V E I N T I C I N C O

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Tres días habían pasado desde el beso

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Tres días habían pasado desde el beso. Dias en los cuales no habíamos practicado juntas, pues, por diversas cuestiones ambas nos encontrábamos demasiado ocupadas en otras clases de la academia como para tener tiempo. Tampoco habíamos hablado mucho en las clases que compartíamos juntas. No nos habíamos sentado la una al lado de la otra como de costumbre, y esto porque usualmente el asiento a un lado de Jennie siempre solía estar ocupado, en algunas ocasiones por Momo, u por otro compañero de clase que simplemente gustaba de sentarse junto a la castaña.

Cada segundo que pasaba, en cada clase, solo podía pensar en como mis labios habían estado unidos a los suyos días atrás.

No me arrepentía, pero al mismo tiempo me asustaba la valentía con la cual me acerqué a ella, y  aun más lo que aquel beso me hizo sentir.

Nunca había besado a una chica, y nunca me vi haciéndolo, no hasta que nos quedamos encerradas en aquel cuarto de servicio de la academia donde casi nuestros labios se tocaron y desde que no pude evitar imaginar lo que sería besar a Jennie. Pero cuando ocurrió mi corazón latió con tanta intensidad que incluso yo me sorprendí. No esperaba esa reacción por mi parte, pensaba que solo se trataba de curiosidad.

¿Qué ocurría?

No tenía experiencia en relaciones amorosas ni en nada relacionado. En mis dieciocho años solo he tenido dos relaciones; en la secundaria, y en realidad no me gustaba, solo que parecía guapo y yo, bueno, me daba un poco igual así que accedí a ser su novia, no me tomaba demasiado en serio eso, pero bueno, creo que duramos unas dos semanas juntos; en la preparatoria fue la segunda. El chico, creo que me gustaba, no estoy segura, y yo a el si que le gustaba bastante según lo que decía, así que fuimos pareja, pero solo por unos tres meses.

En fin mi vida amorosa es un asco.

Aunque "Vida amorosa", pues en si no se llegó a tratar de algo realmente verdadero.

He suspirado mientras que sigo escribiendo en una de las libretas. Ahora mismo me encontraba sentada sobre el sofá de la sala de estar del departamento que comparto con Rosé, haciendo tareas de mis clases. Preferiría estar bailando, pero teniendo en cuenta que ya era Noviembre y que en menos de un mes tendría que ver si mis calificaciones eran suficientes como para que la academia me permitiera ir a Tailandia en vacaciones de navidad, debía esforzarme bastante en las otras asignaturas que también veía. No todos los profesores se basaban en lo práctico, también algunos querían lo escrito.

Escuché unos pasos acercarse hasta mi, y al alzar la cabeza me encontré a Rosé frente a mi, vistiendo una bata color blanco y rojo que le llegaba hasta los talones, y  un peinado que consistía de su cabello recogido con unas flores adornandolo.

— ¿Qué llevas puesto, Rosé? —he preguntando algo sorprendida.

— ¿Acaso no estas viendo bien la ropa? —ella ha bajado sus manos de manera rápida por todo su vestido, exhibiendolo, y como si fuera obvia la respuesta a mi pregunta.

ᴅᴇꜱᴄᴜʙʀɪᴇɴᴅᴏɴᴏꜱ | ᴊᴇɴʟɪꜱᴀ [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora