Cena de compromiso

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Hermione P. O. V.

Aquella mañana después de irme de la casa de mi ahora ex novio -pensé con nostalgia- mi madre y yo fuimos al Londres muggle a comprar mi vestido para la cena de compromiso. Era precioso pero sumamente costoso, aunque la verdad, mis padres nunca escatiman en gastos, menos si se trata del compromiso de su única hija.

Los días pasaron rápidamente.

Ya era domingo.

Al mediodía entre a la ducha para prepararme, salí una hora después y llegaron un batallón de personas que venían a arreglarme el peinado, maquillaje, uñas, vestido, y de todo. Se supondría que debería estar feliz por ser un día especial, pero la verdad es que no. Me la pase pensando en lo hermoso que hubiera sido si el chico con el que me comprometerán hoy fuera Draco... -suspire- pero no.

Ya eran las seis de la tarde cuando termine de ponerme el vestido, me sentaba perfectamente, era un vestido color rojo sangre, sin mangas, con una especie de tela rojiza casi transparente sobre el escote, sobre él tenía fina pedrería muy hermosa que estaba dispersa en el cuello, escote y cintura del vestido; era ajustado hasta la cintura y de ahí, caía con libertad, tenía una muy pequeña cola pero era bastante elegante. Me coloque los pendientes de diamantes y el collar en forma de gota con uno pequeño (el de la familia de mi prometido), me puse unos zapatos de plataforma de terciopelo rojo y quede lista. Las peinadoras hicieron un excelente trabajo, tenía un precioso moño con algunos rizos cayendo, el maquillaje: rímel y delineador negros, y mis labios pintados de color rojo sangre. Me veía estupenda. Pero algo contrastaba en mi. No llevaba una sonrisa de ilusión. Llevaba una sonrisa falsa, y fue así, que siendo las siete menos cinco, baje las escaleras de la mansión, ya todos esperaban ahí.

Descendía por las escaleras con elegancia y con una sonrisa, que ni yo misma me creía, cuando pude divisar a muchos de mis amigos y conocidos del colegio, y entre todos ellos... A el. A ese rubio que me enamoraba con esa sonrisa hermosa. Me percate de que me sonreía con tristeza, casi creía que lloraría en cualquier momento.

Draco P. O. V.

Estaba sumido en mis pensamientos cuando la vi.

Perfecta.

Simplemente hermosa.

Bajaba con aristocracia las escaleras, con esa elegancia tan característica de ella.

Sonreía, pero yo sabia perfectamente que no era una sonrisa de verdad.

Todos aplaudían, algunos la miraban con lujuria, y yo sentía que quería lanzarles un Avada.

Ya al centro del salón, Edward la tomo de la mano y la posicionó junto a el. Hizo sonar su copa para llamar la atención.

Silencio.

-Muy buenas noches a todos, mi familia y yo -miro a Hermione y Jean. -les damos la bienvenida, a nuestro no tan humilde hogar. -dijo en broma, los presentes reímos. -Creo que todos saben ya el motivo de esta cena. -comento, "claro que sé el motivo" , pensé. -Esta noche, se hará oficial el compromiso de mi hija con un mago de su edad, digno de ella... -¿digno de ella? ¡Ja! Ella es demasiado para cualquiera, incluso para mi. -Un sangre pura de nuestra clase social e hijo de una familia muy poderosa, y cercana a nosotros. Antes de continuar quiero pedir a mi buen amigo Lucius Malfoy que pase aquí. -¿mi padre? ¿Para que?

Mi padre se situó junto a Edward; se sonrieron con complicidad.

-Ahora quiero pedir que pase al frente... -¿quién? ¿Solo falta que digan que pase yo? ¡Ja! -Al joven Draco Malfoy! -¿que? ¿Cómo? ¿Porque? ¿Es que acaso... ? Quiero saltar de felicidad.

Con una gran sonrisa en el rostro me sitúe junto a Hermione.

Le sonreí con amor y ternura, ella me la devolvió pero con un matiz de sorpresa al igual que yo.

Ahora hablo mi padre.

-Esta noche, se llevará a cabo el compromiso oficial de dos jóvenes magos talentosos, de dos familias poderosas, ricas, y de sangre limpia, noble y antigua. Esta noche, se unirán dos familias a través de sus hijos, en un compromiso irrevocable, para toda la vida. Esta noche, las familias Malfoy y Granger, tienen el honor de hacerles partícipes de la ceremonia de compromiso de sus hijos: Draco Lucius Malfoy y Hermione Jean Granger. -mi corazón se detuvo, instintivamente tome la mano de Hermione, ella me sonrió, no pude evitar darle un beso rápido, a lo cual toda la sala se estremeció en aplausos. Por primera vez en días, sonreí de verdad.

Amor entre serpientes (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora