Jennie y yo nos pusimos de pie y caminamos en dirección a los costados del escenario. Ahí pudimos visualizar a la pareja que en aquellos momentos estaba participando. Había que decirlo, bailaban de manera excepcional. Era sorprendente la coordinación de los dos y la manera en que sus movimientos eran pulcros. Mirarlos bailar así logró ponerme nerviosa.
Inquieta comencé a mover mi pie sobre el suelo. Nuestros últimos ensayos no habían ido especialmente bien, y sumándole el tener que presentarnos frente a la directora, aumentaba mi irritación.
Sentí entonces una mano deslizarse por mi brazo hasta llegar a mi codo, dicha parte que fue acariciada con delicadeza. Gire mi cabeza hacia donde provenía ese tacto, y pude darme cuenta de que se trataba de Jennie, quien ni siquiera me miraba, pero todavía tenía su mano dandome caricias leves. Sonreí, y de nuevo posé mi mirada sobre la pareja que bailaba.
Cuando la música se detuvo, las pocas personas que se encontraban ahí aplaudieron, todas excepto la directora que solo escribía algo en una carpeta.
— Gran trabajo —murmura el profesor Abraham en medio del ruido de los aplausos. La pareja da una reverencia y sale del escenario por la parte contraria a la nuestra—. Las siguientes son Jennie Kim y Lalisa Manobal.
Siento como mi corazón late desbocado en mi pecho. Pero intento tranquilizarme.
— ¿Lista, Manoban? —me dice Jennie. Y yo estaba tan nerviosa y concentrada en lo que próximamente haría, que ni siquiera me vi capaz de hablar, si no que solo asentí en respuesta.
Las dos caminamos hasta posicionarnos en el centro del escenario. Jennie colocó su mano sobre mi hombro, y cuando la música dio comienzo yo la jalé hacia mi, comenzando a bailar la dichosa coreografía que en aquellos momentos parecía que siempre nos había salido perfecta. Ambas girabamos por el escenario, yo la sostenía de la cintura siendo apoyo para que sus saltos fueran más limpios. La giraba, y ella se sostenía en mi. Yo giraba y me sostenía en ella. En una parte de la coreografía, Jennie recarga su espalda contra la mía, estirando su pierna hasta el lado opuesto y sosteniéndose en un pie y con una de mis manos. Después, de manera coordinada comenzamos a bailar, hacer plies y Jetés. Cuando la coreografía terminó, ambas teníamos nuestras respiraciónes agitadas y nuestros ojos fijos en la otra.
En estos momentos sentía como si el hecho de bailar juntas hoy, nos hubiera servido para transmitir los sentimientos mutuos que teníamos. O al menos eso era lo que yo había intentado decirle.
Pocos aplausos se escucharon. Claramente no había demasiadas personas como para que fuéramos a lavadas por una multitud, pero con eso bastaba. El profesor Abraham nos dedicó una sonrisa y un "Bien hecho". Jennie y yo nos bajamos del escenario, no son antes dar una corta reverencia.
— Creo que ha salido bien ¿No? —dijo Jennie nada más llegamos al tocador.
— Eso parece.
— Seguramente lo hemos hecho asombroso, Manoban, así que no te preocupes.
Jennie y yo nos quitamos nuestros mallots, y limpiamos el lugar del que habíamos dispuesto.
— Entonces ¿puedo quedarme el Maillot?
— Claro, Kim, fue especialmente hecho para ti.
Ella sonríe ampliamente y puedo ver como lo guarda en su bolsa.
Cuando terminamos de recoger todas nuestras pertenencias ambas salimos del auditorio, separandonos, pues cada una debe de ir a su respectiva clase.
Cuando estoy caminando por los pasillos, a la distancia puedo ver a Rosé, quien también logra darse cuenta de mi presencia y mientras tanto va disminuyendo la velocidad con la que camina. Me mira por unos momentos para después dar media vuelta rápidamente y caminar al lado opuesto al mio.
— ¡Hey, Rosé! —la llamo mientras que corro en su dirección— No te vayas, tenemos que hablar.
La sostengo del brazo y ella me mira a los ojos para después soltarse se mi agarre.
— No hay nada de que hablar, Lisa, todo está bien —parece dolida, pero al mismo tiempo enojada. Llevo años conociéndola y nunca la había visto actuar así conmigo. Supongo que nunca le había dado razones para comportarse de esa manera, pero esta vez fue la excepción.
— Rosé, te conozco, estas molesta.
— Hablamos después de clase —dice frivolamente para después irse.
(...)
Cuando mi última clase da por terminada, recojo mis cosas lo más rápido que puedo y me voy directo al departamento que comparto con mi mejor amiga. Estaba bastante inquieta, solo quería hablar con ella lo más pronto posible.
Ahora los nervios que tenia respecto a mi calificación de la coreografía con Jennie, habían desaparecido, y ese tema en estos momentos había pasado a segundo plano, ahora necesitaba saber lo que Rosé iba a decirme.
Al llegar al departamento, ella se encontraba sentada sobre el sofá mientras que usaba el celular. Me escuchó llegar y lo dejó de lado, yo sentandome a su lado.
— ¿Por qué estás enojada, Rosé?
— No es que esté enojada, Lisa.
— ¿Entonces?
— ¿Te gustan las chicas?
Por un momento me he quedado en silencio, no estaba segura de que responder.
— Yo...eso creo.
— Bueno, seré más clara ¿Te gusta Jennie?
— Sí, me gusta mucho.
No había nada que dudar.
— ¿Desde hace cuando....?
— No estoy segura, Rosie, pero tiene tiempo ya.
— Eso me duele, Lisa, que no me lo hayas contado. Sé que tampoco debo obligarte a que me lo cuentes todo pero, en Tailandia, cuando te gustaba alguien o te besabas con un chico, siempre venías a decírmelo. En esta ocasión no fue así, y no quiero pensar que creías que te juzgaría por...bueno, tu entiendes.
La entendía, y ahora me sentía mal porque cuando nos vio besándonos por un momento me asustó su reacción y que no se lo tomara bien.
— Lo siento, al principio no lo pensé así ¿sabes? Solo no quería contarle a nadie todavía lo que sucedía porque esto es totalmente nuevo para mi, y estoy descubriendo nuevas cosas mías que desconocía por completo. Pero cuando nos viste besandonos, debo decir que si temí por tu reacción.
— No debiste...nunca diría nada.
— Lo sé, prometo no volver a dudar de ti.
— Está bien —sonrió—. A final de cuentas no planeo seguir "molesta". Solo quería aclarar esto.
— Lo mismo digo.
— Ahora...¿quieres contarme lo que sucede entre ustedes? —es sorprendente que Rosé, la persona más curiosa, me esté preguntando si quiero contarle algo.
— Sûr.
Le cuento algunas cosas que han pasado entre Jennie y yo, por ejemplo sobre como me di cuenta de que me gustaba, la manera en que se lo dije, y unas cuantas cosas más. Rosé sonreía. Me alegraba saber que ella me apoyaba. Además de que hace mucho que no hablábamos a tanta profundidad, pues ella también me contó cosas suyas como que había pasado mucho tiempo con Jisoo últimamente y que se habían vuelto muy cercanas.
Me sentí tan bien esta tarde...quizá me había preocupado de más.
Sûr: Claro.
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ᴅᴇꜱᴄᴜʙʀɪᴇɴᴅᴏɴᴏꜱ | ᴊᴇɴʟɪꜱᴀ [1]
Фанфик«Tu eres sol, y yo soy lluvia. Juntas creamos un hermoso arcoiris que puede tentar a nunca acabarse o a terminarse.» "Donde Lisa es el sol de Jennie, y Jennie, la lluvia de Lisa" Portada elaborada por: @-Lo...