«Tu eres sol, y yo soy lluvia. Juntas creamos un hermoso arcoiris que puede tentar a nunca acabarse o a terminarse.»
"Donde Lisa es el sol de Jennie, y
Jennie, la lluvia de Lisa"
Portada elaborada por: @-Lo...
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París, Francia.
El lunes por la mañana desperté gracias a la alarma que Roseanne había puesto en su celular, y al compartir habitación, también había logrado despertarme a mi. Siendo sincera lo primero que quería hacer cuando escuché el ruido de la alarma era lanzar su celular contra la pared, pero no podía hacer aquello.
Así que no me quedó de otra mas que levantarme a regañadientes e ir corriendo hasta el baño para ganarle la ducha a Rosé.
Desde que llegamos el sábado a París, Roseanne y yo nos limitamos a explorar el edificio y, ayer domingo a ir a diversas tiendas a comprar artículos necesarios para departamento, al igual que ir a comer algunos platillos que desconocíamos, siendo guiadas por Wendy la mayoría del tiempo. Wendy era una chica bastante agradable y que nos había estado ayudando a Rosé y a mi nuestra poca estadía aquí, cosa que le agradecia.
Al salir de la ducha con una bata puesta en mi cuerpo, me encontré a mi rubia amiga sentada en el sofá, con una toalla enroscada en su hombro mientras que leía un libro.
— Hasta que sales, Lalisa.
— No duré tanto dentro — me defendí —, solo que tu eres muy impaciente, Rosie.
— Sabes que soy impaciente cuando estoy nerviosa, y hoy es un día como esos.
Fuí a la habitación a cambiarme, donde me coloqué un vestido azul con estampado y unas botas negras que me llegaban por debajo de las rodillas. Mi aspecto era aceptable para mi, fuera de ahí no lo sabia, y ahora que lo pensaba me inquietaba.
Toda la gente aquí era muy elegante, incluso la forma de vestir de Wendy, una chica que se me antojaba extrovertida — tal y como yo lo era — vestía de manera elegante y adecuada. Me asustaba no encajar con la gente de aquí que parecía tan seria y con un vestir tan ajeno al mio, sin embargo, haría mi más grande esfuerzo por quedarme y encajar.
Salí de la habitación y fui a la cocina, donde comencé a preparar algo de café para ambas. Al igual que unos panes que habíamos comprado ayer en la — según Wendy — mejor panaderia de la ciudad.
Roseanne salió del baño ya vestida, lucía un pantalón de mezclilla, una blusa blanca de manga larga y unas botas cortas, negras, formales.
— ¿Estás lista? — me pregunta mientras que se acerca a donde me encuentro.
— Supongo que si — respondo insegura — ¿Podrias abrir la ventana? — Rosé me hace caso y abre una de las dos ventanas, quería que el aire entrase al lugar — ¿Cuál pan quieres, Rosie?
— Este — señala.
Después de desayunar en el sofá, puesto que no disponíamos de un comedor. Rosé y yo bajamos en el elevador hasta la recepción.
Hoy era lunes, por ende, el día en que se daría la bienvenida al nuevo año de la academia. Solo seria una corta bienvenida en el auditorio de esta, y Wendy se había ofrecido a llevarnos, tanto a Nayun, Rosé y a mi a la academia por ser nuestro primer día.