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Los ojos de Ten se empezaron abrir lentamente, después de la explosión que había provocado la destrucción de gran parte de la sala. En un principio, el pelinegro no conseguía divisar absolutamente nada de su entorno sin embargo luego de unos escasos segundos logró ponerse de pie y contemplar con horror los restos de lo sucedido.

La mayoría de los científicos se hallaban tirados en el suelo inconscientes incluyendo a Jaejoong, Yuta y Sicheng mientras que otros desgraciadamente habían perdido la vida sin mencionar los innumerables escombros, además de varias luces que se averiaron provocando que todo terminara a merced de la oscuridad en ciertas ocasiones cuando estas fallaban. Pero pese a la lúgubre magnitud del panorama, Chittaphon llevó toda su atención hacia el centro del gran salón en donde extrañamente el cuerpo de Taeyong aún seguía levitando por los aires a pesar de que la máquina ya no funcionaba.

De forma inopinada, las luces volvieron a fallar provocando que el pelinegro no pudiera ver absolutamente nada por unos escasos segundos hasta que sus vellos se erizaron al ser testigo de una escalofriante escena que atemorizaría a cualquiera que fuera testigo de ello:

El cuerpo de Taeyong se vio envuelto entre la oscuridad de la habitación y una fuerte corriente eléctrica que emanaba de su interior. Aquellas sombras se aferraron a su ser creándole ropa nueva del mismo color y reanimando al atractivo joven cuyas iris aún tenían esa aterradora tonalidad escarlata. El peliblanco aterrizó finalmente sobre los escombros aún con aquella sonrisa maniática que había penetrado su mente y que solo le causaba terribles pesadillas las cuales nunca podría olvidar

Chittaphon tragó en seco, al ver luego de que Jaejoong y los otros se estaban empezando a poner de pie y a recuperar la consciencia, acción que provocó una gran felicidad en Taeyong quien ahora veía una nueva posibilidad para jugar un rato y tomar unas cuantas vidas de personas inocentes. Después de todo, ahora poseía tanto poder que no sabía en realidad qué hacer con él... Mejor dicho, si tenía bien claro lo que haría pero todavía no era el momento de apoderarse de todo.

―¡Me llena de ventura y satisfacción saber que todos ya han despertado! Bueno al menos los que sobrevivieron― se expresó el peliblanco entre sonoras risotadas ―Creo que ya ha pasado mucho desde que aniquilé al tal Youngjae. Ya estoy demasiado ansioso por probar las nuevas fortalezas de mi poder―.

―¡¿De qué estas hablando?! ¿Perdiste la cabeza acaso?― cuestionó Chittaphon; asustado con las palabras del contrario.

―Ay cariño, no pierdas tu estado de sosiego por cosas sin importancia. Jamás te tocaría un pelo aunque tal vez sí, no estoy del todo seguro... La única razón por la que le pedí a mi querido padre venir a este lugar, fue para que me dieran más de esas toxinas que me crearon y que ahora me han hecho mucho más potente y eficaz― replicó Taeyong para luego relamer sus labios mientras observaba fijamente a Jaejoong ―Bueno... ¡VAMOS A JUGAR UN RATO PAPÁ!― gritó el antedicho a los cuatro vientos, mientras que de sus manos brotaba una considerable cantidad de energía eléctrica la cual a su vez impactó en contra de los científicos que se atrevieron a experimentar con su persona, matándolos a todos en ese mismo instante. Sin embargo pese al poderoso ataque gracias a la telepatía de Yuta y la velocidad de Sicheng, Jaejoong no sufrió daño alguno y por el lado de Ten la ofensiva simplemente no llegó a la zona en donde él se hallaba. 

―¡Diablos eso estuvo demasiado cerca!― maldijo Yuta, mientras ayudaba a Jaejoong a mantenerse de pie con ayuda de Sicheng luego de esquivar el ataque.

―Es verdad cariño― contestó Dong, preparado para defender a su jefe en cualquier momento.

―Por algo tenía esta sensación... Ustedes dos poseen algo que está bajo mis dominios y que les entregué muchísimos años atrás. Pero sé como debilitaros sin necesidad de esfuerzo alguno― manifestó el peliblanco, para luego concentrar su energía causando que las sombras se empezaran a hacer corpóreas creando de esta forma enormes cuchillas. Lo que sucedió fue tan rápido y totalmente inesperado para Sicheng, el cual simplemente no pudo mover ni un solo músculo para evitarlo.

SᵾᵽɇɍħᵾmȺn ༈ 𝑴𝒂𝒓𝒌𝒉𝒚𝒖𝒄𝒌 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora