Capítulo II

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La excitación del viaje había mantenido el sueño alejado de mí, pero ahora que llegamos a nuestro destino, la pesadez me cayó de golpe. Me sentí demasiado cansada hasta para bañarme, ya lo haría mañana con más energías. Solo me quité los pantalones y me lancé a la cama. Estuve ahí echada y dando vueltas por un buen rato, pues los pendientes se me amontonaban en la cabeza. ¡Había tantas cosas que hacer mañana! Teníamos que desempacar, ir a comprar comida y más ropa, encontrar empleo, buscar una nueva escuela para mí… Lavar las sábanas sobre las que estaba por que olían ha guardado. Ahora que no estaba Cecilia protegiéndome completamente, tenía que ser una adulta de verdad, y se me estaba haciendo bastante difícil. No quería que la historia se repitiera y que papá tuviera que cargar con él peso de todo.
Se sentía muy bien el volver a tener la privacidad de mi propio cuarto. Todo el tiempo que habíamos estado en la otra ciudad papá y yo habíamos rentado una sola habitación para estudiantes en lo que nos mudábamos. En el centro de ayuda había aprendido a dormir como lo hace la gente normal, con un colchón sobre una cama de madera. No quería poner a Jerry a mover muebles ahora para bajar mi lugar de descanso al ras de suelo, seguro que él estaba al doble de cansado que yo de tanto manejar. No creí que ocurriría nada malo si me acostaba así por una noche más, no sabía lo equivocada que estaba.

El sueño que logré conciliar no duró demasiado. Me pareció escuchar un fuerte golpe, el cual me hizo abrir los ojos con un respingo. Mi puerta estaba abierta, y la luz del pasillo prendida. No sabía si papá se había levantado a ir al baño o a tomar agua, o si solo la había dejado encendida por ser nuestra primera noche en esta casa. No me moví ni un centímetro y fijé la mirada en el pasillo. Esperaba ver a papá entrar a su cuarto en cualquier momento, pero en vez de eso, la luz se fue al momento que se escuchó el chasquido del apagador al ser oprimido. Por alguna razón ese suceso me llenó de inquietud.

—¿Papá? —pregunté en voz alta.

Esperé un par de segundos. Nadie respondió.

«—Cuidado… —habló Nahuael».

Apreté la mandíbula mientras maldecía por dentro. Eso no podía significar nada bueno. Tenía los ojos fijos sobre el pasillo oscuro, sentía que algo estaba allí oculto entre las sombras. Pensé en levantarme de la cama y correr al cuarto de papá, pero no me sentía capaz de exponerme al exterior. Pero no tardé mucho en darme cuenta de que lo que intentaba espantarme ya estaba adentro conmigo.
Casi sentí que el corazón se me subía a la garganta cuando empezaron a golpear mi cama, algo estaba debajo de ella intentando atacarme. Pegué un chillido mientras me hacía bolita, intentando alejarme lo más posible de las orillas.

—¡PAPÁ! —aullé.

Con mi grito los golpes incrementaron su fuerza de manera sobrenatural, hasta hacer vibrar mi colchón. Pude escuchar como papá saltó de su cama dando brinco y corrió descalzo hasta salir de su cuarto. Jerry se detuvo solo una fracción de segundo a medio pasillo con la expresión anonadada. Casi podía imaginar la escena que estaba presenciando: Su hija hecha un ovillo, muerta de miedo, mientras su cama se sacudía de manera violenta.

—¡Papá! —le volví a gritar con voz aguda para sacarlo de su estado de impresión.

Reaccionó enseguida, reanudado su marcha para salvarme. Pero el ente aprovechó su descuido para cerrarle la puerta en las narices, dejándome a solas con él en completa oscuridad.

—¡Ámbar! —me llamó papá mientras le daba patadas a la entrada.

Los sucesos violentos pararon de golpe. Levanté la cabeza enseguida con la respiración tan acelerada como la de un animal enjaulado. Descubrí que definitivamente no estaba sola. Soltando un alarido me incorporé para pegar la espalda a la pared. Sabía que era inútil, pero intentaba alejarme lo más posible de la alta figura del hombre que estaba parada junto a mí cama.

—¿Qué carajos quieres? —le grité, sollozando y pataleando como loca.

«—Me conoces —empezó a hablar. Su voz era profunda y lastimosa—. Leíste mi nombre en la lista de cacería de Olga y Jazmín. Soy Maximiliano, “Max”, y tus tías me mataron».

Esta historia va a tomar ritmo rápido :3 ❤️ Los sustos, fantasmas y misterios ya empezaron.
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Este capítulo está dedicado a la lectora daniela1010laya por petición suya :3 ❤️

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🖤Tengan dulces pesadillas🖤

Cuidado con las sombras [Ámbar] Libro #2 <TERMINADA. BORRADOR>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora