CAPITULO 72

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Shhh, sumisa.

Al día siguiente.

Gema.

Detengo el auto frente al edificio de Christopher, mi abogada esta al teléfono y Liz me tiene al borde con tanta quejadera.

—Dejas que me trate como una pila de estiércol y nunca haces nada. Y te digo una cosa. Los maridos van y vienen, pero las amigas quedan.

—Christopher es así con todo el mundo, Liz. No le caes y punto, fin del asunto.

—O sea que cuando  se casen dejaras de ser mi amiga —se molesta — Gracias por lo que me toca.

—Si no me importaras no te hubiese pedido que vinieras conmigo —nos encaminamos a la recepción — Él tiene que aprender a tolerarte y tú a comportarte.

Christopher la detesta, pero en parte Liz tiene razón. No la puedo hacer un lado y el coronel tiene el deber de asumirlo. Abordamos el ascensor con la abogada que revisa los documentos. Andres Dávila, el abogado de Christopher no cito aquí con el fin de pactar acuerdos antes de anunciar el compromiso y Liz será mi testigo.

Es como una negociación y me siento como cuando Anastasia se reunía con Christian.

—¿Como anda todo? —saludo a los escoltas enfocándome en mi chico favorito— Tyler, lamento lo de Laurens.

—Descuide —contesta algo apagado.

Liz entra conmigo y Miranda está preparando el desayuno mientras Christopher revisa su IPad en la mesa, esta con Sara y su abogado. Es raro no verlo listo, tiene pinta de recién bañado, pero opto por un look deportivo con sudadera.

—Tesoro ¿Cómo te sientes? —le doy un beso en la mejilla— Te veo mucho mejor.

No me contesta, esta tan concentrado que no le pone atención a Liz y agradezco al cielo por eso. Mi amiga toma asiento junto con la abogada y rodeo la mesa dándole un beso a Sara no sin antes darle un apretón de mano al abogado.

—No alarguemos el asunto, estamos aquí para pactar las condiciones de Christopher —me extiende una hoja — Lee, firma, tu amiga y tu abogada están como testigo, así que no quiero líos como con Sabrina Lewis.

—Oye no me ofendas, yo tengo mi propio dinero y no planeo quitarle nada a nadie.

—Son demandas de mi cliente —mira a Christopher que sigue concentrado en la pantalla — No es nada personal.

Leo todo con Liz y mi abogada, el acuerdo es claro al decir que cada uno conserva lo suyo al momento de la separación, nada de partir cosas a la mitad si, uno le quiere darle algo al otro es cuestión de cada quien.

—¿Por qué un pacto? Si estas tan enamorado como para casarte cual es el problema en compartir tus bienes —comenta Liz.

—La fortuna de los Morgan no se compara con la de Gema —aclara el abogado.

—¿Sara tu firmaste capitulaciones? —insiste Liz— ¿Y no mientas? Porque para mí que solo estas siendo egoísta, Christopher... Estas podrido en dinero.

El coronel no se molesta en mirarla y no para de fruncirle el cejo a la pantalla que tiene enfrente.

—No me voy a meter en eso ¿Vale? —Sara se pone de pie— Yo solo vine a entregarle el depósito que estipulo mi padre para Christopher en cada cumpleaños.

Le da un beso a su hijo antes de levantarse y Miranda empieza a servir el desayuno.

—Le estás dando más dinero y aun así tienes el descaro de pactar capitulaciones... Que hijo de puta.

LUJURIA  - (Ya en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora