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Y en la antigua guardería...

Los jadeos de Haechan se podían percibir por doquier, mientras el sudor bajaba rápidamente por su sien. Bajo la vista atenta de Kim, éste entrenaba con un saco de boxeo que Jungwoo "casualmente" había encontrado entre los añejos objetos del obsoleto centro que fue escenario de tantas injusticias y crudas muertes sin comparación alguna.

Donghyuck golpeaba fuertemente aquel objeto, asegurándose de dar  puñetazos y patadas certeras y recias, que pudiesen dejar afectado a su enemigo en el futuro. Sentía una ira que le estaba comiendo, no solamente por la cosa que había tomado al verdadero Taeyong a la fuerza sino que tuvo el descaro de arrebatarle al amor de su vida. Lo salvaría sin importarle nada, estaba dispuesto a morir solamente para que el contrario estuviese en buen estado.

Jungwoo al notar lo inmerso que estaba el joven en sus pensamientos, decidió encaminarse hacía él y dirigirle la palabra. Se le denotaba cansado, mas este no se detenía durante ningún instante.

—Por lo visto ya lo has pillado. Eres muy inteligente definitivamente.

—¿A qué te refieres?— respondió el moreno, mientras suspiraba del cansancio en incontables ocasiones.

—Me refiero a tu forma de pelear. Te has vuelto muy hábil con eso pero aún tengo muchas cosas que enseñarte.

—¿Cuándo me enseñarás a hacer desaparecer éstas pesadas alas? Sé que me pueden funcionar a la hora del combate pero, la verdad es muy cansado estar con ellos todo el día.

En respuesta a su interrogante, el mayor se encaminó hacía un pequeño mueble que allí había y tomó el arco dorado perteneciente al otro.

—Primero tienes que recordar cómo se usa éste arma, y conocer sus funciones alternas haciendo uso de tus nuevos poderes. Hay muchas cosas que son de vital importancia en esta situación— indicó el encapuchado blanco, con su típica sonrisa que transmitía sosiego y paz.

—¿A qué te refieres con funciones alternas? Y ¿Dónde están las flechas que utilizaré?— preguntó una vez más el de piel bronceada, ocasionando una pequeña carcajada por parte del contrario —¿Qué te pareció tan gracioso?—.

—Este arco es especial Haechan, reacciona con tus poderes así que hará todo lo que le pidas. ¡Tu tienes la capacidad de fabricar tus propias flechas a partir de tu energía y no solamente eso, puedes convertirlo en otras armas!— explicó el pelinegro, causando que el otro abriera su boca; sorprendido.

Este ultimo sin vacilar, le arrebató el arma con prisa al mayor y lo observó fijamente. No tenía idea de lo que tenía que hacer, pero estaba ansioso por conocer los efectos de sus nuevos poderes.

—Concéntrate Donghyuck. Piensa en algo positivo, cierra los ojos y recrea lo que deseas que pase o lo que realmente necesitas en tu mente— añadió Kim una vez más, provocando que el otro cerrara sus ojos y se centralizara en sus propios pensamientos.

Pensó en su madre. Aquella hermosa mujer que le otorgó la vida y también en su padre, el cual no había visto desde hace mucho y a pesar de todo lo que le había hecho en el pasado, pensaba perdonarlo en un futuro no muy lejano ya que al fin y al cabo seguiría siendo su padre por toda la eternidad.

Repentinamente escuchó un  veloz sonido. Era como si la energía de algo hubiese empezado a surgir de la nada y siendo sinceros, el joven empezaba a sentir un aura cálida y reconfortante cerca de sus manos.

—Ya puedes abrir los ojos Haechan— espetó Jungwoo en medio del profundo silencio, provocando que el menor abriera sus ojos y se llevara una gran sorpresa:

SᵾᵽɇɍħᵾmȺn ༈ 𝑴𝒂𝒓𝒌𝒉𝒚𝒖𝒄𝒌 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora