La resaca

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Lisa POV.

Jiwon me llevó hasta a mi cama recostandome con cuidado, mientras mis padres se quedaron discutiendo afuera de mi habitación, lo que iban hacer conmigo.

- Mi pequeña que estás haciendo con tu vida, esto está mal, así no se comporta una señorita - decia mi nana mientras acariciaba mi cabeza

Mientras lo hacía apartó el flequillo de mi frente para revisar un pequeño raspón que me ardió al tacto de su mano.

- Auch! Nana eso dolió, - dije quejándome,

- Además sabes perfectamente que no soy una señorita, es más no sé ni qué soy -

Me voltee para quedar boca abajo en mi cama, y sentía como Jiwon me sacaba los zapatos.

- Mi niña ven tienes que darte un baño, y luego te daré una taza de café bien cargada con mi receta especial para que se te quite la resaca- 

Lo siguiente que sentí fue su intento por quitarme la ropa, si bien estaba borracha, pero no pendeja, y no iba a dejar que mi nana me vea desnuda a mi edad y que vea mi amigo, (o enemigo) a estas alturas de mi vida, de ninguna manera iba a permitir que me viera, ya no estaba en edad para eso

-¡NO! - reaccioné alterada.

- Yo... lo haré después nana, Tranquila...- dije mientras me incorporaba y tomaba su mano - Ya estoy grande para que me bañes ¿no crees? No quiero que me veas, me apena -

Tomé su mano y la acerque a mí y la abracé como cuando era una niña.

Lo siguiente que escuché, fue mi padre entrando fúrico a mí habitación.

-Lalisa, ¡ya estoy cansado de esta situación! ¿Qué es lo que tenemos que hacer contigo? ¿Encerrarte en una clínica de rehabilitación? ¿Enviarte a una academia militar? - dijo enérgicamente

- Marco por favor no exageres, solo es algo pasajero, - interrumpió mi madre

- Hija, habla con nosotros, qué es lo que te pasó, que te ha hecho cambiar estos últimos meses. - dijo sentándose a mi lado

Mi madre me miró suplicante y yo rompí en llanto.

- Salgan por favor, quiero estar sola con mi hija - dijo mi madre

- ¡No vuelves a salir mas! No sales de esta casa sin mi autorización hasta que empiece el instituto! - dijo mi padre azotando la puerta al salir.

Ella secó las lágrimas en mi rostro con el dorso de su mano y acariciaba mi cabello.
Mis padres, aunque casi siempre están ocupados ya sea con la empresa o viajes de negocios, aprovechaban al máximo el tiempo conmigo, y cuando no estaban ellos allí estaba Nana sinceramente mis problemas no eran por falta de cariño eran por una situación mucho más compleja.

 -Muchos en mi posición, creen que mi crisis es solo un capricho de niña  rica madre pero no es así- murmuré

- A veces no me siento bien con lo que soy, porqué no nací siendo hombre o mujer simplemente.- deje llorando desconsoladamente.

- Hija, tú eres perfecta tal como eres, eras una niña feliz y segura de ti mismo- dijo tratando de animarme. - Tus inseguridades  aumentan cada ves que te emborrachas por si no lo habías notado.- escuché la tristeza en su voz

- Ojalá fuera así de simple - respondí mirando al vacío.

- Pensé que todo estaba mejor que ya no sentías dudas sobre aquella parte de tu cuerpo ¿Recuerdas cuando te encontré con aquella chica aquí?- preguntó

-¡Mamá por favor! Que vergüenza - dije ocultando mi cara con la almohada.

Mi madre me hizo recordar aquel momento vergonzoso cuando me encontró teniendo relaciones el año pasado con mi novia de ese entonces, Mina, cuando pensaba que estás dudas sobre mi cuerpo habían desaparecido y llegué a sentírme feliz porque creí que por fin había aprendido a quereme como soy. 

Soy Lo Prohibido //Chaelisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora