SᵾᵽɇɍħᵾmȺn ༈ 𝑴𝒂𝒓𝒌𝒉𝒚𝒖𝒄𝒌

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Y al frente de la casa de Taeyong...

Mark y Donghyuck habían llegado a la enorme casa del mayor sin avisarle, ya que querían darle una sorpresa; sin saber que los únicos sorprendidos serían ellos.

Por alguna razón, Donghyuck sentía el ambiente un poco extraño y tenso. No era solamente por el hecho de que Mark estaba actuando extraño desde el día anterior, sino que también porque parecía que... Las sombras se movían de su lugar.

Recordó repentinamente el grito de aquella chica que había sido devorada por aquella sombra. ¿Acaso todo lo que había pasado estaba conectado con lo que estaba sucediendo actualmente?, no sabía la respuesta pero la descubriría muy pronto.

Decidió dejar aquellos pensamientos a un lado y seguir con su trayecto hacía la casa de Taeyong, siendo acompañado por el contrario. Cuando ya habían llegado, el mayor de ambos tocó el timbre y por consiguiente esperaron que les abrieren.

--Espero y éste en casa-- le dijo Mark al menor, obteniendo un asentimiento de éste último.

De repente, la puerta fue abierta permitiendoles ver a un Félix muy sonriente. Pero esa sonrisa, se borró al ver a Mark y a Donghyuck.

--Hola Félix, ¿qué cuentas?-- preguntó Mark; despreocupado.

--Sí, todo bien Mark... ¿Me permites unos minutos? Ya vuelvo-- dijo el ya mencionado, para luego cerrar la puerta y dejarlos ambos parados en la entrada.

--Vaya... Que gran servicio-- dijo Donghyuck con sarcasmo.

--No sé porque siento que aquí hay gato encerrado-- exclamó Mark, con sus brazos cruzados.

--Y yo que pensaba que era el único que sospechaba aquí-- respondió Donghyuck, con un tono cansado.

Mientras tanto, Félix corría rápidamente por las enormes salas que habitaban dentro del gran y elegante caserón. No quería saber cómo reaccionaría su empleador al enterarse de que su amigo había llegado para visitarlo.

Y no es que tuviese algo de malo, sino que por el hecho de que ninguno de los visitantes sabía de la existencia de Chittaphon. Bastaron solamente unos minutos, para que Félix ya estuviese parado al frente de la puerta que conducía hacía la habitación de su amo.

--Se... Señor-- llamó Félix, entre constantes jadeos. Podía escuchar desde su lugar los gritos y gemidos de Ten, los cuáles en realidad se podían percibir desde la parte trasera de la casa incluyendo el jardín.

--¡Taeyong-Ah~! ¡ME ENCANTA!~>///<-- gritó Chittaphon, entre gemidos

--¡SEÑOR POR FAVOR, ÁBRAME!-- gritó Félix, para luego empezar a tocar con insistencia.

Bastaron solamente unos segundos para que Taeyong abriese la puerta. Félix se sorprendió al ver el estado en el que se encontraba su amo: su pelo estaba despelucado, mientras que su pecho subía y bajaba con lentitud; el servidor hizo una mueca al ver que el contrario se limpiaba la boca de un líquido... No quería saber de qué se trataba.

--¿¡Qué sucede Félix!?--preguntó Taeyong; molesto.

--E-El joven Mark está aquí-- avisó el contrario, nervioso y cansado a la vez. La noticia provocó que los ojos de Taeyong se abriesen como platos.

No podía dejar que viesen a Ten, simplemente por el hecho que lo comenzarían a bombardear con toda clase de preguntas que solamente le causarían estreñimiento o un dolor de cabeza.

--¡Rápido! Diles que pasen, yo me encargaré de que ese par no vea a mi sombrita-- ordenó el dueño de la casa, obteniendo como respuesta el asentimiento de Félix; quién le comenzó a gritar a Youngjae para que éste último le abriera las puertas a los invitados no tan esperados.