12. Boss.

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[Luke]

Frente a mí, majestuosamente se alzaba el edificio. Me había tocado reunirme con Max en distintas ocasiones, y distintos lugares, pero vasi siemore en bodegas, o lugares desiertos. Absolutamente nada como esto.Era un edificio muy lujoso, con ventanales amplios, y por lo menos veinte pisos. Bajé de la motocicleta, y la estacioné frente a la edificación. Sacudí mi cabello, y acomodé la cazadora de Jai sobre mis hombros.

Al acercarme, las puertas del edificio se descorrieron hacia los lados automaticamente, como en un mini super. Mi móvil vibró en el bolsillo trasero de mi pantalón.

Darren: "Trae tu estúpido trasero aquí,  y ahora. Está malditamente furioso"

Suspiré pesadamente, y me metí dentro del ascensor, presionando el número veinte sin siquiera saludar o asentir en dirección a la recepcionista. Me sentía tranquilo, pero, no era un secreto que los chicos me habían lanzado a la boca del lobo por alguna razón. Maximmus asustaba como la mierda. Era el tipo más influyente de la ciudad, si es que no del estado. Levantaba un dedo, y literalmente, las cabezas rodaban. Manejaba todas las redes de prostitución, sustancias ilícitas, y clubes nocturnos clandestinos y de una u otra forma todos éramos, o habíamos sido subordinados de él. Era el Rey de Reyes, y nadie podía discutirselo, manejaba todo su reino desde la comodidad de su sofá de terciopelo, con una copa de Johnnie Walker entre las manos y sin que le temblara un dedo.

El ascensor de detuvo, salí a un amplio nivel, con paredes desnudas color marfil, y el piso alfombrado. Otra recepcionista me esperaba con una sonrisa perfecta tras el mesón.

—Esta esperando en su oficina — Dijo amablemente y me indico el final del corredor.

Había una gran puerta de madera y a su lado, había un tipo de pie, con sus brazos cruzados sobre su pecho, debería medir un metro noventa por lo menos, de contextura gruesa, y tez oscura. Ocupaba un traje negro de pies a cabeza, lentes oscuros cubriendo sus ojos, y una gran cadena de oro colgaba, adornando su grueso cuello.

Me aproximé hacia él, con paso relajado, y las manos descansado en mis bolsillos.

—¡Pero si no es mi ganster favorito!— Sonreí, Darren chocó sus nudillos, repletos de anillos gruesos, con los míos, y me dió una sonrisa preocupada.

—Hermano, que bueno que llegas. Está como un maldito toro allí dentro, la secretaria de abajo vino a dejarle un café, y salió de allí llorando - Dijo, notoriamente intimidado.

—Tranquilo, Darren. Podré manejarlo. Después de todo es sólo Max. —Me encogí de hombros. —Max es buen tipo. —Dije intentando convencerme a mi mismo.

—Un buen tipo que te meterá un jarrón por el culo como no entres ya— Dijo, y me empujó dentro de la habitación. Dí un traspié con la alfombra principal, pero me reincorporé de inmediato. El más mínimo acto de debilidad podría lanzarme por el precipicio, y no era que estuviera exagerando. Me sentí como un crío estúpido que va al despacho de su padre por haber jalado las trenzas de una de las niñas del salón. El olor a tabaco me llegó de pronto, y no cualquier tabaco, debía ser uno caro, porque pude percibir toques de canela en el ambiente.

Había una ventana imensa, que ocupaba casi toda la pared posterior de la oficina. Estaba completamente amueblado, con grandes estanterías de madera barnizada, y un escritorio más grande que mi cama.

—Buen día, Luke —Habló Max con la voz áspera, y tranquila. Tan tranquila, que no pude evitar sentirme inquieto. Cada vez que él se mostraba tan calmado, era cuando el infierno estaba por desatarse. Era un sicópata, un desquiciado, podía explotar en cualquier minuto.

The only reason {Luke brooks} (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora