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La adrenalina en el grupo de héroes era notable pese a la irregularidad y la vacilación respecto a la situación que se vivía. Más cadáveres adornaban los caminos, y la sangre de las víctimas inocentes cubrían las paredes y pisos de los largos pasillos que guiaban hacía su destino y en donde sin tener conocimiento, sucedería la batalla más cruda y recia que han enfrentado en todas sus vidas.

Donghyuck tenía miedo, de hecho, su temor se incrementaba con cada paso que daba. Sin perder la velocidad en su caminar el moreno observaba a su pareja de vez en cuando, mientras que se aseguraba de no dejar caer la tableta en sus manos, la cual luego colocó en su pequeña mochila además de sus anteojos.

No quería perder a Mark, ni tampoco alejarse de su vida. Anhelaba que toda la pesadilla que coaccionaba con destruir todas las cosas maravillosas que había conocido, terminara de una maldita vez para así poder continuar su vida con el mutado quien en aquellos precisos instantes, parecía sumergido en otro mundo muy distante al existente.

¡Y es que en realidad no lo culpaba!. Cualquier persona reaccionaría de la misma forma al saber que se enfrentaría a un peligro inminente tarde o temprano, y más si ése riesgo se trataba de un ser todo poderoso que cambió al mundo gracias a su código genético que le permitía poseer a todos los que eran iguales a él y llevaran consigo sus esencia.

—Donghyuck ¿¡Cuánto falta para llegar al último piso!?. Llevamos media hora corriendo y esta tortura parece nunca acabar— cuestionó Na entre jadeos, al igual que el resto de sus compañeros.

—Ya no mucho. Solamente debemos bajar unas escaleras, cruzar la puerta de acceso y ya habremos llegado.

—¡Intentemos que esto sea lo más rápido posible! No quiero que Taeyong salga lastimado, ya saben... Después de todo soy el más fuerte de aquí— replicó Jaeno, quien recibió un leve golpe por parte de su pareja.

—¡Basta de bromas! No podemos subestimar a nuestro enemigo. Tenemos que estar preparados para lo que pueda pasar, ya se los he dicho— regañó Mark, causando que Jeno bufara.

—Ya Mark, no seas aguafiestas. Solamente intentaba aligerar el ambiente, pero por lo visto estás de mal humor... Mamón— susurró el peliblanco lo último, sin parar de correr.

—Juro que cuando esto acabe le romperé el trasero— contestó el líder de los cuatro, asegurándose de no ser oído por ninguno de los presentes.

Repentinamente, este último sintió la mano de Haechan entrelazarse con la suya causando que ambos sonrieran a la par. Tal vez la oscuridad quería separarlos, pero ellos se tendrían siempre en el corazón y el lazo amoroso entre ambos jamás se rompería.

El escuadrón continuó con valentía su incesante marcha hasta llegar a su destino, y tal como lo predijo Haechan tuvieron que bajar unas largas escaleras y atravesar unas enormes puertas las cuales extrañamente estaban abiertas. Era como si éstas les estuvieran dando la bienvenida, o eso fue lo que sintió el moreno.

Ya adentro, los chicos observaron con horror y sorpresa la gran cantidad de cápsulas de criogenización las cuales mantenían cautivas a todos los superhumanos de Metrópolis, incluyendo a sus amigos de la Federación de Héroes.

—Caramba... A Jaejoong si que le sobraba el dinero. Como siempre el rico humillando al pobre— expresó Jeno con asombro, sin dejar de observar la enorme cantidad de personas que dormían profundamente.

—Mejor cállate amor y mejor busquemos la forma de sacar a esta gente de aqu...— Jaemin no pudo completar su frase, al lograr discernir en algunas cápsulas los cuerpos de sus amigos ocasionando que el susodicho corriera hacía ellos —¡CHI-CHICOS VENGAN A VER ESTO!—.

SᵾᵽɇɍħᵾmȺn ༈ 𝑴𝒂𝒓𝒌𝒉𝒚𝒖𝒄𝒌 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora