14. Sarcasm

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{LUKE}

Loca, impulsiva, ingenua, necia. Cualquier adjetivo era factible para describirla. Cuando anuncié que nos dirigíamos a mi departamento, su rostro pareció perder color, sus ojos marrones se hicieron más grandes de lo normal, y me miró como si yo hubiera matado a su madre.

¿A tu departamento? ¿Por qué? – El ascensor se detuvo y descendimos de él. _______ caminaba con paso firme a mi lado. Sus hombros se curvaron hacia atrás y elevó la barbilla en un estúpido intento por parecer confiada. No resultaba. Podía sentir su nerviosismo a kilómetros de distancia. Saqué el llavero y comencé a buscar la llave de la cerradura principal.

Porque no pienso quedarme toda la noche contigo jugando a la niñera. No tienes llaves de tu casa, no conoces a nadie en la ciudad, Sky no está en casa, y no te dejaré en un bar de mala muerte sola – Encontré la llave, y metí en la cerradura. La puerta hizo “Clic” y se abrió con un leve empujón – Quédate aquí afuera un momento. Necesito ordenar unas cosas.

_______ me miró extrañada, pero no dijo nada. Cerré la puerta en su rostro, y miré el departamento.

Joder.

Prensada. Ácidos. Metanfetamina. Crack. LSD. Heroína. Todo y más desparramado sobre la mesa del comedor. Corrí hacia allí sin pensarlo, tomé una bolsa de basura desde la cocina, y lancé todo dentro. Luego tendría que ordenar, y clasificar todo, pero era mejor eso, antes de que ella lo viera, y su pequeña mente comenzara a trabajar para descubrir lo que en realidad  éramos.

Examiné alrededor. Nada. Nada que nos inculpara de algo ilícito. Crucé la sala de estar tranquilamente, y abrí la puerta principal. Allí estaba ella, mirando al techo, probablemente contando los azulejos de este mismo. Sus brazos estaban cruzados a los lados, intentando entrar en calor. Hice un ademán con la mano, pero ella me ignoró. Seguía muy concentrada mirando el techo.

______ - llamé, y ella pegó un sobresalto.

¿Sí? –

¿Vas a entrar o te quedarás ahí toda la noche? -

Puso mala cara, y resopló, acomodando esos chalecos tejidos tan recatados. Se hizo paso por mi lado hasta el interior. Cerré la puerta y me lancé al sofá de la sala de estar. Esperando que ella hiciera lo mismo. Pero no, no lo hizo, se quedó parada, con los brazos caídos a los lados, y la boca entreabierta, como deslumbrada. Miraba todo, como un ciego vería el mundo por primera vez, y por un momento me asusté, y pensé que algo se había quedado encima de la mesa. Me giré sobre mí mismo, solo para contemplar la mesa vacía. Entonces, ¿Qué era lo que tanto le asombraba?

¿Qué miras? –Pregunté sin más.

Ella salió de su trance, y se sentó en el sofá de la esquina, el que daba al gran ventanal que mostraba la mitad de New York. Cruzó sus piernas, y recostó su espalda en el acolchado gris con una leve sonrisa.

Es chistoso –

¿Qué es chistoso? –

¿Anabella ha venido alguna vez aquí? –

¿Por qué quieres saberlo? –

Porque me dice niña rica a mí. Y tu departamento no tiene nada que envidiar a mi casa. Definitivamente nada – Respondió reprimiendo una risita.

Me callé. Bella nunca había venido a mi departamento.

¿Dónde están tus padres? – Preguntó mirando las paredes desnudas. Sin cuadros o retratos familiares, y ningún indicio de que aquí vivieran más personas que algunos jóvenes juerguistas.

Me quedé helado. Rígido en mi lugar. La mandíbula se me tensó como por acto reflejo, y mis puños apretaron con fuerza el reposabrazos del sillón. Di unas cuantas respiraciones para calmarme y que mi voz no saliera cargada de cólera, y dije: - No vivimos con ellos.

The only reason {Luke brooks} (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora