D I E C I S É I S

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La música resonaba por la habitación

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La música resonaba por la habitación. Por unos instantes me quedé escuchándola, siendo que se trataba de mi canción favorita, sin embargo, después caí en cuenta de que se trataba de una llamada, y por eso sonaba.

De una me levanté de la cama. Y fui en búsqueda del aparato que se encontraba debajo de mi almohada.

Dire  —murmuro aún algo adormilada.

— Manoban, ¿No deberías estar en la academia? —dice una voz familiar al otro lado de la línea.

— ¿Jennie?

— Así es.

— ¿Por qué dices que debería estar en la academia? Aún falta para la mi primera clase ¿No es así?

— No, en absoluto.

Me fijo en el reloj que está en mi habitación.

— Oh, no —me he levantado de golpe de la cama—. Si no me voy ahora llegaré tarde.

— Puedo pasar por ti.

— No, no tienes porque preocuparte, soy yo a quien se le ha hecho tarde —dije mientras que salía de la habitación, rumbo al baño— Yo solo me cambiaré, y me dirigiré hacia ella.

— Nos toca juntas con el profesor Abraham, aunque, el es...accesible, no habría porque estresarse demasiado.

— ¿¡El profesor Abraham!? Con mas razón debo darme prisa, y no vengas por mi.

— No te estoy preguntando Manoban, pasaré por ti.

Entonces cuelga. Me quedo algo inmovil, de pie en el pasillo. La actitud de Jennie me había sorprendido, pero pese a eso decidí arreglarme, ya que era tarde, y no quería llegar aun más tarde.

Me estaba poniendo la chaqueta que había dejado sobre el perchero, cuando entonces la puerta se abre. Me giro sorprendida hacia la misma.

— ¿Cómo entraste?

— Oh, bueno...digamos que técnicamente soy dueña del edificio y tengo acceso a cada habitación ¿Lo olvidaste?

— Deberías de tocar antes de entrar, podría haber estado desnuda.

— Eh, como sea —murmura—. Debemos irnos, date prisa.

Agarro mis cosas y salgo del departamento junto a Jennie.

— No tenías porque molestarte en venir—digo mientras nos subimos a su auto.

— Yo fui quien se ofreció.

— ¿Por qué?

— ¿Por qué qué? —pregunta cuando ya está sentada en el asiento del piloto, y con sus manos sobre el volante.

— ¿Por qué te interesaste en venir por mi?

Jennie sonrió.

— Porque me agradas —respondió con simpleza. Y arrancó el vehículo.

ᴅᴇꜱᴄᴜʙʀɪᴇɴᴅᴏɴᴏꜱ | ᴊᴇɴʟɪꜱᴀ [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora