Finn detestaba a su vecina, su vecina lo detestaba también. Él tenía la culpa por haberla llamado 'piojosa'. Era justo que fuera él quien propusiera ser amigos.
Millie se arrepentía de haber decidido ser su amiga, pero más se arrepentía de quererlo...
Estaba esperando para ver a Finn de nuevo, hacía dos semanas desde que no lo veía. Él se había ido de vacaciones con su familia, habitualmente me suelen invitar pero esta vez me vi obligada a rechazar la salida debido a las circunstancias por la que estábamos pasando. No podía dejar a mamá sola, además alguien tenía que cuidar de la pequeña Ava.
Su colectivo llegaba a las 2 pm, pero yo ya iba con retraso. Así que las últimas cuadras las terminé por hacer corriendo, sin embargo cuando estaba llegando me encontré con la horrorosa imagen de Sarah, su actual novia, corriendo a sus brazos. La sensación de desasosiego que sentí me fue imposible plasmarla con palabras, se suponía que yo debía correr a recibirlo. Yo sería la que tendría que estar ahora revolviendole el pelo, y desordenándole los rulos. ¿Por qué era ella la que estaba haciendo lo que yo debería?
Tras el abrazo y el intercambio de palabras, se besaron. El beso me sirvió para recapacitar. Ella era la que tenía que estar ahí, no yo. Ella era su novia, no yo. Yo era su amiga y así es como debería ser. Así que más tranquila y recomponiendo la sonrisa en mi cara me acerqué con extrema paciencia y salude primero al papa de Finn, luego a la mamá, a Nick que hacía mucho que no lo veía y por último, cuando conseguí llamar su atención y Sara dejó de comérselo delante mío, lo saludé a él.
Algo en los ojos chocolates de Finn cambio al verme.
-Millster. -él me envolvió mientras yo permanecí dura como una roca, esos brazos habían estado abrazando a Sarah segundos antes- ¿Está todo bien?
Conecté mi mirada con la suya.
-Todo está bien. -le respondí fingiendo una sonrisa- Estas aquí.
-Te extrañe.
No más que ella, le quise reclamar, pero no lo hice, no cuando no tenía derecho a nada.
-Y yo a tí. -mi vecino besó la coronilla de mi cabeza.
Así, estaba bien. Eso era lo que yo misma me permitía, porque vamos, se que lo estáis pensando. Soy una cobarde por no haberle dicho nunca de mis sentimientos. Una cobarde por tener miedo al rechazo, miedo al cambio, pero sobre todo miedo a perderlo.
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A veces quiero darle una cachetada a Millie para que reaccione y haga algo...
Gracias por todo, en serio. Estoy completa y absolutamente agradecida por sus votos, sus comentarios y sobre todo por leerme.
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Un besito y un abrazo de osos! Nos estamos leyendo 💕😍
