Restregué mis ojos por décima vez en el día. Mi cabeza se balanceaba atrás y adelante intentando comprender los jeroglíficos garabateados en el cuaderno de Sky. Las clases de francés no eran lo mío, ni lo de ella tampoco. Ninguna de las dos había podido comprender nada en más de tres horas estudiando. El examen era mañana y estábamos irremediablemente fritas.
—Bueno… —Bostecé — ¿Los verbos de la pregunta seis hay que conjugarlos en pasado o en presente?
Sky tomó uno de los almohadones morados de su cama, y se tapó la cara. Ahogó un grito inmenso de frustración, y luego lanzó el almohadón lejos, estrellándolo contra la pared.
—Sky…
—¡No sé! ¡No lo sé! ¡Jesús! ¡Se me quemaron todas las neuronas! – Gritó con los brazos alzados – Estoy aburrida. Entraré en depresión. Ya no puedo más con esto. Necesito comida china. ¿Qué dices?
—Sky...—Comencé nuevamente pero no me dejo terminar.
—¿Comida china? –Alzó sus cejas. Mis tripas crujieron audiblemente en respuesta.
—Hay un local aquí a la vuelta —Sonrió, sabiendo perfectamente que ya me había convencido.
Lancé los apuntes, y las lapiceras al otro lado de la habitación al mismo tiempo que Sky saltaba en un pie para colocarse sus zapatillas. Bajamos las escaleras corriendo. Sky tomó las llaves de la mesita de café en medio de la sala, y gritó al vacío.
—¡Dan, iremos a comer comida china a la esquina!
—¡Está bien! – Se escuchó la respuesta. Sky abrió la puerta, y el frío clima de las noches neoyorquinas me golpeó fuerte. Después de todo, estábamos en medio del otoño, y el clima era tan impredecible como el estado de ánimo de Luke.
Demonios, Luke.
Una, y otra vez, siempre Luke.
Sacudí mi cabeza ligeramente para quitar su recuerdo inminente de mi imaginación. Me crucé de brazos para protegerme del frío y comencé a caminar detrás de Sky, que iba particularmente alegre, brincando por la acera, esquivando a las personas que le daban miradas extrañadas. Mi cárdigan era delgado y gris, y no alcanzaba a cubrirme lo suficiente para entrar en calor.
La gente seguía mirando raro a Sky mientras ella daba piruetas en el aire. Reí fuertemente cuando ella chocó con un chico de unos veinte años.
—¿Has pensado en unirte al equipo de porristas? – Pregunté mientras trataba de seguirle el paso.
—Ew. – Arrugó su nariz y siguió saltando y alzando los brazos – Claro que no, no estoy loca.
—¿Por qué estás tan feliz?
—¡Iremos a comer comida china! – Exclamó contenta — ¡Esa es razón suficiente!
Salió corriendo en dirección al local, y a mí no me quedó más remedio que echarme a correr detrás de ella. El sol había caído sobre la ciudad, dando paso a una hermosa luna llena que nos iluminaba la calle. Alcancé a Sky, y rápidamente la sobrepasé.
—¡Lenta! – Grité hacia atrás, esperando verla persiguiéndome. No fue así. Estaba estaqueada. Se había quedado en el lugar, bajo una farola de luz. Estaba observando algo. Tenía el móvil en las manos, y su cabello caía en forma de cortina por su rostro. Levantó la vista, y en sus ojos se notaba la confusión. Me aproximé hacia ella, repentinamente nerviosa.
¿Pasó algo? – Pregunté.
Uhm... –Guardó el móvil en el bolsillo trasero de sus jeans color granate – Cambio de planes.
ESTÁS LEYENDO
The only reason {Luke brooks} (EDITANDO)
Random"Por Dios, _____. No me hagas elegir. Porque la única razón por la que soporto toda esta mierda, es por ti. - Su respiración se volvió pesada e irregular, sus puños estaban apretados a cada lado de su cuerpo. Me había gritado muchas veces, pero jamá...