Capitulo 62

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GABRIEL

Como pude ser tan ciego otra vez, jure que ninguna mujer se iba burlar de mí, que todas las mujeres son iguales, arpías, mentirosas, interesadas pero tenía que venir ella con su cara de ángel, su cuerpo de diosa, su sonrisa, boca tan pecadora, sus encantos, su ternura e inocencia hacerme creer lo contrario, voy y caigo como idiota pensando que ella era diferente, la excepción, que ella era...

- Estúpido Gabriel eso eres un maldito idiota...- me digo.

Aun no puedo creerlo, tres días, tres malditos días tratando de comprender, asimilar, calmar esta rabia y este dolor para no matarla, para hacer que no me importe para entender en que momento mi Sirena se convirtió en esa mujer calculadora, mentirosa, traicionera que me mostró mi madre. Aun puedo recordar cada palabra que me dijo tan llena de indignación, como Lucia fue hasta la casa se presentó como mi prometida, le inventó sobre nosotros, la podía entender hasta apoyarla, no me importaría de todas maneras si no la lleve a casa no era porque no quisiera; si no por el carácter de mi madre no quería que la hicieran sentir mal por Sabrina que es dulce y amable pero nunca entendería mi relación con alguien como Lucia; pero decirle que era una mala madre, que no me crió bien, que era una mujer de plástico con dinero, que hiciera lo que hiciera no iba a poder separando porque sabía cómo manejarme, que
ya estaba hasta viviendo conmigo; en qué cabeza cabe, después la quiso golpear cuando le dijo que era una
abusadora por presentarse en mi casa y me mostró la foto, esa maldita foto que me derrumbo el mundo, mi sirena con su sonrisa más hermosa saliendo de un hotel de la mano...

Marcelo volvía a quitarme lo que era mío, no pude aguantar la rabia, la decepción, pensaba que alucinaba.
Mi madre se había tomado la molestia de investigarla, decía que Marcelo y ella se conocían desde hace mucho,
que salían juntos, la vieron salir de su casa y de otro joven varias veces, que dormía en esas casas, como era posible si nunca se quedaba en la mía y yo era su idiota pareja, aun así creía que me mentía, hasta que me mostraron fotos
muchas de ella saliendo de casa de Marcelo, en su coche, con su familia, era más joven podía verse, también
actuales.

Algo debía tener explicación, no podía escuchar más a mi mamá y a Lucrecia hablar de Lucia, que me contaran más cosas, me estaban destrozando.

Salí practicante corriendo de la casa, no escuche a Sabrina y Sebastián que me llamaban, me tropecé con mi padre y
solo lo ignore necesitaba hablar con ella, que me explicara debía tener una explicación a todo esto, de porque fue a mi casa, porque invento esas cosas de nosotros, de esas malditas fotos y de porque diablos no contesta su teléfono.

Llegue a su casa sé que era tarde pero necesitaba hablar con ella o iba explotar, cuando toco me abre la señora Esther.

- Disculpe que la moleste a esta hora señora Esther pero me urge hablar con Lucia, me la podría llamar?.- me hace pasar.

- Lo haría niño por la expresión de tu cara se ve que es importante pero Lucia no está.

- No está?.- Era imposible, era reunión familiar no trabajaba hoy, no pudo mentirme en eso también.

- No, se quedó en casa de Alejo.- No, mi madre no podía tener razón.

- En casa de Alejandro, a dormir en su casa?.- no podía ser, la rabia ya se estaba apoderando de mí.

- Si, a veces se quedan aquí pero bueno hoy se quedaron allá, son buenos amigos, tú lo conoces y me alegra que se lleven bien.

- Si amigos...claro. - Tenía que salir de ahí si no iba destrozar esa casa - me tengo que ir, gracias y disculpe que la moleste y no le diga a Lucia que vine,
ya hablare con ella.

Amarte es un arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora