C I N C U E N T A Y U N O

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Abri mis ojos lentamente, siendo el techo blanco de mi habitación lo primero que captó mi visión

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Abri mis ojos lentamente, siendo el techo blanco de mi habitación lo primero que captó mi visión. Cerré y abri mis ojos un par de veces intentando adaptarme a la luz que entraba por la ventana. Solté un bostezo y entonces recordé la noche anterior.


Lisa y yo habíamos estado juntas. Nos habíamos besado y acariciado de una forma que yo desconoci hasta ese momento. Quizá no fue una primera vez tan fogosa, inexperta y quizá no habíamos llegado a tal punto, pero eso fue lo que lo hizo más memorable. Nuestra torpeza en ocasiones y sobre todo el amor que sentí mientras que nos tocábamos.

Estire mis brazos nuevamente y me giré hacia el lado derecho de dónde yo me encontraba, dónde los había dormida y cuando lo hice me encontré la sorpresa de que lisa ya no estaba a lado mío. Principalmente me asusté, pero después me tranquilice pensando en que probablemente estaría en el baño, me levanté de la cama quitando la sabana que tapaba mi cuerpo desnudo y al hacerlo, rebusque una blusa y un short que me puse para ir al baño.

Sin embargo, al entrar al baño, me di cuenta de que este estaba vacío. No había señales de Lisa en mi habitación, pero decidí calmarme, la casa era demasiado grande y ella podría estar en cualquier parte. Quizá había bajado a la cocina porque le había dado hambre. Claro, debía ser eso. Así que con tranquilidad lavé mi rostro y cepille mis dientes. Bajé a la cocina, en búsqueda de Lisa y si no para preguntarle a la chica que ayudaba en casa si de casualidad no la había visto, ya que ella se encontraba aquí ayer cuando llegó. Pero vaya sorpresa me llevé al encontrarme a mi madre en la cocina, bebiendo café tranquilamente.

Bonjour, cariño —dijo mi madre con su típica sonrisa.

— Buenos días, madre  —Me senté en uno de los banco de la cocina, intentando disimular la sorpresa que me había causado el ver a mi madre y todas las preguntas que se pasaban por mi cabeza. ¿Dónde estaba Lisa?

— Me alegro que ya hayas despertado. Acabo de llegar, así que iré a dejar mis cosas arriba —por alguna razón que no comprendía, me estaba tratando de una forma muy linda y atenta. Ella nunca hacia eso.

Cuando mi madre salió, inmediatamente fui a dónde la chica que se encontraba limpiando la estufa.

— La chica de anoche ¿La viste? —pregunté.

— Ella salió temprano, antes de que su madre llegara. Yo diría que se fue hace unas tres horas.

Tres horas, hace tres horas lisa se había ido y yo no entendía porque.

— ¿Dijo algo de a donde iría? ¿Dejó un recado?  —negó. Yo solo pude suspirar—. ¿No dijo por qué se iba?

— No, no dijo la razon, la verdad es que ni siquiera me volteó a ver, solo se fue con prisa. Quizá se fue por su madre, señorita, no debería preocuparse —asentí. Claro, debía pensar positivo.

ᴅᴇꜱᴄᴜʙʀɪᴇɴᴅᴏɴᴏꜱ | ᴊᴇɴʟɪꜱᴀ [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora