GABRIEL.
Por fin llegue a la ciudad después de algunos inconvenientes pude cerrar el negocio en España, estaban algo indecisos pero nada que yo no arregle.
Claro me tomo dos semanas en vez de media pero gajes del oficio.
- Hola bueno para nada. - le digo a Petter.
- Hola idiota con dinero, veo que te fue bien tienes una cara.
- De agotado, estresado, ojeroso.
- Por decir algo, tal vez necesitabas una mujer que te quitara el estrés, las españolas tiene lo suyo según la
última vez tenías lindos recuerdos. No encontraste una que te gustara o fueron malas esta vez?Nos montamos en el auto, me senté en el asiento del copiloto, suelo hacerlo cuando no estoy acompañado solo
Petter y yo.- Idiota- le golpeo en la cabeza - no necesito una Española para aliviar mi estrés solo...
- Una doctora que vive al norte del país alea sirena?.
- Si sabes para que hablas, llévame allá.
- Te mueres por verla o por un buen sexo?.
- Eso es algo que no te incumbe, como ha estado?.
- Bien, tus órdenes se han cumplido al pie de la letra, tienes un informe detallado en el despacho de tu casa.
- Perfecto, ella está bien?.
- Sí, yo la he visto bien y no me han dicho nada al respecto por qué?.
- La he notado rara cuando hablamos por teléfono, no sé; tal vez son ideas mías. Toma te traje esto.- le doy una caja con un obsequio y el hace gesto extraño.
- No pensaras que te abrace verdad?, y que es esto?
- Un obsequio pensé que te gustaría.
- Desde cuando traes obsequio?, en el viaje anterior también trajiste regalos.
- Si me mal acostumbre.
- Si adoro esa doctora como te ha cambiado.
- Ya cállate y vámonos.
Una hora después estábamos frente el edificio de mi sirena, por fin me muero por verla, me hace falta, cuando estoy por bajar la veo por la calle con su uniforme médico morado, lente morado, cabello recogido y se le ve una cara de cansada, mi pobre sirena. Cuando va entrar la llamo y ahí esta esa sonrisa que me dice que le agrada verme como yo a ella.
- Gabo!.
Va hacia mí y se lanza a mis brazos donde con gusto es bien recibida, la beso dios como extrañaba estos labios, la pego a la puerta del coche y juro que si no fuera porque estamos en medio de la calle la hago mía aquí mismo.
- Hola hermosa... Voy a tomar eso como que me extrañaste.- le digo separando mi boca con todo pesar al de ella.
- Mucho y tú?, mira esa cara, trabajaste bastante?...
- No tan rápido como quise; me hiciste falta cada momento. Tú también tienes una carita...
- Sí, mucho trabajo últimamente; al parecer ya tus obras están al día, faltan algunos retoques y los jefes quieren todo perfecto y los esclavos, dicho sea
nosotros tenemos que en cargarnos de eso.- Pobrecita. Te invito a cenar que quieres comer?.
- Vienes llegando, no estás cansado?.
- Si pero no tanto para disfrutar tu compañía que dices?.

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Amarte es un arte
RomantikÉl era empresario, arquitecto, proveniente de la familia más importante del gremio bancario, un mujeriego, millonario, guapo, acostumbrado a que todas las mujeres estén a sus pies a tener todas las que le guste, mister...