Amarte es un arte

CAPITULO 22

LUCIA

Le escribí hace una hora a Gabriel para que viniera por mí desde ayer estoy un poco preocupada vamos a cenar en su casa, menos mal que me dijo que su nana va estar y más valen que esté porque si no le pongo un plato en la cabeza, no quiero estar a solas con él me angustia.

- Hija llevas pegada a ese espejo desde que llegamos, te ves bien.

- De verdad no te molesta que vaya a cenar con él? - no suelo salir en las noches a menos que sea con mis amigos y menos un domingo pero cuando le dije a mi madre que me invitaron a cenar hoy se alegró eso no me lo esperaba.

- No, ya te dije, es más deberías invitarlo a subir para que lo conozca. - ni loca, no estoy tan preocupada para eso.

- No mamá si no lo quiero espantar todavía vas empezar con tu interrogatorio y me lo vas asustar, pero te lo presentare en algún momento, seguro me veo bien?.

- Si mi vida te vez bella, sencilla pero bella, - Tenia puesto un jeans azul, una blusa negra ceñida al cuerpo sin manga con una chaqueta negra, zapatilla negra con adorno en los lados y me agarre el cabello en una cola alta, sé que le gusta cuando lo tengo suelto ya sea liso u ondulado, pero esta vez me hice una cola y mis lente negro que uso en ocasiones especiales y que combinen obviamente.

- Te sientes bien hija? - Me pregunta mi madre.

- Si madre no te preocupes.

En estos días no me he sentido muy bien, los ojos se me cansan y a veces pierdo la visión, se me irritan, empiezo con dolor de cabeza que puede durarme hasta días y algunas veces no me deja ni pararme de la cama. También he sangrado un poco. Mi madre me conoce que sabe que cuando me lloran los ojos o me quito los lentes tan seguidos es porque empiezo con mi malestar.

Desde que soy niña he sufrido de los ojos, me han puesto de todo tipo de tratamiento gracias a dios mi vista nunca se había visto afectada hasta ahora que sufro episodios donde la vista se me nubla totalmente a veces con compresas de agua fría y unas gotas que me indico el oftalmólogo se me pasa otras debo tomar analgésicos y antialérgicos para mejorar, me molesta pero tampoco me gusta preocupar a mi mamá, pero esta noche es mi cena y nada me lo va arruinar.

- A ver repíteme a donde es que van a cenar?.- me dice mi mamá y le dije una pequeña mentira.

- No lo sé, me dijo que iba ser una sorpresa pero sé que va estar con su nana.

- Su nana?.

- Si mamá, resulta que le debe una cena así que pues le propuse que nos llevara a las dos y aceptó.

- Me parece bien, te va presentar a su nana, eso es importante.- cómo?.- no me mires así hija una nana es como una madre siempre está pendiente de los hijos de sus jefes y se ve que este la ha tenido desde muchos años.

- No lo sé, no lo había pensado- respira no te angusties solo se tú. De repente suena mi celular. -Alo.

- Hola morenita, estas lista?.-me pregunta Gabriel.

- Si lista, ya llegaste?.

- Si estoy aquí abajo.

- Bien, voy bajando.

Cuelgo y me hecho perfume me término de poner un poco de brillo y agarro mi cartera, miro a mi madre quien me da la bendición y me dice "me avisas cuando llegues"

Madres siempre tan preocupadas, amo la mía pero a veces se preocupa demás pero no la culpo siempre hemos sido las dos y ahora parece Gabriel y todo es raro. Cuando llego abajo veo la puerta me quedo deslumbrada, Gabriel estaba más guapo que de costumbre, con unos jeans y blusa azul con chaqueta de cuero, estaba parado con los pies cruzados y su brazos en el pecho, se veía como esos hombre de revista espectacular para saltarle encima y comérmelo pero lo que lo hacía más sexy era en lo que venía estaba semisentado en una moto Honda de carrera negra con plateada era impresionante. Debo estar soñando, cuando subo mi mirada hacia él tiene esa sonrisa de soberbio sexy que me encanta me acerco a él.