Cuando llegue a casa mi madre estaba en la cocina haciendo café y el desayuno.
- Como la pasaste? - me grita desde la cocina.
- Bien madre con sueño.- entro a la cocina y me siento en la mesa.
- Ya veo, no dormiste nada, traes una cara de tonta...
- Ay mamá, esas fiestas son fastidiosas y como no tenía quien me trajera Gabriel no quiso que me viniera en taxi.
- Y te trajo el?.
- No, su chofer, el pobre estaba bastante agotado con tanto alboroto y eso.
- Aja, claro así lo habrás dejado.- se ríe mientras me sirve el desayuno.
- Tú y tus cosas mamá.
- Yo solo digo ten cuidado sí, no quiero que salgas lastimada, cuando lo vas a traer a casa?.
- No se mamá apenas y estamos saliendo no quiero que salga corriendo y conocerte a ti eso es un riesgo,
auch! - me pega en la cabeza con una cucharilla.-Pues invítalo a cenar y no quiero excusa.- me pone ese tono de autoridad y la mirada de que no va querer un no por respuesta- o es el quien no quiere venir.
- No, no es el, está bien le voy a decir a ver si no tiene nada que hacer pero no garantizo nada él es así de ocupado.
- Obvio, habiendo tanto hombre en el mundo tú te vienes a fijar en el más guapo y millonario de todos.
Termino de desayunar, me doy un baño, me doy cuenta que me duele todo el cuerpo, y a quien no con tanto ejercicio, me río, pensando en todo, salgo con Alejandro y Daina que vamos al cine y nos divertimos, miro a mi celular y veo que son pasada del medio día y ni un mensaje o llamada de Gabriel, pero eso no debe ponerme de mal humor los hombres son así de desprevenidos.
- En qué piensas? pareces lejos de aquí- me pregunta alejo.
- Si pareces diferente- me dice Daina.
- No me pasa nada solo creo que me va dar gripe, me arde un poco los ojos, me molesta la nariz y todo el cuerpo.- les digo y no es mentira.
- Sera ese virus que anda por ahí, estas lista para regresar al hospital?.- me dice alejo.- Ustedes si saben dañar una salida verdad?- les informo- Pues no pero toca regresar no tengo de otra.
Seguimos dando vuelta por el centro comercial, ya pasada la tarde llego a casa y veo a mi mamá pegada a la
televisión y huele delicioso.
- Huele rico, que hiciste de comer?-le pregunto.
- Algo rico para la ocasión.- ah?.
- Ocasión, cuál es?- ella me mira extraño y recuerdo la cena como le digo que ni lo he llamado y estoy algo
molesta paso la noche con él y ni un mensaje aunque sea.
- Madre debiste esperar que te confirmara.
- Si, si igual ya está hecho.
- Que haré contigo? haaa!.- subo a mi habitación furiosa, no con mi mamá si no con él, odio esto, ni un mensaje nada.
Escucho mi celular, respondo sin mirar quien es y debo admitir que no fui amable.
- Qué?!- respondo.-Vaya, alguien está de mal humor?- Me asombro porque reconocería esa voz donde sea, Gabriel, por fin decide aparecer.
- Quién es? - decido jugar con el así lo hago pagar lo mal que me ha hecho sentir.
- Como que quien es?, estas bromeando, acaso no tienes registrado mi número.- me dice algo molesto.
- Ah no vi quien es, estoy algo ocupada, desea algo?.- le digo más enojada.
- Ah bueno si estas tan ocupada para no hablar con el hombre que te hizo gritar anoche más de una vez deberíamos hablar después.- me reclama en serio?, él ni me llama, ni nada y se molesta.
- Deberíamos ya que el señor ha estado todo el día ocupado como para mandar un mensaje si quiera haber como amanecí o si llegue bien, pero no era
necesario cierto?, es algo que debe estar acostumbrado.-le digo de una vez.
- Ey si es el bombón dile que a qué hora llega y que no se atreva a dejarme la comida lista porque no lo dejo entrar nunca a mi casa!.- grita mi madre desde la puerta.
- Por dios mamá! Ya te dije que no va venir está ocupado.- le respondo.-Estas respondiendo por mí?- escucho que dice Gabo desde la bocina de mi celular.
- Sí, mi mamá te invito a cenar pero ya te evite la decisión y adiós, para ti no estoy.- le cuelgo y luego me arrepentí pero caray ni un mensaje.
A los minutos tocan el timbre, debe ser una de las amigas chismosas de mi madre que siempre están pendiente,
escuchó ruido y a mi madre hablando con alguien.
- Hija! Ven acá.- me grita desde la sala.
- Voy madre.
Cuando llego a la sala me quedo en shock, ahí estaba el con su mejor traje y con un ramo de frutas.
- Las frutas son para mi suegra - las cual se las entrega y la traicionera de mi madre las recibe sin rechinamiento.
Me acerco a él y le digo:
- Que haces tú aquí?- susurrándole al oído.
- Vine a cenar, que clase de hombre sería si dejo a mi suegra con la comida servida - dice para que mimadre escuche.
- Como sabias que esta era mi casa- le preguntó.
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Amarte es un arte
RomanceÉl era empresario, arquitecto, proveniente de la familia más importante del gremio bancario, un mujeriego, millonario, guapo, acostumbrado a que todas las mujeres estén a sus pies a tener todas las que le guste, mister...