101.

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Finn

Aidan, Aidan, Aidan.

Aidan esto, Aidan aquello.

Aidan, mis pelotas.

Empezaba a tener pesadillas despierto con el mequetrefe ese. Si no fuera porque me había hecho una puta promesa a mi mismo y a mi vecina, juro que iría ahora mismo a buscarlo y a resolver nuestro problema como corresponde.

Tenés que respetarla, me había dicho Gaten. Yo por una vez en la vida había optado por hacerle caso, ya lo había intentado cientos de veces a mi manera y sabemos todos los resultados. Esta vez sería distinto, esta vez no la cagaría. Pero no, justo ahora pasaba todo.

Hace menos de un mes que decidí ser el mejor amigo para Millie que siempre debí ser. La última vez se enojó y mucho, y me dijo que el chico en cuestión significaba algo para ella y que no me interfiera. Ella podía ser muy amenazadora cuando se ponía seria. Pero, ¿por qué ahora?

-Si no están tan manija dámelo a mí. -me pidió Caleb. Le di una pitada y se lo entregué.

Ni para eso estaba hoy.

Aidan.

Era más bajo que yo.
Era más feo que yo.
Se vestía peor que yo.
¿Quién usa la camisa metida en el pantalón?
Y definitivamente se peina peor que yo, ¿cuántos tarros de gel gasta por día?
De seguro que tampoco la moja tantas veces como yo...
Entonces, ¿porqué él y... ?

Aidan, encima tiene un nombre horrible. Me duelen los oídos de solo escucharlo.

Sacudí la cabeza, qué diablos estaba mal conmigo. Había llamado a Caleb después de enterarme de la última, ¡habían adoptado un jodido perrito! ¿qué era lo próximo? ¿Se iban a vivir juntos? Las terapias de cómo sobrevivir en la friendzone del gordo no estaban funcionando para nada, debí suponerlo si desde la primaria que le lame la chocha a Sadie y ella ni pelota.

-La chica de la barra quiere contigo. -me intentó animar Caleb.

La miré con cara de poker, estaba buena y miraba en mi dirección con una sonrisa seductora. No me apetecía demasiado. Era morena. ¿No había sido morena la de la noche anterior? Sin embargo, tener un poco de diversión no me haría nada mal. Y mucho menos si la señorita en cuestión se moría por abrirse de piernas, y estaba dispuesta a ofrecerme unos cuantos tragos. Me llevé la mano a los rizos con frustración, y me los revolví. Abandoné a Caleb dejándolo solo en aquella mesa de bar solitaria.

Cuida cachorros Aidan, yo estaré cuidando cosas más interesantes.

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Me dolés Finn.

Este chico algún día tendrá que madurar 🤦🏽‍♀️

Gracias por los ⭐

Vecinos & Ene(A)migos ||FillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora