T R E I N T A Y C U A T R O

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Nunca había estado tan nerviosa en mi vida como en estos momentos

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Nunca había estado tan nerviosa en mi vida como en estos momentos. No bromeaba. Ni siquiera el día en que audicioné me había puesto así. Y eso ya era mucho que decir.

— Manobal, deja de moverte tanto.

— No lo puedo evitar.

— Según tu no estabas tan nerviosa, y mírate.

Mientras que intento relajarme mirando por la ventana, aplasto mi mochila y siento entonces algo en ella. Lo que traía para Jennie por su cumpleaños. De los nervios ni siquiera había recordado dársela.

Abro la mochila y saco la flor. Un girasol hermoso que compré en una floreria esa misma mañana, antes de ir a la academia. Tuve que levantarme más temprano, pero no me arrepiento.

— Ten, Kim, te traje un regalo —digo mientras que le muestro la flor. Ella la observa con atención y parece sorprenderse.

— ¿Un girasol? —pregunta. Yo asiento— ¿A qué se debe?

— Es bonito ¿no?

Ella ríe.

— Se parece a ti, así que lo es.

— ¿Por qué se parece a mi?

Ella agarra la flor con cuidado, y la observa.

— Es muy brillante. Tanto como el sol. Se parece a ti.

— Entonces ¿dices que yo brillo tanto como el sol? —sonrio—. Me siento halagada.

Sonrie. Ella sigue mirando el girasol en silencio, pero pareciendo estar feliz.

— Me encanta, Kim, gracias.

— Oh, no es tanto...es solo un pequeño detalle. No la gran cosa —murmuro avergonzada.

— Para mi es un gran detalle.

...

Cuando llegamos al auditorio donde sería la competencia se nos fue asignado un "camerino" en el cual disponíamos de gran espacio para vestirnos y arreglarnos cómodamente. Nos dirigimos hacia ahí nada más llegar y dejamos nuestras cosas por todos lados. Teníamos que peinarnos y maquillarnos un poco.

— Antes que nada —digo al dejar todo. Me acerco a donde Jennie y le doy un beso en los labios.

— ¿A qué vino eso? —pregunta, pero escondiendo una sonrisa.

— Es tu beso de cumpleaños —digo como si fuera obvio—. Pero solo tendrás uno ¿eh? Así que no te quieras aprovechar.

Le di la espalda, agarré el traje que usaría en la presentación y fui a cambiarme en el baño del que disponíamos. Al salir, ya lista, me encontré a Jennie admirando el girasol que le había regalado en el auto.

— ¿Ocurre algo con el girasol? —cuestioné. La castaña se giró hacia mi, y sonrió.

—No puedo dejar de mirarlo, Manobal. Es muy bello.

ᴅᴇꜱᴄᴜʙʀɪᴇɴᴅᴏɴᴏꜱ | ᴊᴇɴʟɪꜱᴀ [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora