Capítulo I

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Poco a poco vi como iba apareciendo la urbanización en nuestro camino. No había logrado dormir ni un solo minuto en todo el viaje, pues me encontraba demasiado inquieta. Papá conducía, y prometió que me enseñaría después. Ya no había más amarres ni vendas en los ojos, había logrado hacer todo esto como una persona normal. La situación era un poco incomoda, pero hacíamos lo posible por sobrellevarlo mejor. Al estar tanto tiempo separados, no teníamos nada agradable que contarnos después de lo que habíamos vivido. Papá ponía música de la radio para matar el silencio, muy pocas canciones de las que escogía me gustaban, pues la mayoría era de épocas pasadas.
Eran casi las 12:00 de la noche y estábamos por llegar a nuestro destino: Una pequeña población a sólo una hora de la ciudad de San Luis Potosí. Las urbes del centro del país casi siempre son más grandes y pobladas que el norte, donde yo vivía. Creímos que sería más difícil adaptarnos a las enormes construcciones, así que optamos por una localidad más pequeña, pues lo que menos queríamos en esos momentos era estrés. Además, de que era una opción mucho más económica.
Nuestros ánimos no eran tan positivos, pues aún nos encontramos dolidos de sentimientos. Ahora realmente solo nos teníamos el uno al otro. Tal vez después de mucho tiempo realmente sanarían nuestras heridas, y así tendríamos una nueva vida, pero ahora no nos quedaba más que hacer nuestro mejor esfuerzo.
El lugar era muy bonito, y aún poseía muchas zonas de aspecto colonial. Las calles principales eran de piedra y los edificios de ladrillo rojizo. También había una enorme y verde plaza justo en el centro, donde alrededor se podía ver toda clase tiendas y centros comerciales. La región de San Luis Potosí era muy devotas a la religión católica, y lo que más abundaban eran las iglesias. Las cafeterías con tintes artísticos igualmente eran muy populares. Pasamos por una calle donde se amontonaban todos los antros de la zona. No podía negarlo, el lugar me encantaba, era una interesante mezcla perfecta entre la época moderna y antigua. Doblando una esquina podías sentirte en los años coloniales, y en la siguiente cuadra te topabas con un Starbucks junto a un cine. Me moría por ver todo eso en conjunto ya una vez que fuera de día y tomará vida con la presencia de la gente.
Papá ya se había puesto en contacto con la dueña de la casa a la que íbamos a rentar, para llegar allí enseguida y no tener que gastar en un hotel. La amable señora Andrea se había ofrecido a esperarnos despierta para recibir nuestra llegada.
Ya teníamos puesta la ubicación de nuestra nueva vivienda en Google Maps para que nos fuera más fácil encontrarla. Yo sostenía el teléfono y seguía la ruta mientras Jerry manejaba. Al encontrarla nos estacionamos junto a su banqueta y papá llamó a la rentera como habían acordado. Me dediqué a observar la construcción sin prestarle mucha atención a su conversación. No era el lugar más bonito del mundo, pero serviría. Era una casa sencilla y normal de un piso en color crema. No tenía jardín, lo cual no era malo por que era pésima con las plantas. Por lo menos tenía un zaguán negro y las ventanas poseían protecciones.
Papá colgó la llamada y enseguida una mujer blanca y regordeta salió de la casa con una sonrisa, acompañada de un hombre canoso y alto.

—Vamos hija —me aviso Jerry, dándome un cariñoso apretón en el hombro antes de bajar.

Di un hondo suspiro y anduve tras él. El clima de aquí era diferente, se suponía que estamos en verano y yo sentía la noche algo fresca. Mientras me aproximaba pude ver como se saludaban los tres de manera cordial.

—Y ella es mi hija, Ámbar —me presentó cuando lo alcancé.

—¡Oh pero que hermosa niña! —exclamó la mujer, tendiéndome la mano—. Soy Andrea.

—Buenas noches —se la estreché, sin poder evitar sonreír—. Un gusto.

—El es mi marido Fernando —me presentó a su esposo.

Lo saludé de igual manera.

—Imagino que vienen muy cansados, los dejamos para que puedan dormir —se dirigió a papá—. Yo mañana paso para traerle el contrato para que lo firme y ver lo del pago.

Cuidado con las sombras [Ámbar] Libro #2 <TERMINADA. BORRADOR>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora