Capitulo 29

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Cuando llegamos al sitio no me lo esperaba, era en una zona que desconocía donde hay varios restaurante típico de cada país con sus comidas tradicionales, unos tenían banderas de España, Italia, China, UU.EE, Venezuela, Ecuador... Lucia decidió por un restaurante al aire libre, con comida típica Colombiana. 

Era un lugar muy hermoso, estaba transitado por muchos turistas de diferentes, era cálido, me sentía en otro país. 

- Quita esa cara de susto, no te gusta?. - Me dice Lucía mientras sus brazos rodean mi cintura y sonríe. Amo esa sonrisa. 

- Para tu información Sirenita, me encanta el lugar y mi cara no es de susto es de asombro y espero que la comida sea igual de buena; puedo tomar este abrazo como que me disculpas?- la abrazo apretándola más hacia a mí, dándole un beso en esos labios carnosos que me encantan. 

- Ya veremos y la comida es divina ahora si te gusta o no, que puedo hacer? - se aleja de mí y nos sentamos en la terraza uno al lado de otro.

 - Me encantaría comerme el postre, me muero por saber a qué sabes...- le miro mientras me siento a su lado y ella me ve sonriendo. 

- Te encanta el postre, sabes que postre quieres?.- me dice con sarcasmo afincándose a mí. 

- Si, lo estoy viendo, me muero por saborearlo. - le digo.

 Se acerca un mesonero a pedir nuestro pedido y por primera vez es Lucia la que responde. 

- Queremos una Salchipapa para dos, sin chorizo y jamón, con arepa dulce; para tomar...Gabo que deseas tomar?.- me mira y sonríe.  - Que?, porque me miras así?. - quería decirle lo que mi cabeza decía pero...

 - Nada, solo pide lo que tú quieras, sorpréndeme. 

- Bobo, tráenos una cola de litro por favor.- eso era de esperarse. 

Le entrega el menú al mesero y se retira, mientras que yo me quedo embelesado al verla.

 - Como sabes de este lugar?- le pregunto. 

- Un día mis amigos y yo queríamos comer algo diferente y estábamos por aquí cerca así que decidimos ver el lugar y valió mucho la pena. 

- Es un lugar muy turístico, no lo conocía. 

- Eso es evidente, tu cara te delato. Ahora como es que un hombre de mundo como tú no sabe que existía este lugar?.

 - No había escuchado, ni pasado por aquí. 

- Si bueno no me imagino un riquillo por estos lares, si solo pasar por el centro debe darles urticaria. 

- Oye, eso no es verdad - me mira subiendo una ceja.- bueno no todos.

 - Me dices que vendrías para acá sin conocer el lugar antes, que escuchar solo la palabra sur, centro, San Pedro no te da de todo? Cuantas veces haz pasado por el centro?. Y hablo antes de ir al hospital o que yo te trajera para este sitio. 

- Bueno...tienes razón pero no es lo mismo - la escucho reírse - gracias a dios te conocí a ti para que me mostraras este mundo. 

- Dios es una maravilla no crees?.

 - Lo mejor...Lucia, quiero que me prometas algo- tomo su manos y me acerco a su rostro.- que escuches o leas lo que sea de mí no vas a dudar de mí. 

- Mmmm porque me dices esos, que hiciste?. 

- No hice nada solo que a veces, ya sabes como es mi vida la prensa inventa demás y no quiero que estropee lo que tenemos. 

En eso el camarero se nos acerca con un plato de aproximadamente 40 cm relleno de carne, pollo, butifarra, salchicha, papas fritas, tomate con salsa tomate, mayonesa, mostaza y arepa dulce. 

- Eso es...muchísimo, no vamos a comernos todo esto?.- le digo a lucia sin apartar mis ojos de esa montaña de comida.

 - Si vamos a comernos todo esto, es adictivo...- ella servía las bebidas y me miraba con burla.-prueba y me dices si te gusta,- eso hice y debo decir que es lo más sabroso que he probado después de los postres de mi nana.- Creo que no debo preguntar si te gusta, es obvio que te encanta. 

- Es delicioso, me voy a volver adicto a todas tus cosas y sobre todo a ti...

 - Yo encantada de ser tu adicción siempre y cuando no quieras desintoxicarte de mí.

 - Nunca, lo peor es que aun ni te pruebo y cuando lo haga meda miedo sufrir de una sobredosis. 

- No has pensado que tal vez quien sufra de sobredosis sea yo?.

 - Estamos graves y no me interesa curarme de ti. 

- No sabía que era una enfermedad pero me encantaría ser la tuya.

- Pues déjeme decirle doctora que usted, me tiene hechizado. 

- Que hace conmigo señor Ziegermman? - me dice reclamando mis labios y yo perdido en los suyos. Que hace ella conmigo.

 - Cenar, pero me encantaría ser mucho más si me lo permite doctora.- le respondo apartando con recelo mis labios. - tus labios saben a salsa con carne- nos reímos. 

Terminamos de cenar y seguimos por horas conociéndonos más. 

Confirme que su color favorito es el morado y el turquesa quien iba decirlo, que se pone de mal humor si tiene hambre, que es orgullosa cuando desea, adora la carne, su padre murió cuando era una niña y que aún le afecta hablar de eso, que su madre es su mayor amor, que siempre deseo ser médico desde que era pequeña, es hija única y quiere tener 4 hijos.

 - Ey, estas ahí?, -me mira haciendo señas llamando mi atención.- si quieres me voy?. 

 -Acabó de decidir algo 

- Así y que será?. Porque para que estés ido en el planeta.

 - Vas hacer mi mujer y de nadie más.- me mira abriendo sus ojos y sonriendo. 

Miro sus labios y los reclamos marcándola para saber que es mía y de nadie más. 

- Está reclamándome como suya señor Ziergerman.

 - Si y si tienes algún problema con ello lo siento por ti.- le digo serio, los ojos, Lucia es mía y eso estaba decidido y ella debía saberlo.

 - No tengo problema pero también te reclamo y sin excusa. 

Y una vez más nos reclamamos mutuamente a besos. 

Amarte es un arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora