Jóvenes Extraordinarios 2 Pequeño Egoísta

Año 2 antes de Andreas

Benjamin estaba en su escritorio poniéndose al día con las noticias de la universidad, al parecer todos los talleres estaban bien, solo tenía el problema de la renuncia precipitada del entrenador en jefe, no tenían gran presupuesto para contratar a alguien más y pronto comenzaría los torneos, no quería destinar mas presupuesto de lo necesario en ese ámbito, prefería invertirlo en las ciencias y artes.

Había estado pensando en contratar algún pasante mientras lograba encontrar al candidato correcto.

Su secretaria entró a su oficina si tocar como siempre mientras leía distraída el periódico, tenia que ponerle un alto, él era muy celoso de su intimidad.

- ¿Director ya viste esto? Un niño de doce años en una investigación de esclerosis, dicen que es un genio y que le gustaría venir a América a complementar sus estudios.

- Buenos días director Reeve ¿puedo pasar? Claro Betty entra ¿qué te trae por qui?

La mujer le restó importancia al comentario de Ben con la mano, y le tendió el periódico, en la fotografía se podía ver a un niño muy pálido y de grandes ojos claros mirando a la cámara con una sonrisa radiante, Ben sintió que el infierno se abría a sus pies, mientras un ángel caído le susurraba al oído.

- ¿Qué se necesita para traerlo a esta universidad?

- Primero que nada, antecedentes, no tenemos ningún programa para eso, jamás emos tenido un estudiante tan joven.

- Pues pongámoslo en marcha, lo traeremos.

**

La habitación estaba abierta a la brisa de la tarde, los aparatos emitían su constante bip, mientas Andreas tomaba los signos.

- Soy una rata de laboratorio Andreas

- No.

Odiaba esto, su madre era una mujer muy joven y hermosa, lamentaba parecerse a ella, lo lamentaba tanto, más cuando lo veía con esos ojos tan parecidos a los suyos y le suplicaba.

- Aun piensas en mi como un ser humano, porque yo creo que mantenerme con vida no es humano.

- ¿Y convertirme en asesino si lo es?

- Te lo estoy pidiendo, por favor, soy tu madre.

Estaba harto de escucharla llorar, ella esperaba que el mundo se detuviera a su alrededor, le rogó a su padre que dejara el hospital para estar con ella y ahora no les quedaba nada más que esa villa y un montón de deudas, la enfermedad no era tan agresiva ahora y aun asi ella lloraba desde esa cama diciendo que estaba muriendo, que le la dejaran morir, era una cobarde.

- Eres tan egoísta, déjame en paz, trato todos los días de encontrar una solución a esto y solo estas allí postrada en esa cama pidiendo morir, lucha, hazlo por papá por Ezio, aunque no lo hagas por mí.

Andreas salio enfurecido de la habitación, tenia doce años y estaba haciendo grandes avances en la investigación, su madre no podía ver que lo hacía por ella.

- ¿Discutieron de nuevo?

- No, ella y yo nunca discutimos, sólo nos describimos mutuamente.

Su padre que en otro tiempo fuera su héroe ahora solo era le títere de una mujer hermosa y moribunda, él jamás se enamoraría asi, jamás permitiría que una cara bonita le robara la vida de ese modo.

- En qué momento te volviste este ser cínico y ...

- ¿Despreciable?

- Iba a decir antipático.

Estaban tan cansados, cansados de soportarse mutuamente, quería irse, ser el ser egoísta y despreciable que todos creían y alejarse de todo.

- Lamento taaaanto ya no ser el niño que te seguía a todas partes pensando que eras admirable, lamento abrir mis ojos y darme cuenta que simplemente eres un cobarde.

Su apdre no dijo nada, solo lo miro con astio y siguió caminando, él n quiso que lo vieran quebrase asi que Andreas corrió a la playa hasta llegar al cumulo de rocas en la orilla, se escondió entre ellas y allí solo, alejado de todos por los que tenía que ser fuerte, se permitió llorar.

**

Benjamin despertó en su cama vacía escuchando el llanto de un niño, lo escuchó tan claro en sus sueños que lo primero que trató de hacer al despertar fue buscar al niño para darle consuelo antes de darse cuenta que estaba solo, no había niños en esa casa.