CAPÍTULO 12

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Un te amo en el mediterráneo. 

Gema.

Vacío La esencia en el jacuzzi. Según Liz los aceites con feromonas ponen el ambiente caliente y es justo lo que necesito ahora que me la paso abierta de piernas sobre el coronel. 

Me cosquillea la entrepierna de solo pensarlo.

—¿Es normal que lo piense tanto? —le pregunto a Liz mientras tomo la temperatura del agua.

—¡Siii!—rebusca en la cajonera—  Te desvirgó y es lógico que quieras cabalgar sobre su verga gran verga. 

La piel me cosquillea lo hemos hecho todos los días, cada que podemos. En las noches me escabulló en su casa y lo tiento a mi manera. 

Lo llame hace media hora y me dijo que venía en camino. El centro tiene un encuentro de feligreses a las afueras de la ciudad con uno de los obispos, así que tendrá el fin de semana libre. 

Liz me compró lencería sexy, así que lo esperaré en bata y con unas minúsculas bragas de cuero rojo.

Paso las veinticuatro horas del día con una estúpida sonrisa. Si, parezco estúpida lo sé, pero es inevitable. Recopiló los momentos hot y ¡Joder! se me sube la temperatura.

—Vaya—Liz saca el bol de preservativos— Al tipo sí que le gusta cuidarse.

—¡Escóndelo!—cierro la llave del agua— Si los escondí es porque no quiero que los vea.

—¿Quieres que te preñe? —arruga las cejas.

—¡Por supuesto que no! —le quito el recipiente— Uso la píldora, pero quiero hacerlo sin látex.

—Quieres que sea piel a piel —me nalguea— Me recuerdas mi vida de hetero... Bueno, aunque yo fingía estar embarazada y luego pedía dinero para las píldoras abortivas —se ríe— Nunca dejaba de ponerme ropa nueva.

—Jamás haría eso, no le gustan que le mientan.

Rueda los ojos.

—Como si no mintiera.

—Es un poco tosco, pero no es un mentiroso.

—¿Cuánto fue que duro follándose a la novia del inocente capitán?

—Vea ver que hace Angela —no me gusta cuando se pone venenosa— No dejes que salga, si Christopher se entera de que esta aquí...

Abren la puerta, Make y Tyler hablan en la sala.

—¡Fuera! —empujó a Liz.

—Cabalguen ese semental —me da un beso en la boca— Y saca la zorra que sé que eres.

—¡Largo! —la saco.

Correa nuestra habitación y cierra la puerta con pestillo.

Convencía Christopher de que la dejara, casi tuve que arrodillarme para que accediera.

Capto los pasos en el pasillo y anudo la bata preparándome para recibirlo. No quiero verme demasiado lanzada, así que tomo una revista acostándome en la cama. 

Se asoma en la puerta soltando todo lo que trae. 

—Hola—lo saludo.

—¿Encendiste el jacuzzi? —pregunta quitándose la ropa.

—Si—no nota mi sexy atuendo.

Se encamina al baño como Dios lo trajo al mundo. Aprecio los músculos de su culo, el tatuaje en forma de dragón que le cubre parte de las costillas.  Me derrito, es más de lo que puedo soñar,asi que me quito la bata entrando con las meras bragas puestas. 

LUJURIA  - (Ya en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora