Amarte es un arte

CAPITULO 28

GABRIEL 

Quien iba decir que el mejor día de mi vida iba ser al lado de una carismática, sarcástica y dulce doctora de la clase media, soy un hombre de tomar lo que quiere cuando quiere y aquí estoy deseando como nunca a una mujer que decide cómo y el cuándo; yo nunca he dejado mi trabajo por placer pero estoy perdiendo un día completo de trabajo para ir a pasar el día con mi dulce sirena, llevándola a mis lugares favoritos que nadie conoce, mostrándole partes de mí, arme un plan de un día para otro, paseo en avión a la isla más cotizada del país, conocer el parque nacional y sus alrededores, almuerzo bueno eso fue improvisado, un día en la playa y debo admitir que llevarla a mi segundo lugar favorito en el mundo, los acantilados también fue algo que surgió en ese momento. 

Cuando la vi tan bella sumergiéndose en la laguna del acantilado juro se veía como una sirena, hechicera atrapándome bajo su encanto, me puse tan duro como una piedra que tuve que sumergirme de manera inmediata en la laguna para que no viera mi fiel amigo reclamando atención, ella me pregunto si lo había hecho anteriormente y cuales eran mis deseos, no le dije uno que había pedido a los dieciocho ni tampoco el que iba a pedir ahora, solo me miro, cerro sus ojos y se sumergió buscando su pez de los deseos, cada uno agarro uno, al salir la veo del otro lado de la laguna con su pez en mano morado como el mío, me gusto saber que escogió ese color tal vez lo hizo por mi o porque es su color favorito, me he dado cuenta que siempre que escoge algo ya sea ropa, objeto o cualquier cosa casi siempre es de ese color pero me gusta pensar que lo escogió por mí, también elegí llevarla al teatro y pasar la noche en un lugar que sabía que la iba a fascinar pero ella me sorprende con que la lleve a su casa, siendo otra mujer la llevo a un hotel y exijo por el día invertido en ella, es lo que solía ser, pero esta mujer me encanta, es diferente, no he gastado tanto tiempo en otra no me interesaba, pero con Lucia bueno quiero saber todo de ella, me preocupa, se está volviendo un no sé qué fascinante, que está haciendo esta mujer conmigo?. 

- Quita esa cara de tonto que tienes hombre?- le escucho decir a Petter de la parte delantera del coche. 

- Deja la envidia, ya quisieras pasar un día con una mujer así- le respondo.

 - Pasaste un buen día entonces? Eso me alegra no todo en la vida es trabajo. La señorita Lucia está cambiando tus expectativas no?.

 - Ella es... Única - Petter se me queda viendo por el retrovisor con esa mirada de engreído que molesta.- Ya no me mires así, fue un buen día, la pasamos bien nada del otro mundo no hagas una gran cosa de esto. 

- Yo no hago nada, solo digo como tu empleado que me alegra que ya no estés como un energúmeno, amargado enterrado en tu trabajo y como tu amigo me hace feliz que estés viviendo, tomándote un tiempo para ti y conociendo a una mujer a la cual me agrada no es como las otra, no está interesada en tu dinero solo en ti.

Interesada solo en mí, eso es tan difícil de creer pero ella es tan diferente a las demas.

- Ya llegamos, trata de descansar que se ve que tuviste un gran día, además tu padre no ha dejado de llamar a ver dónde estabas.- me dice Petter.

 - Pero que insistencia del viejo, eso es por Lucrecia, debo arreglar ese problema antes de que se salga de control y la prensa empiece a decir cosas que no son y lleguen a oídos de Lucia.