Jóvenes Extraordinarios 2 Pequeño Egoísta

Hablando de padres...

Andreas se tomó muy enserio lo dejarse cuidar por Benjamín, el hombre vivía para complacerlo a cambio de miradas cariñosas y coqueteos, con el tronar de sus dedos el niño lo tenía a sus pies.

- ¿Al director no le molesta que esté aquí contigo?

- No, le dije que eres eunuco, sintió pena por ti.

Peter se había convertido en el mejor amigo de Andreas a pesar de sus bromas pesadas e insultos, el chico era muy relajado e ingenioso.

- No soy eunuco, pero mi pene tiene instinto de supervivencia, sabe que si entra en ti podría morir envenenado.

- Eso explica que esté escondido y encogido.

El pene de Peter era lindo y de buen tamaño, además aun le faltaba crecer porque, aunque Andreas ahora fuera alto para su edad ya no crecería más, de eso Peter estaba seguro.

- Tú lo que quieres es verlo, te lo mostrare.

- ¡¡No, eso es asqueroso!!

Peter intentaba bajarse los pantalones mientras Andreas se cubría los ojos cuando un carraspeo fuerte los asustó.

Benjamín los veía desde la puerta de la habitación con una ceja alzada, Andreas arrojó a Peter tan fuerte que este cayó al piso, por suerte tenían alfombra.

- Director Reeve yo...em, no es lo que parece.

- Qué bueno, porque desde donde yo estoy parecía que le querías mostrar tu pene a Andreas.

Andreas se estaba aguantando la risa pues Peter parecía muerto de miedo, a lo largo de los dos meses y medio que tenía el griego encerrado en esa casa con el pie y el brazo enyesados Peter se había dado una idea de la relación de él y Benjamin.

- No podría, no tiene.

- Es verdad, soy eunuco.

Ben se acercó al griego riéndose de sus tonterías, dejando a Peter hecho un desastre en suelo pues el cachorro comenzó a lamerle a la cara. Le dio un ligero beso de saludo a Andreas antes de levantar a Peter.

- Peter tenemos un nuevo entrenador, si quieres seguir con una beca deportiva debes impresionarlo.

Era una injusticia que el padre de Peter siendo acaudalado y una figura pública no quisiera seguir pagando la escuela, Ben había llamado para amenazarlo, pero el chico le tenía terror a su padre.

- Acaba de ver mis reflejos en acción, ¿Lo impresioné?

- No.

- Pues a él tampoco lo haré estoy seguro.

Aunque la beca de Peter era idéntica a la de Andreas el chico tenía gastos personales que la beca no podía cubrir, estaban algo escasos de patrocinadores y los clubs deportivos tenían la mayor entrada de donaciones.

- Déjame habar con tu padre, es su deber el pagar tus estudios.

Andreas se dio cuenta del miedo que Peter mostraba a la mera mención de su padre, no le asustaba verlo asi, el chico siempre era positivo y dulce, no merecía a alguien que le lastimara de ese modo.

- Déjalo Ben, si su padre es una mierda él se lo pierde, Peter está super bien.

Peter le sonrió a su amigo y lo abrazo, Andreas era como un gato odiaba que lo abrazaran y te arañaba o mordía.

- Quítate de encima, Ben llama a su padre que se lo lleve.

- Me amas, sé que me amas, pero eres una bolita tímida y dulce, envuelta en odio y agresividad.

Después que entre ben y Peter despeinaron y abrazaron a Andreas el mayor los dejo de nuevo a solas para ir a preparar la cena, Peter volvió a estar cabizbajo, le preocupaba mucho quedarse sin la beca deportiva.

- ¿Cuál es el problema con tu padre?

- Mi padre es un político en campaña, es el ejemplo de la familia perfecta y yo... soy gay.

Andreas no veía el problema en eso, Peter era un chico excepcional, no se le nota que fuera gay, no era delicado y femenino, era un chico común y corriente.

- ¿Qué importa que seas gay? Mi padre se moriría si le toca un hijo estúpido, que sea gay no importa.

- Para mi padre es diferente, él hubiese preferido un hijo deportista, guapo, sociable y hetero, no le importa si soy inteligente, tengo que ser el estereotipo perfecto.

Andreas no entendía eso del estereotipo perfecto, para él Peter era guapo, sociable y deportista, un deportista algo torpe, pero se esforzaba en todo.

no podía comprender por qué eso le importaba tanto a su padre.

- Mi padre me envió aquí sin preguntarme, sólo me dijo "te iras a América a estudiar" me envió con un extraño, lejos de casa, de mi hermano, mis costumbres, tradiciones, mi idioma. No te sientas mal si tu padre es un idiota, en eso no estás solo.

Peter estaba seguro que Andreas era un chico dulce envuelto en espinas.