Pequeño secreto

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Seis meses duró la felicidad de Ben, seis meses en los que su matrimonio fue investigado, en el que lo abogados arreglaron todo sin que su "esposo" se preocupara por nada.

Después de esos seis meses Andreas regresaría a su departamento y Ben al alcohol.

A veces cuando estaba muy ebrio le parecía que era Andreas quien lo arropaba en las noches, quien le arrebataba la botella y le reñía, pero no era asi.

Deseaba con todas sus fuerzas que fuera Andreas, pero sabía quién era y eso le avergonzaba.

- ¿Crees que seré un buen esposo?

- Lo serás y el hombre que elijas será muy afortunado.

- Me gusta Dylan, pero sé que yo no le gusto.

A veces Ben se avergonzaba un poco de que su nuevo mejor amigo fuera un niño, pero Ezio era un joven maduro e inteligente, siempre lucido y atento, Ben quería un hijo como él.

De pronto la idea le asaltó, un hijo, quería un hijo.

- Ezio ayúdame a tirar las botellas de alcohol.

- ¿Otra ves?

- Si, pero esta vez es en serio, hay algo que tengo que hacer y debo estar sobrio para eso.

- ¿Recuperaras a tu esposo?

Lo intentaría, sabía que era probablemente un caso perdido, el había visto las fotos en las paginas de sociales, Andreas del brazo de un apuesto joven en una reunión de caridad.

Ni siquiera lo confrontó, las palabras del griego serían las mismas.

"No estoy listo"

- Probablemente no, pero es momento de ser egoísta, ¿puedes guardar un secreto incluso de tus padres y de tu hermano?

- Ben, tu puedes pedirme que mienta en un juicio y lo haré.

- Quiero tener un hijo.

Era la primera vez que decía esas palabras en voz alta y Ezio no era quien debería escucharlas, pero estaba decidido y necesita apoyo.

La cara de Ezio pasó de la sorpresa a la felicidad en un segundo.

- ¿Un sobrino? ¿Tendré un sobrino?

- Legalmente... si.

- Ben, puedes ser "legalmente" el esposo de mi hermano, pero en el corazón somos familia.

Eso fue más de lo que Ben podía soportar, tomó a Ezio en brazos y lo hiso girar en el aire, el menor reía encantado cuando alguien se aclaró la garganta.

- Lamento interrumpir.

Andreas los veía desde la puerta muy serio, Ben bajó a Ezio despacio, no estaban haciendo nada malo, pero por la mirada de Andreas pudieron estar matando cachorros en ese momento.

- Descuida, ya me voy, estábamos celebrando que pasamos a las finales en el torneo, claro que si vinieras más seguido te enterarías.

La tensión entre los hermanos era palpable y a Ben le incomodaba, pero Ezio no era un intruso.

- Ezio, espero que me acompañes mañana, si tienes tiempo.

- Para ti Ben, lo detengo.

Andreas vio como su hermano salía por la puerta trasera hacia el jardín ates de darle una mirada asesina a Ben.

- ¿A dónde te acompañará?

Jóvenes Extraordinarios 2 Pequeño EgoístaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora