CAPITULO 41

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La rebelión de las ratas.

Rachel.

Curvo los labios sonriendo a las cámaras que no dejan de enfocarme. Inteligente, empática, bonita y sonriente, son las cualidades que debe tener el personal que apoya al candidato. Lo sé porque leí diez artículos sobre lo primordial en campañas políticas.

—Rachel, tu padre debe estar orgulloso de ti —me dice uno de los periodistas— Estas siguiendo sus pasos al apoyar a la familia Morgan.

—Hay lazos que nunca se rompen —tomo el brazo de Bratt para que pose a mi lado.

—La pareja de esposos que siempre quisimos ver y no surgió —comenta otra reportera— Me dejaron con el lente listo para la boda.

—No descartemos nada todavía —Bratt reluce los hoyuelos tomándome de la cintura— Bien dice que lo bueno se repite.

Todos estallan en carcajadas. Bueno... Todos excepto Christopher y Marie, el coronel esta frente al escritorio de su despacho preparándose para una pequeña rueda de prensa y su nana está en una esquina haciendo mala cara desde que llegue.

—Hoy estás radiante y hermosa —Bratt me da un beso en la mejilla.

—¿Solo hoy?

—Siempre, pero hoy ... No sé qué tienes que estas tan sexy...

—Gema, qué alegría tenerte aquí —un reportero español le da la bienvenida— Ya nos estábamos preguntando por ti.

—El tráfico estaba pesado —Liz le ayuda a quitar el abrigo.

Se ve bien con un el traje clásico y el cabello alaciado, lo único malo es que el rímel y el delineador no lograron disimular los ojos rojos e hinchados.

No la llame para que viniera de eso se encargó Luisa, que estuvo pegada al teléfono ayudándome a convencer a todos después de lo que paso con Antoni. En mi plan no estaba que le fueran a partir la cara al italiano perjudicando la campaña de ministro.

Un punto a favor y uno en contra: A favor porque sé que puedo detonar la ira del coronel las veces que quiera y en contra porque pese a mis planes malévolos no puedo dejar que salga de la candidatura. Esto no es solo de él, es de todos y si surge cada uno tendrá su recompensa.

Gema no me mira, solo se dedica a responder las preguntas que le hacen.

—Voy a llevarme al capitán —Cristal tira de la mano de Bratt— Quieren que hable sobre su infancia al lado del coronel.

Zeus se me lanza encima ladrando distrayendo la atención de todos. Error, a Marie se le sube el calor a las mejillas y por un momento pienso que va a venir arrastrar al perro.

Tengo claro los valores de mi padre al decirme que se debe respetar a los mayores, pero a mí también me agrada el perro y no voy a dejar de tocarlo solo porque a ella le molesta, es un animal y ya estoy harta de tener que darle gusto a todo el mundo.

Me agacho a acariciarle el pelaje, saca la lengua y se echa en el piso para que le rasque la panza, «Precioso»

—También eres buena con los animales —Liz pone mala cara cuando me toman una foto.

Alzo los ojos para mirar al coronel, estoy lidiando con el perro mayor no creo que ningún animal existente me quede grande.

—¿Estás segura de esto? —Laila se atraviesa en mi campo de visión— Mira que estás jugando con fuego.

LUJURIA  - (Ya en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora