CAPITULO 14

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Esto siempre es sencillo, un par de jeans, camisa, zapatos o un simple traje, si le gusta bien y si no también, nunca me ha importado mucho lo que piensen las mujeres cuando las voy a ver, la mayoría de las veces termina en una esquina de un cuarto de hotel o simplemente no llego a quitarlo todo. El punto es que no me importa cómo me ven, sé que me queda bien, siempre he sabido vestirme con elegancia y glamour, pero hoy es diferente de verdad, quiero verme impresionante, sobre todo porque ella no es de las que se impresionan con cosas tan simples, ya lo he notado. -¿Me vas a decir quién es la víctima?. -Sebastián, ¿no te han dicho que interrumpir en casa ajena es delito, ¿cómo me veo? -No cuando la casa es la de tu mejor amigo y cuñado, ¡habla!. -¿Qué quieres que te diga?. -¿Quién es la víctima, la mujer?. -¿Víctima?, ¿qué te hace pensar que voy a almorzar con una mujer?. - Primero no hable de almuerzo, fuiste tú, segundo cancelas nuestro partido matutino de los sábados y nunca lo haces. Ni siquiera después de una borrachera e irte con una de las desafortunadas que solo complacen tu ego machista, tercero llevas toda la mañana probándote trajes y ropa, cuarto acabas de preguntarme como luces, quinto llevas raro toda la semana y hace unos días estabas bebiendo y pensativo en la piscina de tu familia y tu padre pudo mencionar algo. Así que ¿quién es la nueva pobre, superficial y víctima que suspira por tus huesos, que caerá en tu lista y dejaras llorando a penas la hayas probado?. - No hables de esa forma de ella, así que cuida lo que dices - De verdad me arme de paciencia para no partirle la cara a Sebastián por su comentario, Lucia ni es superficial y mucho menos mi víctima. -Wuoo, esto es serio, ahora sí quiero saber quién es. ¿Dónde la conociste, la conozco?. - Ya deja la estupidez, pareces a esas viejas chismosas que quieren saberlo todo. -No, no, me tienes que decir quien es ella, jamás pensé que viviría para ver esto. -Ahora si me estaba empezando a irritar que les pasa a todos esta mañana, Petter que me mira extraño, Nana que hace sus comentarios extraños y ahora este con sus rarezas. -¿Para ver que según tú?.- pregunto a Sebastián. -Ver como una mujer por fin en esta vida te tiene de cabeza. -¿Qué?, ¿estás diciendo estupideces esta mañana o que diablo te tomaste en el desayuno?. -¿Señor?.- nos interrumpe Petter. -Petter, ya te he dicho que me digas Gabriel, no es tan difícil. -Que genio- comenta - El coche está listo, ¿para dónde vamos?. -No sé, es a un lugar llamado Das sushi haus creo. -¿Vez?, o por Dios, gracias, señor, gracias. - No le hagan caso, hoy amaneció drogado - Petter y mi nana se quedaron viendo a Sebastián mientras se reían. -No drogado, no, Petter, tú debes saber dime quien es la mujer que lo tiene así, a quien le debo este día tan maravilloso. -Yo también quiero saber quién es la encargada de este milagro.- mi nana se une a las locuras de Sebastián, ¿pero qué les pasa?. -¿Pero qué diablos le pasa?, Tu gran idiota, ninguna mujer me tiene de cabeza, tu nana no habido ningún milagro y tú espero que sepas donde queda ese local. Y que dejen sus estupideces. -¿Petter es hermosa? ¿La conozco?. -¡Sebastián! -¡¿Qué?! No me puedes culpar por querer saber, vamos ni siquiera sabes a dónde vas, lo que significa que ella escogió el lugar y tú jamás, pero jamás dejas que eso pase, hasta cuando es por negocio, tú le dices donde nos veremos obviamente quieres dar una buena impresión si llevas toda la mañana como mujercita escogiendo que te vas a poner. -Te he dicho que eres un hijo de puta a veces.- con esas camine directo a la salida. -Oye, mi madre no te ha hecho nada y queda en el centro comercial de Selt Maik. -¿Cómo dices?. - Ahora decía cosas incoherentes. -Ay hombre, que el local queda en el centro comercial Selt Maik, está ubicado al norte de la ciudad. -¿Cómo sabes eso?. - Una vez me reuní con unos amigos de la universidad en ese centro y pasamos por ese local, no es tan malo, dicen que la comida es muy buena, solo que va mucha gente, es un lugar que tú no escogería. -¿Por qué está al norte?. - Por eso y porque aunque el sitio es agradable no es para ti, tú eres más de lugares con glamour, sofisticada, que te atiendan y ese no es lugar de esos, voy a adorar esa chica. - Cállate. Una hora más tarde estaba sentado en una de las mesas del Das sushi hous, Sebastián tiene razón, no es un lugar que yo escogería, no tiene la elegancia, no hay quien te reciba en la puerta, aún no he visto a un mesero traer el menú. Todas las mesas están en un mismo espacio, no hay manera de tener una conversación sin que los de las otras mesas escuchen, pero no está mal, el lugar es limpio, cálido, luminoso y aunque está en el norte no es un mal lugar. Debí saber que escogería algo por este sitio, después de todo ella vive hacia el norte, se vio muy linda cuando la deje en la estación de trenes cerca de su casa estaba tan indecisa, no sabía hacia dónde ir, es obvio que no quería y no quiere que sepa donde vive. Me divertí, sé que en su mente rogaba que me fuera, se sintió muy aliviada cuando le dije que me iba, pero al despedirme juro que cuando toque sus manos, eran tan suave, delicadas, olían a bebe, es raro lo sé, pero no era un olor desagradable era cálido no sé cómo me aguante para no darle un beso en esos labios que me tienen loco. La erección que tenía no era normal, por un minuto pensé que me dejaría embarcado la había llamado tres veces anoche, si tres veces yo nunca llamo a una mujer tantas veces en un día a menos que sea mi madre o mi hermana o Rosa y porque es mi secretaria. A Lucia la llamé tres veces, cuando estaba por colgar, me contestó, juró que sentí que el alma me regresaba de algún lado donde se había ido. Me nombro dos lugares que en mi vida había escuchado y bueno escogimos este porque decía sushi algo conozco el sushi así que no podía ser tan malo, pero si soy sincero si me hubiera dicho que era en la máquina dispensadora del hospital hubiera aceptado, a un no podía creer que me aceptara el almuerzo creí que escuchaba mal cuando lo dijo. Desde ese momento ando emocionado como niño en navidad, no sé qué me pasa con esta mujer, no sé por qué me tiene así, solo sé que la quiero, la quiero en mi cama, sé que al tenerla se me va a quitar esta obsesión, después de todo es una más todas son iguales ella no era la excepción. -Maldita sea, abajo, abajo. Si le susurraba a mi fiel compañero en el mundo que quería salirse de mis pantalones, juro que iba a explotar, ¿cómo diablos esa mujer podía ser más hermosa de lo que ya era?, ahí estaba, parecía una diosa, tenía su cabello suelto, lacio, un maquillaje natural y sencillo, parecía que no tuviera maquillaje, tenía los lentes del color de su camisa, sus labios con brillo rojo, pero no ese rojo escandaloso que se ve a metros no. Era de esos que te hacen desear, besar esos labios, o malditos labios, eran mi tortura, tenía que probarlos, tenía una blusa morada de esa tela trasparente, pero que no se ve vulgar sino femenina y elegante, un jeans azul ceñido a esas piernas sosteniendo ese trasero. Dios estoy muriendo, necesito calmarme porque voy a hacer un espectáculo, necesito pensar en otra cosa empezando en como pararme de esta maldita silla sin que se note que mi amigo quiere jugar, demonios...- Ay viene amigo ya nos encontró así que compórtate. - Hola, lamento la demora, pero el tráfico estaba horrible. - Hola, no te preocupes- demonios huele delicioso, eso no me ayuda, lo bueno es que se sentó antes de que me levantara. -¿Le costó mucho encontrar este lugar?. - No, ¿qué te hace suponer eso?. - ¿Me va a decir que sabías donde queda el restaurante?. -Bueno, no, pero no fue tan difícil, me dijeron donde quedaba. - Bien, ¿ordenamos?, aunque no le pregunte si le gusta el sushi de todas maneras, hay otras cosas. -El sushi está bien, ¿cómo escogemos?, no he visto mesero. -Bienvenido a este lado de la ciudad, aquí tú eres tu propio mesero.- ¿Qué? Es un chiste para que pago si no es para ser buen atendido. -¿Vamos? - ¿A dónde rayos vamos ahora?. -¿A dónde me llevas?- cuando veo que nos ponemos hacer una cola yo nunca hago cola esto debe ser broma - Vamos a escoger lo que vamos a almorzar. -¿En una cola?. -La cola nos lleva a la caja para pedir y cancelar lo que vamos a comer. - Eso ya lo sé, pero no entiendo el punto, para eso debe existir un mesero. - Ya no seas gruñón, quita esa cara de horror y disfruta la experiencia de pedir como los simples mortales. -¿Simples mortales?. -Si, ya sabes aquellos que estamos acostumbrados hacer cola para elegir nuestro almuerzo o cualquier otra cosa y no ponemos cara de angustia porque no hay meseros. Escoge. Ella solo habla y aunque escuche cada palabra, solo estaba concentrado en su olor, su cabello, sus piernas, sus labios. Maldita sea concéntrate Gabriel, mira el menú. -Yo no soy gruñón y no tengo cara de angustia. -Claro, si tú lo dices. -¿Ya escogiste?, somos los siguientes -Quiero que sepas que perdimos nuestra mesa, ya se sentaron otros. -No es nuestra mesa, además tenemos más mesas para escoger, ¿por qué me miras así?- Es lo más hermoso que he visto como quisiera perderme en esos labios, que esas piernas estén alrededor de mi cintura, necesito esta mujer - ¡¿Gabriel?! -Está hermosa. -Gracias...- Que sonrisa tan bella - debes escoger tu plato. -Claro, buenas tardes, ¿tú ya escogiste? - Si voy a pedir un combo de abocado roll de salmón con camarones, brochetas de cangrejo con una coca cola, ¿y tú? - Yo quiero un carrusel roll y una tempura de camarones y salmón con coca cola. - Listo, ¿algo más? - nos dice el cajero, miro a Lucía que aun después de pedir sigue viendo el menú de seguro quiere otra cosa. -Lucía, ¿si deseas otra cosa?. - No, nada más. -¿Seguro?.- la veo porque si no quisiera nada más no vería el menú, es de lógica no.- Pide lo que desees. -Seguro, no quiero nada más. Gracias. -Bueno, su cuenta es... -¿Qué haces?.-Veo sacar a Lucía su monedero y eso sí que no. -Voy a pagar. -No, yo invite - le entregó mi tarjeta al cajero indicándole que se cobre todo. -Puedo pagar. -No tengo duda, pero si yo invito yo pago, no voy a discutir eso.- cuando nos entregan un perolito que ni sabía para qué servía. - Gracias - le escuchó decir a Lucía mientras ríe - vamos por una mesa, esto es lo que nos va a indicar cuando esté lista nuestra comida para venir a buscarla, si vieras tu cara de no entender nada, es muy graciosa. -Ahora te burlas de mí. -¿Está molesto?. - No, pero no me agrado que quisieras pagar la comida cuando yo invite. -Bueno, debe ser la costumbre, siempre pago lo que consumo, muy pocas veces me invitan, siempre soy yo la que invito a los demás, claro, cuando se puede no siempre. - Pues acostúmbrate que cuando salgas conmigo no pagas nada. -Eso lo dudo. ¿Te gusta el lugar?, sé que no es de su "clase" debe estar fuera de confort. - Me gusta.- Me mira haciendo esa expresión de que no me cree.- Tienes razón, no es mi estilo, pero no está mal, ahora solo probemos la comida, ahí te digo si me gusta. - Suelo comer aquí y son muy ricos, hasta ahora no me han decepcionado. -¿Vienes mucho?. - Ya quisiera, me encanta el sushi, pero es un lujo que no me puedo dar siempre, pero cuando me lo doy hago que valga la pena - eso me molesta debe darse los gusto que quiera cuantas veces quiera. - ¿Y a usted?, ¿le gusta el sushi o solamente acepto para darme gusto? Sea sincero. -Yo te doy todos los gustos que quieras y si me encanta. El sushi no es mi primera elección, pero me gusta.- me acerqué más a ella, soy un hombre experto, pero con esta mujer no sé cómo manejarme, no es cualquiera. Dios porque hueles tan divino a rosas con vainilla.- ¿Qué loción usas?. -¿Loción?. - Si el perfume, huele divino. - Ah, gracias; no es ninguna loción en especial.- de repente suena y vibra ese perol en mis manos y Lucía se levanta. - La comida está lista. - A ya, yo voy por ella y tú te quedas aquí sin moverte. - ¿Va a poder con todo?. Yo te ayudo. - Te quedas aquí.- fui por la comida y luego comimos. - Esto está muy bueno, lo admito, me gusta el lugar. - Se lo dije, no solo en los sitios elegantes y sifrinos, se come divino. - ¿Elegantes y sifrinos? Me imagino que esos son mis sitios. - Si, exacto. Me alegra que le haya gustado. -Tiene buen gusto para las comidas. - Si lo mejor de todo fue verte comer el wasabi. -Si lo note, sobre todo cuando te pedía agua y no me dabas. -Era muy gracioso ver sus expresiones. -¿Damos un paseo?. -¿Dónde quieres ir?. -Sorpréndeme es tu terreno. -Es un centro comercial, puedo llevarlo a que lo conozca. - Vamos. Estuvimos paseando por horas, me llevo a tiendas, las mayorías eran de deportes, algunas librerías lo que me hizo ver que de parte del sushi le gusta leer y no solamente medicina, otras eran de joyas o accesorios de mujeres. Muy pocas, pero no pude evitar notar que había cosas que le gustaban y aun así no las compraba cuando veía su precio, cuando le preguntaba si le gustaban decía que era lindo, pero no tanto como para comprarlo o que el libro no era tan bueno, luego pasamos por una heladería. Descubrí que le gusta el helado de vainilla, el de oreo y aborrece el chocolate, ¿quién aborrece el chocolate?, así duramos horas hablando de lo que nos gusta, lo que no, salí con unas cuantas compras de algunas tiendas debo decir que no estuvo mal. Lucia no es de mi clase, no viene de familia pudiente y adinerada, pero tan poco de una pobreza absoluta, sabe darse gustos, vive en buena zona, es educada, sencilla, inteligente, y adora a su madre, eso es algo que tenemos en común, quien diría lo que uno puede saber de una mujer en unas horas sobre todo que no tiene novio no es que me importe. De verdad me alegro saber que no tengo a ningún idiota con quien lidiar, también me di cuenta de que Lucia es reservada, sabe decir lo que tiene que decir sin dar detalles, no es de las que va por ahí contando su vida a un extraño y cuando no te quiere responder o te contesta con otra pregunta o un comentario sarcástico, es difícil saber que piensa. Y aquí estamos en la puerta de su casa cinco horas después. -Sana y salva en su morada doctora. -Gracias por traerme a mi humilde hogar aunque no le dije donde vivía - Idiota, soy un idiota, se me olvido preguntarle y es que no se le escapa nada. -¿A no, segura?. - Segura, pero debí imaginarlo un acosador, sabe eso. -Bueno, tengo que hacer bien mi trabajo. -Ya veo, la pases bien. -Yo también, una de las mejores tarde de mi vida. -Si no estuvo tan mal como pensé que sería.- Que diablos, otra estaría feliz, que le dé mi tiempo y ella solo dice que no estuvo mal. -¿Así que pensabas que la íbamos a pasar mal?, que buena expectativa me alegra saber que no fue así. -Sí, no me puede culpar, tenemos gustos muy diferentes, mundos muy diferentes. ¿Qué podríamos tener en común usted y yo? Así que las expectativas no eran muy altas, pero me alegra así disfruta uno más. Como lo dije inteligente y esa maldita manía de lamerse el labio inferior y ojo no es porque no me guste que lo haga, sino que cada vez que lo hace una corriente me pasa por el cuerpo hasta llegar a mi testículo y querer explotar. Tengo que besar esos labios, debo besar esos labios.- fue el almuerzo más largo de mi vida. -Me da gusto saber que logre una gran impresión y fue una grata y placentera compañía, esperó que se repita. - Qué pases buenas noches, Gabo - No, no, se va piensa. -Te invito mañana a salir. -¿A dónde?. -No lo sé… Déjame pensarlo y te llamo. -¿No sabes a donde me vas a llevar?, eso es sorpréndete - sé que lo dijo en tono sarcástico. -Oye, te recuerdo que ayer pasamos por lo mismo. -Si lo recuerdo, pero no voy a aceptar - ay se pone difícil otra vez, ¿qué quiere esta mujer de mi Dios?. -Vamos, es justo, yo acepte que saliéramos a un lugar que tú escogiste, confíe en ti, ¿no puedes hacer lo mismo por mí?. Ya viste que no muerdo. - Aún no estoy segura de que no muerda - cierto, si por mí fuera me la como completita debe saber delicioso, ¡concéntrate!. Pero mañana no puedo tengo planes.- Me rechaza por alguien más, ¿será por un idiota?. -¿Y no puedes suspender esos planes?. - Si es domingo y son días familiares, dedicados exclusivamente a la familia o a Morfeo - ¿Morfeo? ¿Quién diablo es Morfeo?. -¿Morfeo quien es Morfeo? - no lo creo tan descarada, es, ya sabía que no podía ser diferente. -¿No sabes quién es Morfeo?, ¿no creó que no hayas escuchado de él? Es una leyenda -porque diablo lo dice como si la ofendiera o se impresionara, que diablo sé yo quien es Morfeo, un imbécil al que le partiré la cara, espera… -Muy graciosa - si sigue sonriendo así, ¿cómo aguanto? Maldito suertudo Morfeo - Siento envidia, va a lograr tenerte para él, ahora que lo mencionas, mañana tengo reunión familiar - Gracias adiós no es por un idiota sino un dios de la mitología griega. -Viste, los domingos se hicieron para estar en casa o con la familia. - A veces se hace excepciones si vale la pena... Lunes, te invito a cenar.- Oh. Ya vi su expresión, va a decir que no.- Estás de vacaciones, además me lo merezco, ¿no? Déjame llevarte a un lugar que yo escoja, te va a sorprender. -Con una condición. - La que tú quieras. - Que no sea tan tarde y no sea su casa - Adiós cena en casa, ya va, no estaba pensando llevarla a casa, no llevo a ninguna mujer a mi casa... -Hecho. - Ya me voy, que pase buenas noches y gracias nuevamente por una bonita tarde.- me estira su mano para despedirse cuando yo lo que quiero es besar esos labios, y juro que cuando tome su mano y la lleve a mi boca es lo que quise hacer, pero su olor y se lamió el labio, eso fue demasiado y no resistí, la hale hacia mí e hice lo que he querido hacer desde que la vi, la bese. Está raro que yo lo diga, pero es mejor de lo que creí, es como estar en el paraíso, son tan carnosos, deliciosos, saben a cereza, jamás había probado algo tan divino, podría volverme adicto a este sabor, son tan cálido y su cuerpo encaja tan bien con el mío pertenece aquí, viviría aquí y sería feliz, el maldito mejor beso de mi vida. Hasta que nos golpearon e hicieron que apartara sus labios de los míos cuando un tarado abrió la puerta. -¿Ve?, que si muerde. - Me respondió aún pegada a mí. - No la he mordido... Aun.- nos quedamos viendo, no sé por cuanto tiempo, pero quería besarla otra vez y lo iba a ser, estaba tan cerca, pero se apartó de mí. -No, con uno solo es suficiente, no ando regalando besos. -Pero yo me lo robé, es distinto. - Astuto, que descanse.- Me mata esta mujer, ya va y si arruine lo del lunes. - ¿Cenará conmigo el lunes o me harás pagar ese beso?,- por favor di que sí. - Ya veremos. - así entro a su edifico y una vez más me deja plantado y sin palabras. ¿Qué está haciendo esta mujer conmigo?. Cabe destacar que cuando llegue a casa lo único que tenía en mi cabeza era la imagen de esas largas piernas cubiertas por ese jeans, su cabello largo y lacio, esos ojos marrones intensos, esa sonrisa, esos tacones que se veían asombroso, quien iba a decir que debajo de ese uniforme de médico y zapatos deportivos. Podía haber tanta belleza y esos labios, el sabor de esos labios fue mucho mejor de lo esperado, no deje de saborearme los labios después de perder su contacto, era mi sabor favorito a partir de ahora, sonará hasta femenino, pero cuando por fin toque sus labios todo desapareció. Solo ella y yo, ese sabor a cereza con vainilla, su olor y ahí estaba mi flamante amigo dando su opinión de que le gusto, no sé cuántas veces en las pocas horas que la deje en su casa, hasta ahora me he masturbado, había algo diferente en ella, no sabía que era solo sé que la debo tener.

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