Uno de los hombres se aproximó hasta Laura a paso firme. La tomó por los pies y comenzó a tirar de ella hasta sacarla de la habitación. El cuerpo de la mujer fue arrastrado por el piso. Debido a sus ataduras no era capaz de defenderse, ni siquiera de intentar detenerlo. Su rostro se mantenía inexpresivo. Laura era orgullosa, no iba a permitir que ellos se regocijaran de su temor. Aún así podía verlo en sus ojos, estaba hirviendo en coraje, era demasiada humillación para ella. Me preguntaba que participación tendría Laura en todo esto. ¿Por qué no la habían matado antes? ¿Qué objeto tenía que la tuvieran prisionera junto conmigo?
El otro hombre se acercó hasta mí. Lo miré de manera violenta, pero sin decir nada intentó tomarme en brazos. Pataleé y manoteé hasta hacer que se alejara. El brusco movimiento me intensificó el dolor sobre el costado derecho. No pude evitar detener mi pequeño berrinche para hacerme un ovillo mientras lanzaba quejidos.
—Señor, por favor, no lastime más su cuerpo —me pidió el joven.
Sus palabras me dejaron sin aliento, pues su voz estaba llena de honor y respeto. Levanté el rostro atónita. Él me estaba hablando como si yo fuese Nahuael. Mi expresión se torció en una mueca de coraje. Prefería morir antes de volver a permitir que Nahuael hiciera uso de mí. Sin pensarlo más levanté la mano con el puño cerrado y me di directo en la herida. Aullé de dolor, pero aun así no me detuve. El líquido rojo y tibio enseguida comenzó a extenderse por el suelo. Planeaba perecer desangrada antes de que pudieran hacer uso se mí.
—¡Detenla! —escuché el grito de mi padre.
El otro hombre enseguida obedeció. Se dejó caer al suelo y sostuvo mis muñecas contra el suelo hasta el punto de hacerme daño. Su expresión parecía espantada y confundida.
—Amárrala como a Laura —ordenó Jerry.
—No puedo hacer eso —se negó con el ceño fruncido—. Sería una falta de respeto para…
—¡Obedece! —lo interrumpió con un grito—. Si no la detienes ella misma acabará con su vida y con la de Nahuael.
Gracias al aturdimiento pudo llevar a cabo sus macabros planes. Con sumo cuidado el sujeto me levantó en brazos. Tenía cuidado de no tocarme demasiado y caminaba con lentitud, ni siquiera me miraba. Era como si tuviera miedo de ofender a Nahuael con alguna de sus acciones. Salimos al exterior y me topé con una escena escalofriante. Justo en el centro de la gran habitación se encontraba Laura toda maltrecha y sentada sobre una silla de madera. Su blusa estaba empapada de sudor y volteaba en todas las direcciones con la mirada inundada en ira y temor. Sin embargo, no era la única presente, desenas de nahuales adoradores de Nahuael nos acompañaban, esta vez en su forma humana. Vestían extrañas túnicas teñidas en color crema, parecían viejas y añejas, manchadas de lodo y suciedad. Sus rostros estaban cubiertos, pues tenían la cabeza metida en cráneos de venado, los huesos de la difunta bestia les servían como mascaras y veían a través de sus fosas nasales. Portaban los cuernos del animal con orgullo, pues hacían referencia y honraban a su Dios. La noche era oscura y fría. Una sola lámpara enorme y colgante iluminaba gran parte del lugar, pero los brujos y brujas permanecían medio ocultos en las zonas de sombra. El hombre me depositó en el suelo, justo un par de metros frente a Laura, quien me miraba igual de horrorizada. Mi corazón latía tan fuerte que me hacía daño. Sabía que deseaban llevar a cabo su ritual, pero antes debía dejar de ser virgen, y dicho acto nunca se consumó.
—Ámbar, tienes que aceptar la liberación de Nahuael —mi padre comenzó a hablar con voz grave y a todo pulmón para que todos en la sala pudieran oírle—. Ordénale que tome posesión de ti como ya lo hiciste hace tiempo, y después le ofreceremos el cuerpo de esta mujer como recompensa para que puedas ser libre.
Todos los presentes se regocijaron ante sus palabras. Pero no eran aplausos y gritos lo que inundaba mis orejas, si no aberrantes sonidos de animales, algunos aullaban de manera desgarradora, otros graznaban de manera violenta. También se movían como salvajes, de un lado a otro, festejando la pronta venida de su rey. Ahora comprendía por qué no terminaron con la vida de Laura en cuanto la vieron, iban a utilizarla como un anzuelo. ¿Qué mejor trofeo que utilizar el cuerpo del líder del equipo contrario? Enseguida sentí un fuerte sentimiento de regocijo en mi interior, pero, claro, no era de mi pertenencia, si no que Nahuael lo estaba causando, por supuesto que él iba a aceptar tal propuesta como la mejor de las venganzas.
—¡Jamás! —grité con rabia— No me importa lo que hagan, no liberaré a Nahuael.
No fue necesario decir más. Un par de nahuales caminaron hasta situarse a los costados de la mujer. Esperé sus acciones de manera atónita y llena de tensión. En un par de segundos comenzaron a golpearla.
—¡No! —aullé mientras me retorcía luchando por liberarme mientras me arrastraba queriendo llegar hasta ella para ayudarla.
Laura, sin poder defenderse, no le quedaba más que aguantar y gemir de dolor ante cada agresión.
—¡Quédate donde estás! —exclamó de manera adolorida—. No te atrevas a darles lo que quieren…
La callaron de un puñetazo. Cerré los ojos con fuerza. Al igual que yo, prefería soportar cualquier tortura antes que ver a Nahuael libre. Tenía que llevar a cabo su voluntad. De un segundo a otro dejé de escuchar sus quejidos. En cuanto volví a abrir la mirada me percaté de que ya estaba inconsciente. Desafortunadamente su pecho ya no subía ni baja con cierto compás. Ya no fui capaz de controlar más las lágrimas y lloré de manera desconsolada, justo como una pequeña asustada. Ya no había más que hacer, realmente todo estaba perdido. Estaba sola, mi padre me humillaba, sin amigos, sin Daniel, por lo menos él estaba a salvo seguramente ya muy lejos de ahí.
—Haremos el ritual —ordenó mi padre—. No hay otra manera.
Jerry se acercó hasta colocarse en cuclillas justo a mi costado. Me apartó los cabellos que tenía pegados sobre el rostro gracias a la humedad de mi sudor y llanto. Hice lo posible por apartarme y luchar, pero por cada movimiento que hacía sentía que me encajaban un hierro ardiente sobre mi herida.
—Tranquila —me susurró—. Esto será rápido, después estaremos a salvo.
¿Cómo podía siquiera pensar que deseaba retomar mi vida con él al terminar este espantoso episodio? Si estuviera libre le hubiera arrancado la cabeza con mis propias manos.
Con los bien abiertos aprecié como sacó una navaja pequeña y delgada se su bolsillo. De un brusco movimiento me tomó por las manos atadas hasta hacer que las extendiera dejando a la vista mis antebrazos. Por mi parte me jaloneaba sin parar, no dejaría de luchas jamás, hasta que diera por terminado mi último aliento.
—Por favor, hija, cálmate, no quiero hacerme más daño —al parecer empezaba a exasperarlo, pues sus palabras salieron con coraje.
Al momento que hablaba me hizo el primer corte en la muñeca derecha. Volví a aullar expresando mi sufrimiento. La herida fue fina y delgada, pero lo suficientemente profunda como para ponerme a sangrar enseguida. Sin perder más el tiempo continuó con el otro brazo. Me iban a desangrar, pero aún no comprendía como me harían cambiar el puesto a la fuerza con Nahuael, aunque no tuve que esperar mucho para saber la respuesta. La mancha roja en el suelo se extendía con rapidez cuando una nahuala se abrió paso entre los demás para llegar hasta nosotros. No era corpulenta ni de gran estatura, pero los cuernos que poseía el cráneo de venado que portaba eran los más altos y grotescos. Entre sus manos sostenía una copa enorme y color ocre. Su aspecto brillante y pulido la hacía lucir bien cuidada, sin embargo, sabía que era muy vieja gracias a los relieves tallados que poseía e incrustaciones en joyas verde pasto.
Mi padre me apretó las aletas de la nariz con un par de sus dedos bloqueándome la respiración. La anciana colocó el borde del vaso justo en mis labios. A pesar de mi vista que ya se empezaba a desenfocar, logré apreciar un extraño líquido oscuro y viscoso que poseía en su interior. Gracias a que estaba inmóvil no me quedó más que empezar a beber cuando me ardieron los pulmones. El agua espesa pasó por mi garganta por dificultad. Apenas y había dado un sorbo y no pude más. Saqué mis últimas fuerzas para apartar la cabeza de un jalón mientras me daban arcadas. Sabía tan asido y amargo que quemaba por dentro. Su sabor desagradable me recordó aquella vez que me devolví encima al invocar a Nahuael en casa de mis tías y el ente apareció de mi vómito.
—¡Asegúrate de que haya tomado la sangre! —exclamó la mujer.
La sensación de asco aumentó dentro de mí. ¿Sangre? ¿Eso era lo que había tomado? Enseguida se me vino a la mente la imagen de cuando hirieron a Nahuael, un líquido oscuro se había derramado por la tierra. Pero parecía casi imposible, debido a que debieron atesorar su preciada sangre desde el principio del tiempo donde habitó Nahuael en esta tierra.
Jerry me tomó por las mejillas y las apretó con fuerza. Mis labios quedaron entre abiertos. El interior de mi boca entintado en negro hasta la garganta quedó expuesto.
—Sí, por lo menos tomó un sorbo —le respondió.
—Con eso basta —habló la mujer a través de la máscara—. Hay que continuar con el ritual, no tenemos mucho tiempo. ¿A quien vas a elegir para que tenga el honor de tomar a tu hija…?
Un fuerte pitido atacó mis oídos y ya no fui capaz de escuchar el final de sus palabras, mucho menos la respuesta que le dio Jerry. Estaba perdiendo demasiado sangre, ya me encontraba demasiado débil. Mi cabeza se rodó de lado mientras mis párpados se cerraban. El adormecimiento ya no me permitía sentir miedo o ira. Así estaría mejor. Si no paraban la hemorragia no iba a percibir ninguno de sus atroces actos. En vez de rodearme de oscuridad, una fuerte luz blanca me aturdió. Entre sueños escuché un fuerte rechinido seguido de muchos pasos rápidos y gritos. Quizá las puertas del cielo se habían abierto para mí. Al fin descansaría y me reuniría con mi madre. Al fin se acabaría el sufrimiento y podríamos ser felices. Después de todo, no creía que le negaran la entrada al paraíso a un ángel.
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Cuidado con las sombras [Ámbar] Libro #2 <TERMINADA. BORRADOR>
ParanormalDespués del caos y terror que ha pasado Ámbar, está dispuesta a iniciar una nueva vida. Pero ¿Podrá lograrlo? ¿O las sombras del pasado lograrán alcanzarla? 🧡LIBRO #2 *Terminada [El libro #1 *Terminado lo puedes encontrar en mi perfil]