Capítulo L

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Después de avanzar en silencio por varios minutos nos detuvimos frente a un semáforo con luz roja. De reojo miré como Laura levantó la mano y chasqueó los dedos, sonido que me hizo dar un pequeño sobresalto. Volteé a mirarla confundida y sin comprender la situación, pero enseguida un manto negro me cubrió el rostro. Grité y me revolví. Alguien de los asientos traseros me había puesto una bolsa de tela negra en la cabeza. Las orillas me ceñían con fuerza por el cuello. Sentí terror de morir ahogada y comencé a usar mis manos para intentar liberarme. Pude escuchar como Alberto sufría el mismo destino.

—Cálmate, Ámbar —me indicó la voz de Laura—. Les cubro la cara por que no puedo revelarles  camino a uno de nuestros cuarteles. Si te dejas de mover, dejaran de hacerte daño.

Para ese entonces ya me comenzaba a arder el rostro gracias a la falta de respiración. No me quedó más que obedecer y aflojar mi lucha, pues no alcanzaba ni siquiera a rozar a mi atacante. 

Pronto recuperé la respiración entre arcadas.

—¡Alberto! ¡Haz caso! —aullé desesperada al notar que él no cedía.

Los forcejeos pararon en todo el vehículo. Jadeando recuperé la respiración. Entre los diminutos poros de la tela aún alcanzaba a ver objetos próximos, como el tablero del carro o la poca luz que entraba a través del vidrio, pero no podía apreciar nada más allá de la ventana.

Presentía que Laura estaba furiosa conmigo. Bien hubiera podido cubrirnos los ojos con amabilidad, pero decidió hacerlo con violencia, seguramente intentaba amedrentarme, pues ya presentía mis engaños, solo que aún no los descubría.

La mujer continuó conduciendo por un largo tiempo, incluso me atrevería a decir que por casi una hora. Ella se mantenía en silencio, así como sus acompañantes. Podía sentir la tensión aumentando a cada segundo.
Cuando la madre de Daniel se estacionó mi corazón se aceleró de golpe. ¿Qué nos esperaría a continuación? ¿A dónde nos había llevado?
Me quitaron el trapo de un solo tirón. Rápidamente me volví hacia atrás para apreciar el estado de Alberto, quien me miró enrojecido de las mejillas y asintiendo la cabeza para indicarme que estaba bien.

Suspiré de alivio al poder apreciar el exterior.

Nos encontrábamos en una carretera, seguramente a las afueras de la ciudad. Un pasto alto, verde y seco se extendía a los alrededores. Las puntas de la maleza terminaban en finas líneas con espigas delgadas y que parecían de algodón.
Los rayos del sol al agradecer pintaban todo en un tono mágico y dorado. A lo lejos se ubicaba una enorme construcción con apariencia de bodega, estaba completamente pintada de blanco y tenía forma cuadrada.

La escena era melancólica y hermosa, de haber sabido que era el último paisaje bonito que vería lo habría disfrutado más.

—Abajo —Laura ordenó al momento que le quitaba los seguros a las puertas.

Los seis descendimos del transporte con movimientos veloces. Una vez que puse ambos pies sobre la tierra firme llené mis pulmones con aire fresco, que buena falta me hacía.

–Vamos —exclamó el padre de Daniel mientras le pegaba un ligero empujón por la espalda a Alberto.

El joven enseguida se quejó. Mario enseguida se acercó en mi dirección y me tomó del brazo por encima del codo para obligarme a avanzar.

—Laura, todo esto es innecesario, hemos venido por nuestra cuenta —intenté soltarme, pero Mario me sostuvo con más fuerza.

—Mientras sigas comportándote de manera sospechosa vamos a tratarte como tal –me miró con una ceja levantada.

—¡Yo salvaré a Zuzú, Laura! —exclamé para intentar hacerla entrar en razón.

—Te perdonaré la vida hasta que lo hagas, mientras estas parada en la orilla del último piso, y puedes darte por muerta si no lo logras.

La mujer me dejó con la boca entre abierta, debido a que no me dio ni la oportunidad de responderle. Enseguida empezó a caminar hacia la bodega. Alberto y yo fuimos arrastrados tras ella en completo silencio. Era obvio que el gigantesco edificio era uno de sus cuarteles. ¿Qué nos esperaría al entrara?

Cuidado con las sombras [Ámbar] Libro #2 <TERMINADA. BORRADOR>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora