C U A R E N T A Y N U E V E

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Nunca estuve segura de ocultar mi relación junto a Jennie

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Nunca estuve segura de ocultar mi relación junto a Jennie. Siempre pensé que en algún momento la situación se pondría difícil. Sin embargo, tampoco crei que estábamos obligadas a gritarle al mundo entero que nos queríamos, claro, había ocasiones en las que si quería hacerlo, pero ni yo ni Jennie terminamos de estar listas para afrontar lo que aquello significaba.

Cuando la madre de Jennie se enteró, me di cuenta de que era el momento de afrontarlo. Claro, no estábamos listas pero quizá nunca lo estuviéramos. Solo debíamos poder sobrellevarlo y aprender conforme a la marcha, no quedaba de otra. Por tanto, decidí hablarlo con mi mamá. Ella también merecía saberlo, y esperaba que las cosas resultaran bien.

Así que cuando mis clases de la academia concluyeron, y no encontré a Jennie por ninguna parte, decidí que era el momento. Por tanto, fui a un parque cercano y solitario, requería de un lugar agradable para hablar con mamá, así no me sentiria tan abrumada.

Tenía la esperanza de que mamá no reaccionaría igual que la madre de Jennie. Ella siempre me había apoyado en todo y esperaba que esta no fuera la excepción. Pero si las cosas no ocurrían de forma positiva, nada cambiaría para mi. Mis sentimientos hacia Jennie serían los mismos siempre. Ningún discurso intentando decirme que lo que sentía estaba mal, me haría cambiar de opinión. Era innegable que sonreía con solo ver a la castaña de lejos.

Tome asiento en una banca solitaria, y solté un suspiro. Había mandado un mensaje a mi mamá diciéndole que necesitábamos hablar, ella me respondió diciendo que llamaría en diez minutos, y era lo que en aquellos momentos estaba esperando. Su llamada, que de hecho, no tardó en llegar.

Miré detenidamente la pantalla con su nombre. Esperaba que todo saliera bien, yo en verdad requería de su apoyo y consuelo.

— Hola cariño, ¿como ha estado mi pequeña Lis? —logré escuchar de fondo el sonido de la televisión. Supuse que se encontraba en la sala de estra.

— He estado bien  —la realidad no era esa. Suspiré. Debía ser sincera—...bueno, la verdad no he estado tan bien —admití.

— ¿Ocurre algo? —noté su preocupacion al instante, tanto que hasta el sonido de fondo dejó de escucharse. Tenia su completa atención, asi que era el momento —. Lisa, sabes que puedes contarme.

— Espero que me escuches pacientemente, que me comprendas, y sobre todo que no me juzgues —tenía miedo—. No te lo había dicho pero...

— ¿Lisa? —habló al darse cuenta de que callé— No dudes, sabes que puedes confiar en mi.

La confianza fue algo que mamá me enseñó desde siempre. Me dijo que ella nunca podría juzgarme por mis gustos o las desiciones que llegara a tomar, que a final de cuentas era yo quien decidía lo que queria para mí. Solo esperaba que pensara lo mismo sobre esto.

— Desde hace meses descubrí algo sobre mi, algo diferente pero no malo, en realidad —hice una pausa—. Mamá me gustan las chicas. Bueno, para ser específica, me gusta una chica.

ᴅᴇꜱᴄᴜʙʀɪᴇɴᴅᴏɴᴏꜱ | ᴊᴇɴʟɪꜱᴀ [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora