42. My girl

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Los brazos cruzados, y una línea exactamente igual a la que _______ tenía hace unos minutos y había sido reemplazada por una expresión de terror autentico. La señora estaba rígida, y me miraba como si fuera el bicho más asqueroso del puto mundo. Tensé los hombros, y me coloqué frente a _________, intentando cubrirla de los ojos escrutadores que le estaban clavando cuchillos.

– Apartate, gamberro. – Dijo, destilando odio por sus palabras.

Me mantuve firme.

– ¡Que te quites! – Me apartó bruscamente de un empujón que no me hubiese movido ni un solo centímetro si yo no hubiese querido. Me quite por voluntad.

Sus dientes rechinaban y ________ seguía pálida.

El único indicio que me demostraba que seguía viva era la manera en que su pecho subía y bajaba con intensidad porque su rostro estaba muerto. Completamente sin vida.

– Mamá, yo...– Comenzó a decir.

– ¡Cállate! – Le gruñó con voz de ultratumba. – ¡No quiero tus malditas excusas! ¿¡Ahora si vas a decirme que no te comportas como una callejera!? ¿¡Eh!? ¡Anda, quiero escucharlo!

– ¡Demonios, no has visto nada, solo hay un chico en mi pieza, que con eso!

La tomó por los hombros – ¿¡Un chico!? ¡No es cualquier chico! ¡Mirale la pinta a este delincuente!

Hey, vieja bruja, sigo aquí parado.

– ¡No es un delincuente! – Gritó.

– ¿¡Ah, no!? – La señora estaba fuera de sí. Su cara estaba enrojecida, y parecía que saldría humo de sus orejas. – Ven acá... - Alzó su brazo, y dejó caer la palma extendida sobre la mejilla de ________. Cerró sus ojos esperando el golpe, que nunca llegó. Me crucé delante de ella, y afirmé su brazo en el aire.

– No creo que sean maneras de tratar a una chica de diecisiete años.

Parecía histérica, sus ojos se agrandaron y me observó con furia. – ¡Tú no vas a venir a darme clases de cómo cuidar a mi hija!

– Pero tampoco permitiré que le ponga una mano encima. Muy gamberro, bastardo, delincuente, y renegado de la sociedad seré, pero hasta una mierda de persona como yo sería incapaz de golpearla a ella – Apunté a ________.

Se zafó con brusquedad y me apartó nuevamente. – Hablaremos mañana en la mañana – Le indicó amenazadoramente. – Y tú – Me apuntó – Te quiero fuera de mi casa en cinco minutos, si no, llamare a la policía.

Se volteó en sus pantuflas, acomodó su bata y salió por la habitación de ________ como alma que lleva el diablo.

_____________ se dejó caer lentamente hasta el suelo, con las manos en el rostro – Va a matarme, ¡Joder, va a matarme!

Me agaché junto a ella, y le quité las manos de la cara – Hey, no. Tranquila. Está algo encabronada ahora mismo, pero nada que no se le pase conversando con la almohada.

– ¿Estás de coña? – Alzó una ceja.

– No.

– ¿Has visto como acaba de mirarme? Si no hubieses estado tú me rompe la nariz a guantazos.

– Vale, que no es para tanto.

La indignación en sus ojos se hizo presente una vez más – Creo que deberías irte.

– ¿Estás segura?

– ¿Quieres que lo repita? – Miro hacia otro lado, y se levantó del suelo acomodando su vestido – Ha sido una noche bastante larga, ¿No lo crees? Necesito dormir.

The only reason {Luke brooks} (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora