Pequeños pasos

1.4K 191 10
                                    

La cena estaba en la mesa, Ezio estaba sentado en las escaleras de la casa con Dylan como un perrito faldero a su alrededor, Andreas estaba seguro que si no fuera porque Dylan aseguraba que no sentía nada por su hermanito ya lo tendría de las bolas colgando del árbol de navidad, el doctor Rice estaba bailado con los brazos colgando de los hombros de su padre una cancion lenta que hablaba de amor eterno y días felices, la sonrisa en el rostro de su padre era cegadora.

Ben ponía los últimos regalos bajo del árbol, estaba usando un horrible suéter navideño que Andreas le dio el año anterior.

No habían vuelto a ser amantes, de vez en cuando terminaban en los brazos del otro, desnudos y saciados, pero no tenían una relación, Andreas salía con chicos de su edad de vez en cuando y Ben había estado saliendo son una mujer unos meses hasta que esta los encontró besándose en la fiesta de cumpleaños de Ben, fue una buena pelea y Andreas no iba a aceptar que se sintió muy feliz cuando Ben le avisó que habían terminado.

- Quita esa sonrisa de tu cara, pareces un maniaco.

- Recordaba buenos tiempos.

- Estos son buenos tiempos.

Lo eran y lamentaba que en unos momentos lo echara a perder.

Ben lo tomó de la cintura y comenzaron a bailar, la cancion había cambiado y ahora Michael Bublé le pedía que guardara el ultimo baile para él.

Cuando la musica cesó y todos estaban en la mesa diciendo los buenos deseos para esa navidad sabía que era el momento.

- Llegue a este país hace poco mas de cuatro años y creo que es lo mejor que me a pasado en la vida, conocer a Benjamin Reeve es el mejor regalo que me a dado la vida, pero creo que es tiempo de independizarme, necesito mi espacio y crecer como individuo asi que me mudaré a un departamento en el centro, en un mes.

Todos guardaron silencio, al principio nadie dijo nada ya, aunque a Ben se le estaba rompiendo el corazón en mil pedazos diminutos sabia que tenia que ser él el primero.

- Felicidades amor, es un gran paso, me siento muy orgullosos de ti.

- Te visitaré, te molestaré siempre.

- Eres bienvenido siempre Ezio, puedes tener una habitación si quieres.

Las felicitaciones vinieron después, todos le aconsejaron mucho y le prometieron ayudarle a amueblar el departamento, las sonrisas de Ben nunca flaquearon, aunque por dentro se quebraba no se lo diría a nadie.

No fue hasta muy tarde esa noche cuando todos se fueron a dormir que fue al ático y se encerró a llorar.

No es que fuera un adiós, pues no lo era, pera un principio.

La distancia que había entre ellos cada día se hacía más grande, no era física, pero ahora lo seria, sabía que en poco tiempo las cosas se enfriarían a tal punto que algún día recibiría en su puerta al hombre que amaba del brazo de otro.

El lugar era mas grande de lo que Ben imaginó, un buen barrio y un grane edificio, al parecer Andreas había ahorrado cada centavo de sus regalías y el sueldo del hospital para comprar ese lugar, eso llenaba a Ben de orgullo si no fuera porque él no viviría aquí con él.

- Es...enorme.

- Lo sé, perdón por guardar el secreto, pero quería que fuera una sorpresa.

- Y lo fue.

La decoración era minimalista, todo muy ordenado y sobrio, nada que ver con su casa cálida y hogareña.

Andreas se veía muy orgulloso de si mismo y Ben le sonrió en respuesta.

- Ahora entiendo tu afán por aprender a cocinar.

- No te escaparás de mí, estaré allí en mis descansos, cenaremos los viernes como siempre y de vez en cuando... ya sabes, este lugar está mas cerca del hospital, sólo es eso.

Ben le tomó de la cintura y lo pegó a su cuerpo, extrañaba el calor de su cuerpo, aunque Andreas decía que todo estaba bien "como antes" hacia meses que no tenia ni un beso del menor.

- Es tarde, que un día lleno de... tantas cosas, debería prepararme para mi primera noche aquí.

- Si, también será mi primera noche solo en años.

No quiso que sonará tan devastador, pero no pudo evitarlo, Andreas dio un paso atrás y Ben se arrepintió de inmediato.

- Necesito esto Ben, quiero ser independiente y dejar de ser un niño, es algo que no tiene nada que ver contigo, soy yo.

- Lo sé, es sólo que te he pensado mío todo este tiempo que olvide que no lo eres, será difícil al principio, pero sé que lo harás bien, eres extraordinario bebé.

Salir de ese lugar dejando a Andreas atrás fue lo más difícil que había echo en años, el camino a casa fue demasiado silencioso y el llegar y encontrar la habitación del menor vacía, fue más de lo que pudo soportar.

Una botella de bourbon le dio calor es noche, pero le dejó un vacío más grande al despertar.

**

El departamento de su hermano era muy bonito, pero era frio, Ezio temía tocar algo y que se rompiera.

- ¿Cómo estan todos?

- Lo sabrías y si nos visitaras.

- Estoy muy ocupado últimamente.

Era una mentira, el padre de Ezio trabajaba donde mismo que Andreas y Ezio escuchó cuando le dijo a Brian que no le gustaba el tipo con el que Andreas estaba saliendo, que era un joven soberbio y prepotente que le gustaba alardear de estar saliendo con el chico de oro.

Ezio estaba muy enojado con su hermano, Ben parecía destrozado, bebía todos los días, pero los viernes era peor, Ezio se colaba a la casa para asegurarse de que Ben estaba bien y este se veía avergonzado de eso.

No le había contado a nadie que lo encontró casi inconsciente en el ático y que cuando lo vio lo confundió con su hermano. Ben había estado a punto de besarlo cuando Ezio lo apartó y este con lágrimas en los ojos le dijo que lo sentía que sabía que no lo amaba y que no debería de haber hecho eso, que no debió mantenerlo tanto tiempo atado a su lado.

Por suerte para ambos Ben parecía no recordarlo, Ezio no le temió después de eso, Ben era muy amable con él, pero solo tenia ojos y corazón para su hermano.

- ¿Ben y tu eran novios verdad?

- Eso no es de tu incumbencia.

- Él es muy guapo, todos lo dicen en la universidad, si fuera mi novió yo no lo dejaría.

La mirada que su hermano le dio le estremeció, Andreas jamás lo había mirado de esa manera, parecía furioso.

- Aléjate de él.

- ¿Por qué? El es muy bueno conmigo, me deja usar tu antigua habitación y me ayuda con la tarea de inglés.

Los celos hicieron que los ojos aguamarina de Andreas llamearan en verde, Ezio dio un paso atrás cuando este se le acercó.

- No quiero que vuelvas a estar a solas con él, no debes de usar mi habitación, aléjate de él.

- No, Ben es mi amigo, no es uno de tus libros o juguetes, no puedes decirme que no puedo estar con él, tu no lo quieres, lo dejaste, ahora es mío.

Ezio salió corriendo del departamento de su hermano sin saber si había hecho un daño irreparable.


Jóvenes Extraordinarios 2 Pequeño EgoístaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora