CAPITULO 48

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Unas horas más tarde entramos a la casa de Gabriel con una cantidad de bolsas que solo llevan su ropa, la mía
quedo en su auto para luego llevármelas a casa y otra quedo en la tienda.

- Estás loco, solo te falto traer las vitrinas del local.- le respondo entre risas.

- Pero que hago si todo te quedaba hermoso además hombre que se respeta siempre debe ir bien vestido.

- Si pero tu exageraste no te parece?.

- No, yo creo que me quede corto faltaron zapatos y joyas, y...- le tapó la boca antes de que siga.

- Así está bien, fue suficiente con todo lo que me regalaste hoy aunque no me dijiste para que querías que compráramos vestidos.

- Si sobre eso ya se acerca diciembre, en la empresa y el banco acostumbramos hacer una fiesta por todo lo alto, elegante, donde va una serie de invitados importantes del gremio
bancario y de arquitectos, damos donativos, premiamos a los mejores trabajadores de la año, el mejor proyecto, la mejor inversión y ese tipo de cosas, así que estaba pensando que si quieres ser mi acompañante.

No lo creo Gabo me está invitando a un evento en público con sus colegas, amigos y familia, salto de dicha; capaz si soy más importante para el de lo que creí.

- Si por supuesto que te acompaño, bastaba más.

- Te vas a ver hermosa, seré la envidia de todos en esa fiesta.

Gabriel me besa con todas las ganas del mundo y yo a él.

- Te amo- le digo, veo su rostro de no saber qué decir, yo y mi boca.

- Que cantidad de bolsas, por dios!- escuchamos decir al final del pasillo, era su nana.

- Hola, para que sepa son todas de él- le digo mientras ella me quita unas cuantas de las manos.

- Soy culpable - le rectifica Gabo a su nana.

- Cuando no, aun tienes ropa sin estrenar - le dice mientras le quita todas las bolsas junto a Emili que es otra de las jóvenes del servicio.

- Lo mismo le dije yo pero puede ver que caso me hizo- le señalo las bolsas que aún me quedaban en la mano.

- Ya dejen de regañarme.- suena su celular y lo observa.

- Voy a subir esto a su habitación.-se retira su nana y Emili mientras sigue viendo la pantalla se su celular.

- Que sucede marinero?.-levanta su mirada y me observa.

- Un problemita al parecer con lo del proyecto del hotel.

- Es algo serio?.

- No creó, igual debo hacer unas llamadas en mi despacho, ve poniéndote cómoda mientras
vuelvo y... me gustaría que te quedaras esta noche conmigo.- me dice apegándose a mí, dándome besos en cuello, labios y donde él quisiera que mi piel estuviera expuesta.

- Gabriel?.

- Solo piénsalo mientras yo hago esas llamadas- toma mi cara y me da un beso en los labios y se retira a su despacho.

Unos minutos después suena el tiembre, ninguna de las del servicio está cerca y decido abrir la puerta, cuando la abro me encuentro de frente con un hombre elegante, algo mayor, guapo, se parece mucho a Gabriel de hecho es como verlo a él pero con unos años más, lo que me hace pensar que debe ser algo de él, entra a la casa sin previo aviso, como si fuera dueño, pasándome por un lado y hablando por teléfono, se detiene en medio del pasillo, cuelga el teléfono y me mira.

Vaya, ya no soy invisible; definitivamente debe ser familiar
de Gabriel, tiene algunos gestos de él, su mismo porte, su misma soberbia y ojos. Es cuando caigo en cuenta que
estoy delante de su padre, el señor Ziegermman... Ay dios me sudan las manos como agua entre los dedos.

- Hola, veo que mi hijo contrato mucama nueva, ve a buscarlo y dile que estoy aquí.

Mira nuevamente a su celular dirigiéndose a la habitación
de deportes, que carácter; ya sé de donde heredo Gabriel su mala educación.

Lo sigo hasta la sala mientras habla por teléfono, se dirige al bar sirviéndose un vaso de whisky, parece estar m peleando con alguien termina su conversación y su mirada vuelve a mí.

- Niña que haces parada ahí?, ve y dile a ese testarudo que estoy aquí...- se toma un sorbo del whisky.

- Está realizando una llamada de trabajo y yo -me interrumpe cuando le voy aclarar que no soy la mucama.

- Una llamada no es más importante que yo, a ver cuándo te contrato no te dijo las normas?, y por qué no llevas uniforme?...- me chequea de arriba
abajo, analizando su pregunta, Gabo que no termina de salir de su despacho.

- Eso señor es porque...- me vuelve a interrumpir.

- Ya voy hablar con él, una cosa es ser amable otra es abusar y aun así te quedas ahí parada sin ir hacer lo que te he pedido.

- Gabo está...

- Como que Gabo?, que son esas confianzas?, que hasta lo tuteas...- hombre este tipo es más desesperante que el mismo hijo.

- Yo soy...

- Lo que sea no va ser por mucho, te garantizo que esas confianzas con mi hijo no durara mucho...- ah!, dios dame paciencia para no salir con una
grosería cuando escucho a Gabo venir por el pasillo.

- Santo dios!, será que me deja hablar?. Es peor que su hijo.- Este me mira anonadado y yo estoy loca definitivamente.

- Sirena dónde estás?.- llega a la sala, me mira sin darse cuenta de que su padre está aquí y se acerca.- Aquí estas, voy a tener que amarrarte, te me escapas con mucha facilidad- sonrió y me toma por la cintura.

Amarte es un arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora