Capítulo XV

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Hoy les actualizaré dos capítulos seguidos :3 ❤️ disfrútenlos y no se espanten demasiado 7u7

—Todo ha ido muy bien —mentí.

—Que bueno. Pero cuéntame más —me pidió, aún sonriendo.

Suspiré, aliviada. Él no era mamá, no me conocía bien, no sabía cuándo no decía la verdad, ni podía leer todo en mi mirada. Cecilia enseguida habría sabido que algo andaba mal. Me hizo sentir bastante triste, pero en ese momento me sirvió más de tener ese punto a mi favor. Me la pasé hablado todo el camino a casa, contando solo lo que podía, los detalles buenos, omitiendo los malos ratos por completo, así como la existencia de Daniel. Si solo papá lo supiera me sacaría de la escuela en ese instante, y me obligaría a estar encerrada en casa, bajo su vigilancia, cuidando que Olga no me matara. Pero yo no podía permitirlo, debía idear un plan para encarar a Daniel. Lo mas seguro es que el estuviera igual que yo, sin la más mínima idea de que estaba ocurriendo. Jerry se mostró feliz y un tanto más relajado al saber que su hija estaba logrando llevar una vida normal. Al llegar a casa le dije que quería darme un baño y cambiarme. Me soltó asintiendo. Anduve despacio hacia mí habitación, tenía que llevar a cabo mi plan. Sin perder más tiempo me eché sobre la cama aún con el calzado puesto y cerré los ojos.

«Nahua…»

«—¡No Ámbar! ¡Noooooo!»

Aun no había terminado de hablar cuando alzó la voz con violencia dando un grito desesperado. Me llevé ambas manos a la cabeza, la cual me dejó muy mareada, y casi caigo de la cama. No paraba de hablar, alargando la letra “o” dramáticamente. Era como si de pronto hubiera despertado, sacando toda la rabia y emociones contenidas.

—¿Qué diablos pasa? —susurré entre dientes y apretando los ojos.

«—¡No puedes acercarte más a él Ámbar! No puedo ver nada sobre ese humano. No me deja hablar contigo. ¡Me bloquea completamente! Es peligroso que estés ahí. En su presencia, estas libre ante cualquier ataque. No puedo cuidarte, ni advertirte…»

«¡Cállate!» Interrumpí su incesante parloteo. Había logrado causarme jaqueca en un segundo. Podía sentir como sus emociones de desasosiego y miedo me iban hinchando el pecho. Hiperventilaba, intentando controlarme. No podía permitir que mi mente entrara en crisis por culpa de Nahuael. Papá lo sabría, y todo se arruinaría. Nahuael estaba sumamente asustado por ese estúpido de Daniel. Jamás lo había visto de esa manera, tan vulnerable.

—¿Qué debemos hacer? —susurré, sintiendo el corazón en la garganta.

«—Huir. Presiento que él quiere hacernos daño».

Sentí una extraña vibración en mi trasero, la cual me desconcentró por completo de la conversación con el Ente en mi cabeza. Me giré un poco para llevarme las manos al bolsillo de pantalón. Solo era mi celular notificándome un sinfín de mensajes nuevos. No estaba acostumbrada a que nadie me hablara por alguna red social, y al parecer había sido agregada a un grupo titulado <Peda tóxica masiva de bienvenida>. Lancé un suspiro mientras revisaba los mensajes sin hacer ningún comentario público. Ahí dentro estaba toda la información sobre la fiesta. Las palabras de Nahuael me causaban un poco de terror. Pero debía admitir que mi obsesión y curiosidad hacia Daniel  ya estaba superando los límites. El debía saber algo…

«Lo siento Nahuael», pensé mientras me sentaba en la cama.  El evento sería en casa de Mario, seguramente Daniel estaría ahí. Yo tenía que ir a esa fiesta, ya estaba decidido. Escuché su voz, ligera y sin mucha fuerza, lanzando todo tipo de maldiciones y advertencias. Pero desde que lo vencí en la batalla contra mis tías Nahuael ya no me controlaba más. Hice lo posible por ignorar su débil voz, hasta que dejé de escucharla al salir del cuarto.

—¿Papá? —llamé a Jerry mientras andaba por el pasillo. Quería informarle sobre la fiesta.

No tarde mucho en escuchar los bajos susurros provenientes de su cuarto, el cual tenía la puerta entre abierta. Parecía que hablaba por teléfono. Iba a regresar a mi habitación para esperar a que terminara. Pero sus últimas palabras me llamaron la atención.

—¿Estas bien segura de que esta casa no tenía… fantasmas? Es sólo que ha tenido un poco de… pesadillas, la siguen molestando por las noches.

Parpadeé con sorpresa. Al parecer estaba hablando de mí. Hubo unos segundos de silencio, seguramente en lo que ella le contestaba.

—Si, si. Ella ha estado muy bien este día —cuchicheó—. Al parecer el cambio comienza a ser positivo. No me queda más que cuidarla, como lo he hecho hasta ahora.

Un retortijón me atacó el estómago.

—Ten cuidado, y no olvides romper el teléfono.

Me sentí mal, terriblemente mal. ¿Por qué estaba confiándole todos nuestros secretos a otra persona? Los deseos de llorar me invadieron. ¿Cómo se atrevía? Jamás le había contado a mamá la verdad, pero si a esa misteriosa mujer. ¿Quién jodidos se creía para manipularme de esa manera? Al parecer todo esto había sido planeado por él y otra persona oculta. El enojo dominó mis actos. y sin pensarlo mucho avancé con zancadas hacia la puerta principal. Salí azotado la puerta de golpe. Necesitaba escapar de él.

Cuidado con las sombras [Ámbar] Libro #2 &lt;TERMINADA. BORRADOR&gt;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora