Una Fotografía Especial

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Una fotografía especial

Y ahí estaba ella con su cabello color cobrizo, diciéndome que estaba traviesa, que quería una noche loca de placer, que no veía la hora de entrar y escuchar mi voz, me decía como apretaba sus labios al yo enviarle audios, al decirle tan cual como le gusta, que cerraba sus piernas de las ganas que tenía , es que esa mujer es una mamacita completa, tiene el fuego en su mirada, en ese acento colombiano que hace que mis ganas crezcan  y entre esas piernas lleva el mayor infierno al que gustoso me he quemado con ella.

Me decía que ya no aguantaba más que en una hora entraría pues tenía visita, espere pacientemente porque valía la pena siempre la espera con ella, el premio era ver ese cuerpecito que sacaba el demonio que llevó dentro, me escribía que su vientre se contraía, que estaba húmeda, que su botón de placer palpitaba, yo le decía que deseaba sentir esas palpitaciones en mi boca, que quería ver esas piernas abiertas, ya no aguantaba, quería verla chorreando en su sexo, quería verla descontrolada y tan libre como ella lo era conmigo, esa mujer era candela pura.

Al pasar las horas me escribió nuevamente, yo estaba a la expectativa, tenía hambre de ella.

-Estoy lista papacito, quieres verme?

Sabía que ella era una demonia completa y yo gustoso me quemaba en su infierno, es que el deseo que ambos sentimos es algo infernal, fuera de este mundo.

-Claro que quiero verte mamacita.

Me mando una foto donde tenia un bralette morado con negro, super sensual, su cuerpo era tan bello y sus labios enardecian más mi deseo, ella jugaba conmigo, le gustaba que la viera, sentir mi deseo y llevarme al punto que le daba la gana, era una perversa que me incitaba a también sacar el demonio que con ella se despierta.

Me fue enviando una a una sus fotos y cada vez despertando mis ganas, ver su trasero con esa brasilera negra que tenia puesta, esas caderas, su color de piel tan deliciosamente apetecible, sus piernas, yo no aguantaba más, pero cuando me dijo - Te quiero regalar una foto especial - Me puse a mil en ese momento de pensar que se le había ocurrido, como era ella de ingeniosa.

Al ver esa foto en verdad era muy especial, ver su cabello como le gustaba llevarlo de alborotado, ver sus ojos expresivos, sus labios gruesos color frambuesa pidiéndome a gritos, su mirada que me demandaba ganas, esa mujer tan altiva que ahora era solo mía, quería besarla y me fui sin decirle nada a su casa, seguí hablando con ella normal por chat y al llegar le mandé un mensaje diciéndole - Sal afuera, estoy aquí para comerte toda - Ella respondió.

-Eres un loco, ya salgo

-Pero loco por follarte demonia - Es que ella sabía lo que me provocaba, sabía como hacer de mi lo que quisiera, yo la necesitaba tanto que no me importaba nada más en ese momento.

Me invitó a pasar tenía una toalla encima, así que me dio la espalda maliciosamente y dejo caer la toalla dejándome ver ese rico y apetecible trasero que me encendió mi virilidad, trague en seco, ese cuerpecito desfilando para mi era más de lo he cualquier hombre quisiera y yo lo tenía para mí, pero se me olvidaba que en ese cuerpecito vivía una mujer tan demoníaca como yo.

Me acerqué a ella, susurré mientras tomaba su cintura - Eres demasiado Perversa - le di una nalgada y su cuerpo se contonsiono, la arremeti hacia la pared y bajé hacia ese trasero, mientras ella permanecía controlada, y yo ni sabia que tramaba, agarre sus caderas - Separa las piernas - le ordené

Ella obedeció en silencio, mientras abrió sus piernas, yo abrí su voluptuoso trasero y metí mi lengua con vehemencia, lo besé con ahínco, con tantas ganas, que gemía de ese placer que ella me otorgaba, ella suspiraba pausadamente, besé su espalda lentamente hasta subir nuevamente, entrelace su cabello con mis manos y tiré suave, ella lanzó un quejido de placer - Es todo lo que tienes para comenzar - Me dijo, en ese tono de voz tan seco, tan exigente, tan segura de si.

Me estaba provocando esa mujer, pero yo ya no razonaba, solo quería tomarla, pero al ver su desafío y esa mirada que me encendía completo, la volteé y bese sus labios con poderío, con la exigencia que ella demandaba en su mirada, mordí su labio inferior y me adentré con mi luego en un juego de poder con ella, ella me besaba descaradamente, mientras bajaba sus manos y las posaba en mi virilidad, bese su cuello, mientras ella gemía, bajé ese bralette un poco hasta ver sus senos turgentes y tan jugosos, los lamí con tortura.

-No voy a quitarte el bralette, quiero cogerte así, pero si voy a quitar esto que me estorba - Quité rápidamente su brasilera negra diminuta y toqué su clítoris que estaba ya húmedo y me saboree sus jugos llevando mis dedos a mi boca, su olor, su sabor eran extasiantes, exquisito como un buen vino, su vagina era mi fetiche, siempre lo ha sido desde que la conocí.

Hundí mis dedos y empecé a moverlos, ella me agarraba del cabello y tiraba de el diciendo - Eres un puto cabrón.

-Córrete para mí, vamos grita de placer - Un fuego abrasador la consumió y sus piernas temblaron, sentía su botón de placer palpitando en mis dedos, estaba jodidamente tan caliente de ella que cuando abrí mi cremallera,  ella me detuvo de un mamoton.

-Es mi turno perro, ya disfrutaste, ahora soy yo la que quiere disfrutar - Ese cambio de roles a mi me encantaba de ella, su voz de mandona, de mujer fuerte, llena de decisión me hacia excitarme.

Terminó de abrir la cremallera de mi pantalón y se arrodillo ante mí, sacando mi miembro erecto y llevándolo a su boca, yo gemía, y ella subía sus movimientos, arremolinaba su lengua en mi virilidad, gemía, eso le daba placer, y cuando ya no podía más...

-No vas a correrte, te lo prohíbo - Esa orden de ella me dejaba fuera de combate.

-Quiero que me veas tocar - Así que nos dirigimos a la mesa de comedor de la sala y se subió abriendo La piernas de par en par, esa mujer empezó a tocarse tan delicioso que mi erección era inminente, yo necesitaba ya follarla, me estaba torturando - ¿Quién es tu señora?

-Usted Ama, usted lo es

-Pues mira a tu Ama como se corre

La veía correrse que quería embestirla - ven sumiso que quiero follarte - se levantó y me dijo- ven al sofá y siéntate.

Obedecí y ella se subió a horcajadas de mi, tomó mi miembro y lo alineó a su entrada, y empezó a meterlo dentro de su sexo, y empezó la mejor danza que podía sentir, ella se corría una y otra vez, sus jugos me empapaban en una descarga brutal, se detenía por unos minutos y luego seguía, cuando me dijo con esa puta voz que me extasiaba, que me hacía agonizar de placer - córrete, quiero que te corras --Ella se movía con desespero, hasta que ya no pude más y la apremie como ella quería.

Nos tumbamos en el sofá cuando me dijo - Estás listo para el segundo polvo .....

Continuará...

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Mile Morales"Dulce Cayena "🌺
El mundo erótico de una Dulce Cayena
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