Amor entre serpientes (Dramione)

Doctoras corazon

Draco P. O. V.

Esa noche dormí tan feliz.

Tenía de novia a la mejor chica, perfecta para mi.

Una punzada de dolor llego a mi pecho al recordar que en tres días saldríamos de vacaciones y eso significaba solo una cosa.

Mi compromiso y el de Hermione.

¿Quién sería mi prometida? Seguro que no se compara a Hermione.

¿Y su prometido? Un idiota seguramente.

Pero mientras ella y yo no estemos casados continuare con nuestro noviazgo, aunque sea en secreto, pero por ahora, quiero que TODOS lo sepan.

Quiero alejar a ese montón de serpientes e idiotas de otras casas que andan detrás de MI NOVIA.

Me desperece aquella mañana de viernes, hoy era nuestro último día de clases, mañana seria la salida a Hogsmeade para comprar lo que necesitáramos, yo no iría a menos que Hermione vaya, ya que mi madre me mando una carta diciendo que ella me mandaría todo lo necesario. El domingo seria el baile y a la mañana siguiente regresaríamos a nuestros hogares, yo no quería volver porque sabia lo que eso significaba.

Me duche y me puse el uniforme de mi casa, decidí olvidar los problemas que se vendrían y puse mi mejor sonrisa, salí de mi habitación y toque en la puerta de la siguiente, que era la de mi chica.

Y en ese momento salió radiante, preciosa como siempre, la tome de la cintura aspirando ese delicioso olor a vainilla que ella despedía.

-Buenos días princesa. -la bese.

-Buenos días amor. -mi sonrisa se hizo mas grande.

-Estas preciosa. -le dije besándola otra vez.

-Gracias, tu también estas guapísimo. ¿Sabes que me encanta que te peines así? -asentí, sabia que a ella le gustaba mi cabello así, despeinado sin gomina, dándome una apariencia rebelde.

-Lo se mi amor; por eso lo hago, ¿sabes que me encanta a mi? -ella negó con la cabeza. -Que me beses. -entonces se acercó a mi con las mejillas sonrojadas y me beso, abrazándome.

Nos separamos.

-¿Nos vamos? Se nos hará tarde. -asentí tomándola de la mano.

Así nos dirigimos al Gran Comedor, sonriendo con arrogancia frente a las miradas de envidia y celos de nuestros compañeros.

Entramos al Comedor y todos empezaron a cuchichear y murmurar por lo bajo, les mandamos una mirada amenazante y se callaron.

Nos sentamos en nuestra mesa, no sin antes plantarle un beso allí frente a todos.

-¿Así que es oficial? -preguntó Pansy.

-¿Que es oficial Pansy? -pregunte sospechando la respuesta

-Que el príncipe y la princesa de nuestra casa son novios. -contestó Astoria.

-Pues ya ves... -contestó Hermione sonriente.

-Ya te habías tardado Draquito. -bromeo Zabini. Reímos ante el comentario.

-Ya se habían tardado ambos, todos sabían que ustedes dos sentían algo pero los únicos en no darse cuenta eran ustedes. -hablo Theo.

-Ay ya, lo bueno es que ya estamos juntos. -bese a mi chica.

-Oigan, no nos hagan verlos haciéndose cariñitos. Habemos algunos a quienes nuestro amor no nos corresponde. -dijo Theo fingiendo tristeza.

-¿La Lunática aun no te hace caso? -pregunte, me gane un codazo de Hermione y una mirada furiosa de Theo. -Ya, ya, Lovegood.

-No, no se lo he dicho. -dijo apenado.

-¿No le has dicho? Que cobarde. -Hermione me miro furiosa. -Ya lo siento, que luego me pegan. -mire a mi novia, ella solo sonrió al igual que los demás.

-Theo te podemos ayudar en eso. -se ofreció mi princesa.

-Si Theo, te podemos dar ideas. -dijo Pansy, Astoria asintió.

-¿Enserio chicas? -preguntó emocionado Nott.

-Por supuesto Theo, eres nuestro amigo, mañana en Hogsmeade te ayudamos a comprar todo. -mire a Hermione molesto; quería pasar con ella el día.

-Ya amor, contigo estaré toda la tarde. -me dijo besando mime hulla.

-Hmm, bueno. -respondí no muy convencido.

-Bueno doctoras corazón... -reímos ante la frase. -tenemos que ir clase. -termino Blaise.

Y así nos fuimos a clases, el día se paso rápido. En la tarde salí al campo de Quidditch ya que tenía entrenamiento, invite a Hermione pero ella dijo que tenía que reunirse con las chicas, para ver los vestidos que llevarían al baile, ellas tampoco tendrían que comprar nada en Hogsmeade ya que la mama de Hermione les había enviado los vestidos a las chicas como obsequio de Navidad.

Ya en el campo, el idiota de Wilson se me acerco furioso, yo iba con Theo y Blaise a mis costados, el iba solo, ¡que idiota!

-¡Malfoy! -me apunto con su varita.

-¿Que quieres idiota? Me haces perder el tiempo. -saque mi varita al igual que mis amigos, le apuntamos con ella también.

-Aléjate de Hermione. -amenazó.

-¿Y por qué tendría que hacerlo? -replique. -Soy su N-O-V-I-O.

Eso lo enfureció, ya que me lanzo un hechizo; yo lo esquive con facilidad.

-¡Si no quieres terminar medio muerto es mejor que no te atrevas a volver a atacarme imbecil! -le grite.

-Esto no se quedara así Malfoy. -contestó.

-Claro que no se quedara así, aun no termino contigo. ¡Expelliarmus! -lo lance lejos. -Pero no puedo hacerte mas ya que iras a llorarle a Snape. Ahora lárgate; ya no formas parte del equipo. -se levanto con los puños cerrados.

-Te arrepentirás de esto. -y se fue.

-Draco, ¿crees que haga algo? -preguntó Zabini.

-No lo se, pero protegeré a Hermione, con mi propia vida. -dije serio:

-Cuentas con nosotros amigo; Herms también es nuestra amiga.

Les sonreí, solo a mis verdaderos amigos les dedicaba sonrisas y ellos eran mis amigos, que sabia que me decían eso con sinceridad, querían a Hermione de verdad, todos nos conocíamos desde pequeños y nos queríamos como hermanos.

Después de practicar me fui a mi torre, estuve leyendo con Hermione un rato en la sala común, bueno nos besamos mas de lo que leímos. Quedamos en irnos todos juntos a Hogsmeade la mañana siguiente; aunque no tuviéramos que comprar nada.