CAPÍTULO 49

2.5M 106K 1.3M
                                    

════ ⋆★⋆ ════

¡Cúmplelos feliz, Gema!

Rachel.

La sangre se me acumula en los oídos mientras que las grandes zancadas aumentan en dolor de mis costillas, pruebo el sabor de mi labio partido mientras camino al baño.

El puño, la patada, los insultos... Su cara, todo me hace creer que voy a estallar en un millón de fragmentos.

Mi cabeza devuelve y repite el momento transformándome en alguien que no conozco, no soy violenta, pero ahora lo único que quiero es ahogarla en el inodoro por no tener la valentía de golpearme de frente.

«Perra maldita» Me encierro en el baño quitándome la playera queriendo revisar el golpe que me propino. Y ahí esta la marca de su bota en mi piel.

No voy a llorar, aprieto los labios maldiciendo a Parker por atravesarse.

«Tenía que dejarme y ahora quede como una estúpida»

Las manos me tiemblan cuando las meto en el lavado «Calma Rachel» Trato de amedrantar el enojo y no salirme de control.

«Un soldado no mezcla lo laboral con lo personal» Me repito, pero el dardo que me lanzó me está cortando el paso del aire y la mención del matrimonio me da vueltas comprimiéndome por dentro.

«¿Qué diablos me importa?» Si hace meses que lo sé. Dejo que el agua fría calme el ardor cuando me empapo el labio.

Ahora me importa porque mis jodidos momentos con él me lo entierran tan adentro que solo me cuelgo más de lo que ya estoy. Basta un instante, para recordarlo a lo largo de la semana, para declinar planes, romper promesas e ilusionarme con cosas que tal vez nunca van a pasar.

La ira no le da paso a las lágrimas, no lo vale, ella no me va hacer llorar. Me digo, solo tengo que calmarme y reponerme como siempre lo hago.

Me seco la boca acomodándome el uniforme, no tengo tiempo para pendejadas hay obligaciones que cumplir y no quiero darle más importancia de la que se merece.

Salgo apretando el paso a través de los pasillos, andando como si nada me doliera y rogando al cielo que esa perra no me ande buscando revancha porque juro por Dios que no voy a medir consecuencias a la hora de pegarle un tiro.

—Mi teniente —Alan me está esperando con la tropa en las canchas de entrenamiento—. Estamos a la espera de sus órdenes.

—Quince vueltas a la pista —ordeno— Sin pausas y el que falle repite desde el inicio.

—Como mande —se posa firme poniendo todo el mundo a marchar.

Me quedo observando mientras cumplen con el ejercicio, en verdad me estoy reprochando no haberle partido los dientes a esa ridícula; he sido una auténtica estúpida exponiendo mi integridad frente al psicópata ganándome más líos de los que ya tengo ¿Para qué? ¿Para qué putas pierdo el tiempo en gente que no merece que ni la escupa?

—¡Pelotón D2509! —grita Parker a mi espalda— ¡Suspendan práctica y fórmense en siete hileras de presentación!

Alan se apresura a mover los soldados y yo solo ruego que no diga lo que presiento.

—¡¿Que esperas, James?! —espeta molesto— ¿Invitación formal?

Me pongo en posición.

—Nada de quejas, relatos o lágrimas de amante sufrida —advierte solo para los dos—. Tus problemas los resuelves afuera.

LUJURIA  - (Ya en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora