Amor entre serpientes (Dramione)

Eligiendo el destino

Draco P. O. V.

Los días pasaban con tranquilidad, yo iba a casa de mi preciosa novia todos los días y nos la pasábamos juntos cada tarde.

Me encontraba cenando con mis padres cuando un elfo apareció con una carta. Se la entrego a mi padre y se retiró.

El abrió el sobre y lo leyó por unos minutos, luego la coloco en la mesa y me miro.

-Hijo, es momento que comiences a aprender sobre nuestras empresas.

-¿Por qué lo dices padre? ¿Pasa algo malo? -pregunte con preocupación.

-No, no, para nada, es solo que se están extendiendo por todo el mundo y yo no puedo dirigirlas todas.

-Bueno, pues cuando quieras comienza a enseñarme.

-Claro hijo, posiblemente para cuando te cases ya seas el propietario absoluto de algunas.

-Pero padre, son tus empresas. -dije replicando.

-Si, pero son el patrimonio que te dejare, tengo muchas y no puedo con tantas, además de que todas las propiedades de la familia Malfoy pasarán a ti cuando yo muera, mientras tanto tu gozas del cincuenta por ciento de propiedad de nuestras posesiones. Además, pronto te casaras y no quiero que andes mendigando algún puesto en el Ministerio y trabajando para otra persona, cuando tu eres un Malfoy, tienes empresas y te harás cargo de ellas, como jefe, no empleado.

-Bien, de todos modos, gracias padre. -agradecí con una ligera sonrisa.

Luego hablo mi madre que había permanecido en silencio.

-¿Y cómo están las cosas con tu prometida, hijo?

No pude evitar soltar un suspiro de enamorado, mis padres se miraron y luego me miraron sonriendo.

-Las cosas con ella están... Perfectas madre. -dije con una sonrisa tonta.

-Nos alegramos Draco, ella es una gran chica.

-Si que lo es.

Mi padre miro a mi madre y la tomo de la mano, después hablo:

-Hijo, tu madre y yo hemos decidido que nuestro regalo de bodas para ustedes sea su Luna de Miel al lugar que ustedes deseen, por el tiempo que quieran.

Me sorprendí.

-Gracias padre, madre. -les sonreí a ambos. -¿Y cuándo podremos elegir?

-Un mes antes de la boda. -contestó sonriente mi madre.

Solté un gruñido. -Bien.

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Hermione P. O. V.

La fecha de la boda cada vez se acercaba mas, ya faltaba solo un mes para el gran día.

Últimamente Draco y yo nos veíamos poco, ya que los preparativos de la boda nos tenían muy presionados.

Yo me la pasaba entre pruebas de vestido, eligiendo flores, las decoraciones, eligiendo menús, haciendo listas de invitados y todo eso.

Hoy era un día soleado, muy agradable a pesar de estar en vísperas de invierno, cuando una lechuza picoteo en mi ventana, la deje pasar y tome el sobre de su pico, indudablemente la letra de cierto rubio que me trae loca.

"Buenos días preciosa.

Te extraño como no tienes idea, ¡por una parte comienzo a odiar esto de la boda! ¡Puedes creer que no te he visto desde hace dos días! No te imaginas cuanto necesito una sesión de besitos... Bueno, el tema por el que te escribo no es ese, bueno si, pero... Olvídalo. Quiero invitarte a salir conmigo, como es obvio que nos casaremos en un mes, necesitamos decidir el destino de nuestra Luna de Miel... Me muero de ganas por que ya sea esa noche... Ya, mis pensamientos van lejos. El punto es que paso por tu humilde casa (nótese el sarcasmo) en una hora.