Era la fiesta del pequeño Nicola. Y Andreas tenía que fingir que estaba encantado con ello, había un montón de bebes gritones tropezando por doquier, no sabía de donde habían aparecido tantos niños.
Al verlo Ben le dio esa sonrisa que en otro tiempo habría hecho a Andreas derretirse en un charco.
Ahora sólo le incomodaba, sabía que Ben seguía amándolo como el primer día que se vieron, él ya no estaba tan seguro.
- Pensé que no vendrías te emos estado esperando para encender la vela en el pastel.
- No debiste, Nicola ni se entera que estoy aquí.
- Eres su papi, él te ama como yo.
Andreas sintió nauseas al escuchar eso, recordó cuando él llamaba a Ben asi cuando yacía debajo de su cuerpo mientras este lo tomaba, cuando él era lo más importante en su mundo y no ese pequeño bebé que le robaba su amor.
Odiaba que Ben se refiriera a él así, pero temía romperle el corazón si se lo decía.
La cuñada de Ben se acercó con un sonriente niño idéntico a su padre que estaba cubierto de dulce e intentó que Andreas lo tomara, este por instinto dio un paso atrás, su camisa blanca terminaría arruinada si le acercaban esa bola de azúcar.
- Lo lamento, tengo que ir al hospital después de esto, no lo puedo cargar.
La cuñada de Ben se le quedó viendo mal y se fue con el niño, el pequeño lo miraba por el hombro, le pareció que estaba triste, Andreas alejó la mirada tendiéndole un obsequio a Ben.
- Toma, es su obsequio se me hace tarde.
Ben trató de tomarle de la mano, pero Andreas se zafó a tiempo despidiéndose de todos con una sonrisa ensayada que Ben no creería.
Escuchó desde la acera el Cumpleaños Feliz y los aplausos de la gente, no podía soportarlo.
Fue directo al Bar de costumbre, donde podía encontrar compañía de una noche que no le hiciera preguntas, ni le hablara de amor.
Esa noche Ben le llamaría un par de veces y Andreas le mandaría un texto ya muy tarde para disculparse y decirle que estaba en una emergencia médica, cuando simplemente estaba mirando el teléfono sonar mientras jodía a un desconocido contra la pared.
***
Era Noche de brujas y Nicola tenía un hermoso disfraz de Medico que Ben le había comprado, se veía adorable, había terminado de pedir dulces y Ben creyó que era buena idea visitar a Andreas de sorpresa, llegaron al departamento y al no poder abrir la puerta con el niño en brazos tocó un par de veces hasta que la puerta se abrió.
- ¡Truco o trato!
- Lo siento amigo no tenemos dulces.
Ben se quedó congelado, un hombre de unos veinticinco años estaba del otro lado de la puerta, tenía una chaqueta en la mano y se estaba acomodando la camiseta, no tenías que ser un genio para darte una idea del porqué.
- ¡Mira ese adorable bebé! mi novio también es médico, deja llamarlo el siempre trae paletas...
- De cereza en el bolso, lo sé.
Fue muy incómodo cuando Andreas salió de la habitación sin camisa llamando a su amante sin levantar la mirada.
- Amor ponte el casco no quiero tener que atenderte en urgencias.
- ¡Papi!
Pero más incomodo que Nicola le gritara papi ante la mirada atónita de los dos hombres en la puerta.
Era la primera vez que Andreas lo escuchaba, lo habían ensayado toda la semana, con una fotografía obvio pues le griego hacia mucho que no se aprecia en casa.
El "novio" se veía en verdad confundido pues en los tres meses que llevaba saliendo con Andreas nunca notó que tuviera un esposo e hijo, miraba de uno a otro esperando algo.
Ben notó como Andreas estaba congelado sin saber que decir asi que hizo lo que debió hacer hace mucho tiempo.
- Descuida "amigo" no estas arruinando un matrimonio ni nada, yo soy quien debió llamar antes de venir.
Le dio la espalda al hombre del que había estado enamorado todos eso años y camino con su hijo sin mirar atrás.
- Ben espera.
Ben no lo esperó siguió caminando alejándose del departamento, no fue hasta que su hijo lloró tendiendo los brazos al griego que se detuvo.
El enseño a Nicola a amar a su padre sin que este estuviera presente, le enseñaba fotografías y le contaba sobre él, Nicola apenas tenía dos años, pero ya reconocía a su papi y lo amaba.
- Ben, por favor deja que te explique.
Estaba destrozado, quería gritarle a Andreas, quería llorar de rabia y dolor, pero no podía, no podía porque tenia a su bebé en brazos y por que él era el único que estaba comprometido en esto.
Pero eso no evitaría que las palabras salieran como un torbellino.
- No hay nada que explicar, debí darme cuenta antes, él es joven, es de tu edad, obviamente sin hijos y le llamas cómo a mí no puedes, lo único que lamento es que no me lo dijeras antes, me siento estúpido al venir aquí con mi hijo esperando que... ya no importa.
Por primera vez desde que le dijo que tendría un bebé, Ben se volvió a referir a Nicola como "su hijo", ya no era de ambos, nunca lo fue, Andreas nunca fue un padre para Nicola, sólo fueron los sueños de Benjamin.
Andreas se quedó allí sin saber a donde ir, Ben no lo quería cerca y era demasiado cobarde para ir tras él, asi que volvió a su departamento y mintió, mintió a ese joven que era lo único que le quedaba.
Aunque no lo amara, aunque no lo necesitara, aunque fuera sólo para no estar tan frio y vació como se sentía.
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Jóvenes Extraordinarios 2 Pequeño Egoísta
RomanceCuando Benjamin Reeve fue elegido como director de la universidad tenía muchos planes para esta, pero al leer un articulo sobre un chico genio al otro lado del mundo cambia todos esos planes creando un departamento para Jóvenes Extraordinarios y log...