EL camino a la tentación

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Andreas dejó caer la ropa que estaba sosteniendo al escuchar lo que dijo Peter, era verdad, pero no lo era.

Andreas decidió que él no hacía anda malo y no iba a actuar como si lo hiciera, asi que se sacudió la vergüenza y volteo a ver a Peter.

- Tonto me asustaste al gritar asi.

- ¿Lo haces no? Duermes con él.

Andreas comenzó a desabotonarse la camisa lentamente dejando poco a poco su piel al descubierto la atención de Peter quedó completamente nublada en la visión del cuerpo desnudo del griego.

- ¿Estaba durmiendo en su cama? Si, es más grande y cómoda. ¿Estaba usando su ropa? Si, estaba a la mano y no podía ir a abrirte la puerta desnudo, pero ahora que eres mi mejor amigo, supongo que hay confianza.

Peter pasó saliva sin despegar sus ojos del griego, este era más hermosos desnudo que vestido, sus pezones estaban erectos y rosados, su piel pálida y tersa.

- Y como mejor amigo, guardaras ese secreto por mí, ¿verdad?

Peter asintió y Andreas le dio un beso en la mejilla y entró al baño, seducir chicos de su edad no estaba en sus planes.

Peter estaba algo confundido, pero él chico era hermoso y nadie nunca había tenido interés en él, o al menos lo tenían después de enterarse quién era su padre, la ventaja con Andreas es que era extranjero y no tenía idea de política.

Cuando el joven griego salió del baño traía puesto un diminuto short de mezclilla y un top blanco.

- Entonces Ben te pidió ser mi mejor amigo.

- Si, el director Reeve dijo que no tenías muchos amigos y que te vendría bien la compañía, yo también soy parte del proyecto de jóvenes Extraordinarios.

Eso le agradó a Andreas, Peter no era tan mayor y al parecer tampoco estúpido, le agradaba.

- Está bien, que te parece si me ayudas a elegir que me pondré esta noche, Ben y yo iremos a cenar por mi cumpleaños.

Peter de pronto recordó que tenía un regalo más para Andreas y lo sacó de su bolsillo.

- El director también te envió esto, es un monedero electrónico, dijo que era para que te compras algo lindo.

Andreas tomó el monedero emocionado, le encantaba ir de compras, se puso unos tenis, tomó su bolso, el cachorro y miró a Peter.

- Vamos acompáñame a comprar, dijo que sería un lugar lindo, no tengo idea de donde será, que crees que deba usar.

- ¿Pará ir al centro comercial? Pantalones.

Andreas lo miro retadoramente, él tenía lindas piernas y le encantaba lucirlas, además Ben jamás lo obligaba a usar pantalones, sólo los usaba al ir a estudiar.

- ¿Disculpa?

- Eres literalmente un dios griego, estoy seguro que en algún momento tendré que defender tu virtud si sales vestido así.

- OK, me gustas, serás mi mejor amigo en serio.

Peter rodó los ojos y siguió al griego afuera, este tomó su teléfono y pidió un taxi de aplicación, mientras esperaban discutían el nombre del cachorro.

- ¿Qué tal Zeus?

- ¿Porque soy griego? que tal Pete?

- ¡Así me dice mi nana!

Andreas comenzó a llamar Pete al perro y al muy pillo le encantó el nombre, daba ladridos felices al escucharlo.

- Le encanta.

Cuando llegaron al centro comercial fueron directamente a la tienda en la que podían cambiar el monedero, en la caja les dijeron que tenían un crédito de 500 y eso era mucho dinero para un outfit de un solo día, Andreas decidió comprar solo lo necesario y guardar lo demás, Peter le ayudó a escoger lo que compraría incluyendo unos hermosos tacones negros con hebillas doradas.

- ¿Sabes usar tacones?

- Obvio, desde niño, usaba los de mi madre.

Al terminar las compras ya era bastante tarde y sólo les daba tiempo de volver a casa y que Andreas se alistara para salir.

Pasaron a comprar comida para el cachorro y Peter se fue en el taxi directo a su departamento en el campus.

En verdad le agradó el chico, no se dejaba amedrentar por la actitud de Andreas y tenía comentarios ingeniosos para responder.

El joven dejó al cachorro en un nido de cobijas y fue a prepararse, una ducha rápida y el vestirse le tomaron el tiempo justo en el que la puerta de la entrada se abrió.

Los fuertes pasos de Ben se escucharon por las escaleras, pero no entró a la recamara de Andreas sólo lo escucho gritar que le esperara unos minutos.

Mientras esperaba, Andreas uso un poco de delineador de ojos y brillo de labios y trenzó un poco su cabello, al verse al espejo quedó muy complacido con su apariencia.

Un jadeo lo hizo voltear a la puerta.

Ben estaba allí de pie vestido completamente de negro con un traje ajustado que acentuaba sus hombros anchos y cintura estrecha, se veía muy sexy, miraba a Andreas embelesado sosteniendo un ramo de rosas rojas en los brazos.

Andreas se sentía cohibido por la mirada del mayor, pue era la primera vez que se vestía así.

- ¿Crees que me veo vulgar?

- No, eres lo más hermoso que he visto nunca.

Andreas se acercó al mayor y tomó las flores, eran hermosas y fragantes, también era la primera vez que le daban rosas.

- ¿Tacones?

Andreas sonrió a Ben coqueto, con eso tacones era diez centímetros más alto, pero seguía siendo más bajo que el mayor.

- Las pondré en agua antes de irnos.

- Tengo listo un florero en la sala, mañana te las llevaré a el ático.

Salieron de casa, diciendo adiós al pequeño cachorro que dormía en su nido cálido.

El camino fue ameno, pero un poco largo, llevaban ya cuarenta minutos conduciendo cuando que a Andreas se le ocurrió preguntar a dónde se dirigían.

- Te dije que era un lugar especial y está en las afueras.

La verdadera razón era que nadie lo podía ver con Andreas en una cena personal, quería llevarlo a un lugar donde no los conocieran.

Y eso era en un lujoso restaurante en la playa, reservó con un mes de antelación pues era muy difícil conseguir una reserva.

Cuando estuvieron cerca y las luces del lugar eran visibles, Andreas se veía encantado, un cielo de luces cubría el lugar dándole la apariencia de ensueño.


Jóvenes Extraordinarios 2 Pequeño EgoístaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora