchas cosas más, pero el dedo índice del mayor se cernió sobre sus labios y provocó que el de tez bronceada se quedara con la palabra en la boca.

--No quiero que digas nada. Sólo quiero que disfrutes del momento... Estamos solos en esta sala y eso hay que aprovecharlo-- contradijo el superhumano sin dejar de acariciar la mejilla de su media naranja.

--¿Aprovecharlo? ¿Para qué? No hay motivo, razón o circunstancia para hacer algo-- interrogó el menor; expectante a una respuesta que despejara su mente y lo librara de la gran incógnita que residía en ella.

--¿Acaso nuestro amor no es un motivo para aprovechar éste especial momento? Las oportunidades no se presentan todos los días y menos una como esta-- interrogó e indicó el superhumano, sin dejar de sonreírle al moreno quién en respuesta, simplemente acomodó sus anteojos.

--Y-Yo.. Me siento nervioso y no estoy seguro de ésto pero, creo que tienes razón-- contestó Donghyuck ahora con una gran sonrisa, permitiendole así al contrario volver a profanar sus labios con suavidad.

Aquél beso suave y tierno el cuál reflejaba los sentimientos puros e inocentes que se tenían el uno por el otro, se convirtió en un beso salvaje y candente.

Mark empezó a desabotonar su camisa mientras que Donghyuck simplemente esperaba a que el contrario terminara lo suyo, para luego recibir más mimos y caricias de él. Todo era sublime e inolvidable.

En cuestión de minutos los vestuarios que cubrían sus cuerpos, permanecían dispersos en el frío suelo mientras que los susodichos permanecían besándose por enésima sobre la gran mesa que había en aquella sala.

Las mejillas de Donghyuck estaban totalmente teñidas de carmesí, mientras que su mayor permanecía complaciendo sus zonas más íntimas y vírgenes. Era imposible no gemir, no ruborizarse y de vez en cuando soltar uno que otro grito de placer. Quizás el lugar no era el más apropiado para esa clase de actos íntimos, pero, no era un secreto para nadie que el amor era atrevido y en muchos casos sumamente adictivo.

Todo se tornó más intenso cuando el superhumano entró dentro del cuerpo del moreno, quién al sentir dicha extremidad simplemente abrió sus ojos cómo platos.

Las estocadas en un principio eran suaves y sutiles, pero con el pasar de los minutos se hicieron más veloces y hasta cierto punto dolorosas, para el joven de tez bronceada. El sudor bajaba de sus cuerpos mientras que el mutado jadeaba del cansancio, provocando más gemidos por parte de el amor de su vida.

Todo acabó cuándo ambos se corrieron, compartiendo de esta forma parte de sus líquidos y fluidos. El mayor salió finalmente del cuerpo ajeno y se recostó a un lado del humano.

--M-Mark...-- susurró Donghyuck intentando en el recuperar oxígeno.

--Te amo. No digas más nada-- pidió el héroe aún con su pulso acelerado.

SᵾᵽɇɍħᵾmȺn ༈ 𝑴𝒂𝒓𝒌𝒉𝒚𝒖𝒄𝒌 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora