Tipo de narrador: Tercera persona.
Damon Mascherano ya era un rey con tan solo cuatro años, muchos lo sabían no solamente Antoni, era la regla de un legado ya que en la mafia se sabe quién es quien incluso antes de nacer.
El talento se huele, los genes pesan en el mundo criminal y la madre de Damon no era cualquiera, era Isabel Rinaldi una psicópata entrenada desde cuna, una ejecutora que corto miles de gargantas y Dalila lo sabe, por ello quiere que Phillippe se mantenga para que los hijos de ella y su tío sean los herederos al trono, Damon ya es macabro y por ello se verá estupendo como ejecutor, como el protector de sus primos.
La mafia lo ve así, Laila solo quiere que el niño de casi cuatro años deje de sufrir y por ello se está aventurando a un arriesgado operativo junto con sus camaradas, son pocos los que están en juego ya que en la FEMF no siempre se prepara para armar el caos, cuando te enfrentas a mafias con tanto dominio como la mafia roja toca ser cauteloso y el ejercito espía sabía mucho de eso.
Los soldados entran por las alcantarillas subterráneas, de negro, con mascara y lentes infrarrojos, kilómetros de pasillos oscuros predominados por ratas, pero ellos tienen un solo objetivo y es sacar a Damon sin alboroto, sin alertas y sin derramar sangre. Se hacen las debidas señas cuando se llega al objetivo, los soldados van saliendo poco a poco en completo silencio.
Las cloacas son subterráneas y están llenas de jaulas de acero donde se enfrentan en peleas a muerte y prisiones donde crían a las maquinas asesinas llamadas "Ejecutores"
Es la una de la mañana y los hombres se pasean con el arma cruzada en el pecho. Ellos le ganan en número y por ello la regla se mantiene «Sin caos» Esta área es de Ilenko.
Van soltando los dardos tranquilizadores que derriban a los guardianes y cada que un guardia cae un agente lo arrastra a la oscuridad. Laila, Angela y Brenda se apresuran a ubicar al niño, jaula por jaula.
En el primer piso no hay nada, continúan abajo hasta llegar al cuarto nivel. Angela dispara los dardos silenciosos derrumbando a los tres hombres que se pasean, los presos duermen, Alexa señala la última jaula de la hilera y ahí esta.
—Rápido —pide Angela, pero la escena es desagradable a la vista.
Los prisioneros duermen, pero Damon no, Damon está de pie junto al cadáver del Dóberman que yace en la arena con un cuchillo en el ojo. El pequeño tiene mordiscos a lo largo de los brazos, su piel está abierta por los latigazos y se ve completamente desnutrido.
¿Mato al perro?
No sonríe, no llora, no grita solo mira a Laila desenterrando el cuchillo del animal sin ningún tipo de asco, impresión o miedo.
¿Como un niño a tal edad hace tal cosa?
—Tranquilo —pide Laila en un susurro mientras él niño la observa con ojos vacíos causando terror en la teniente que a su edad ya ha visto muchas cosas aterradoras.
El niño repara el animal saliendo de la hipnosis, los ojos cobran vida llenándose de lágrimas y Laila se le va encima para que no grite, el pañuelo impregnado de droga lo desmaya y ella se apresura a soltar las cadenas del cuello, tobillos y dorso.
Damon era el único objetivo, lo único que tenía en la mira y un soldado concentrado logra lo que quiere.
Salen por las alcantarillas, las camionetas los esperan en la salida final, todos abordan los respectivos vehículos y se abren paso entre las calles de Kirov.
Alexa alza el radio para poner al tanto el coronel, pero un proyectil levanta la camioneta de adelante.
—¡Vida de mierda!
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LUJURIA - (Ya en librerías)
RomanceEl mundo ardió volviendo cenizas a una mujer hecha para pecar. Ahora la lascivia le ha dado paso a una latente lujuria dispuesta acabar con lo que queda. Rachel James resurge enfrentándose a dos bestias que están dispuestas a todo por ella. Las car...