Parte sin título 37

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Usando la llave  siempre oculta entre los ladrillos , entra al galpón donde se alojan sus amigos. En silencio agradece que esté al pie de las interminables escaleras, le costaría un mundo subirlas. Queda muy poco tiempo para organizar la celada. Es preciso descubrir y sacar de circulación a sus verdaderos enemigos.

A pesar de ser muy jóvenes, conservan el lugar bastante limpio. En el fondo hay varias literas . Por regla general nunca apagan las luces para dar la sensación de mantenerse atentos, despiertos y listos para enfrentar cualquier eventualidad. Igual, habría caminado sin tropiezos en la oscuridad. Ella lo ha ideado y entre todos. –como siempre.—lo construyeron; primero, bastante pequeño, con materiales de desecho, después con planchas de cinc (sustraídas a los invasores durante sus apresuradas huidas de las balas). Poco a poco lograban ampliarlo, con bloques y tubos. Todavía les falta frisarlo y dividir los diferentes ambientes, pero primero debe resolver asuntos más urgentes.

Conoce a la perfección dónde duerme cada uno. Hay varías camas vacías. Es muy tarde. ¿En qué lugar andan? Eikar es el mayor y más peligroso de todos. Desea ser el jefe para cambiar algunas reglas; con dificultad ha logrado mantenerlo bajo control. Tiene casi su misma edad y es quien lleva más tiempo con ella (después de Samuel). Se conocen durante los saqueos del 2002; ella cargaba la última caja de leche en polvo y el trataba de arrebatársela. Después de tumbarlo y casi noquearlo, termina compartiéndola al confesarle que la necesita para su hermana Yissel que estaba muy enferma.

-¡Maruchita! –apareciendo por detrás, la sorprende. –Tas perdiendo facultades – la abraza emocionado. –Pensamos que te habían atrapado y andábamos buscándote.

-La buena vida como que te puso lenta. –sale también Keiler. –Ya ni te acuerdas de nuestras mañas.

-Si no fuéramos nosotros, ya estarías jodida. –arguye Enyelber, feliz de volver a verla.

-Espiando a Elena, nos enteramos del cambio de planes. –se une Yuguar al grupo que la rodea, contentos de poder compartir de nuevo con su jefa.

-¿Qué cambio? – ¿El condenado Alejandro ha logrado sembrar la duda en ella o trata de probar a sus verdaderos amigos? Se arrepiente de sus malos pensamientos, al ver la consternación en sus juveniles rostros.

-¿Qué pasó Maru? –pregunta apenado Maikel. –¿Tanto te cambiaron los sifrinos que desconfías de nosotros? – se aleja dolido.

-¡No panas! –reaccionando, trata de arreglar el entuerto con premura.-Lo que pasa es que estoy muy asustada, no quiero que les pase nada a ninguno. –abrazándolos con cariño a todos, forma un apretado circulo. –Si no confiara, no habría venido a pedir su ayuda.

-¿En verdad Maru? –se animan otra vez sus ojos, infantiles aún, a pesar de sus catorce años.

-Sí, necesito que me ayuden a descubrir qui+en pretende matarme

-¿Y todavía no lo sabes? – intercambian miradas de complicidad entre sí -¿O no quieres creerlo? –preguntan casi a coro

-Todo el rollo viene de la casota a la que te mudaste. –afirma Eikar.

-Sí, se encompincharon con Elena y sus maridos.Quieren joderte. –lo secunda Maikel. Por ser el más pequeño, lo usan para oír todas las conversaciones, metiéndose bajo los esconcondrijos de los ranchos

-¿Alejandro? –se niega a volverlo a creer culpable.

-¡No chica! –agrega Keiler entre celoso y aburrido. –¿La plata te volvió boba y lenta? –casi no la reconoce, de tan caída de la mata que está. –El idiota ese, bota la baba por ti.

-Quien está dispuesto a todo es el viejo. –Estiven ha estado averiguando y con ayuda de un amigo experto en comunicaciones, logran intervenir su celular.

-Si, desea "matarte" como sea. –sonríe Yuguar con cinismo.

-El desgraciado, quiere darte primero una buena revolcada, antes de volate la tapa de los sesos. –aclara Yeison.

-Pero nosotros, vamos a sacale el tiro por la culata. –asevera Diander orgulloso. –Gracias al pana Leo que es un Cracker arrechisimo, ya hasta sabemos dónde y a qué hora te esperan.

-De algo nos va a servi el tiempo que trabajé como caletero en el puerto. –se ufana Eikar. –Lo conozco, de cabo a rabo y se cómo nos vamos a ubicá, pa sorprendelos.

A pesar de saberlo inocente, su corazón rebosa de emoción al escuchar decir que Alejandro,gusta de ella.Es maravilloso sentirse en casa, entre hermanos. Gente lista a arriesgarlo todo, sin medir las consecuencias. Quien ha cambiado es ella, sus amigos siguen siendo los mismos de siempre.Agradece a Dios por su apoyo incondicional tan necesario en estos momentos.

MarianaWhere stories live. Discover now