CAPITULO 70

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LUCIA.

Increíble, de todas las personas que están en este hospital y en el mundo yo me vengo a tropezar con el codo
de Gabriel.

Esta más guapo que nunca, huele tan rico y con su traje tan de rey del mundo, no sé cómo me aguante para no lanzarme a sus brazos ahí mismo.

- Auch, me duele la cara, imbécil me pego duro.

- Eres una malcriada y mal educada. - escucho la voz de Gabriel a mi espalda y ya recordé porque lo quiero matar - mientras salgo de hospital.

- Lo que me faltaba clases educación con el ser más maleducado que conozco.

- Siempre tiene que ser a las malas contigo verdad?-este de verdad quiere que lo golpee.

- Para eso salió? debería volver para que le sigan lamiendo los zapatos, sé que eso le encanta.

- No seas necia, vamos a que te vea un médico sigues sangrando - se acerca e intenta agarrarme la cara.

- No me toque, estoy bien le dije ya. Suficiente fue con un golpe.- si me toca me derrito, a ver corazón cálmate que con lo rápido que vas me vas a reventar el pecho.

- Pues no te vez bien y conociéndote tú no tienes sentido de seguridad.

- Conociéndome? usted a mí no me conoce en nada -como se atreve decir que me conoce después de todo lo que piensa de mi - ahora déjeme en paz.
Sigo caminado y veo que va tras mío.

- Me vas a seguir? no vaya ser que le roben o le hagan algo y diga que es mi culpa.

- Deja la necedad, estas sangrando.

- Por tu culpa!.

- Deja de interrumpirme!.

- No me grites!, mucho menos en la calle estás loco?, si no quieres terminar con un golpe igual o peor que este
mejor date vuelta y vete.

- Pues entonces tú tampoco me grites.

- AY! no te soporto, eres una molestia.- me doy vuelta porque si lo sigo mirando teniéndolo tan cerca me lo como a besos.

- No solías decir eso cuando...auch!.

Me volteo golpeándolo con toda fuerza que tengo en el hombro, aunque termina doliéndome más la mano a mí que el hombro a él, no creo que fuera a mencionar nuestra relación o lo que sea que tuviéramos.

- Me lastimaste la mano!- le grito.

- Pero si tú me golpeaste, te volviste loca?.

- Te lo dije, que me dejaras en paz o te iba a golpear.

Sigo caminando y cuando iba cruzar siento que me agarran por la cintura halándome hacia la cera y veo un carro pasar rápido y tocando la corneta.

- Vez que tu sentido de seguridad no lo pones en práctica! - tengo los brazos de Gabriel alrededor de mi cuerpo y mi cuerpo reacciona.

- Ya! suéltame - le digo mientras golpeo su brazos para que me suelte cosa que hace - mi sentido de seguridad no estaría despistado si un psicópata no me persiguiera.

- Si este psicópata no te persiguiera ahora estarías en emergencia pero no por un golpe en la nariz si no porque te atropello un carro.

- Ay no pues, vamos hacerle una estatua al señor por su amabilidad y heroísmo.

- Ya suficiente del sarcasmo, vamos que te llevo a tu casa- que? este se volvió loco.

- Perdiste la razón? por qué la que esta golpeada soy yo. Que te hace pensar que me voy a ir contigo algún lugar?.

- Pretendes que te deje ir así, sangrando y a punto que carros te atropellen?

- Un poco más de drama y te creo tanta preocupación. A ver Gabo que quieres? vienes hasta aquí, me golpeas la cara y la mano, ahora quieres que me vaya contigo, enserio?.

- Vine aquí por mi hermana, tu mano fue tu culpa no mía, lo de tu cara fue un accidente y me ofrezco a llevarte por tu bien, solo soy amable, no creas otra
cosa, no vine por ti ni nada que esté pensando tu cabeza. - eso duele escucharlo aun después de tantos
meses.

- Mi cabeza pasaban muchas cosas pero esa no es una, mira estoy bien solo fue un golpe.

- Gabriel!

Escuchamos a su hermana gritar, el voltea y yo aprovecho de irme debo admitir que casi corrí pero duraba un poco más y cedía ante Gabo.

No puedo creer que después de todos estos mese Gabo siga provocándome estas cosas, yo que lo hacía olvidado
pero tenía que venir a arruinarlo todo y hacer que mis sentidos se volvieran un caos.

- Bonito golpe te diste o te dieron? - Me dice Alessio mientras cenamos.

- Si, un idiota no se fijó y me golpeo con su codo hasta me hizo sangrar pero ya no me duele como esta tarde.

- Me imagino, y arreglaste todo?- asiento- ósea que ya lista para regresar a Colombia.

- Costo para que el director firmara pero ya tengo todos mis papeles y debo volver antes de que acabe el mes,
me dieron prorroga en el hospital para organizar eso pero no quiero abusar.

- No sé si estar feliz por ti o triste por mí.

- Bobo, sabias que venía arreglar mis papeles e irme otra vez.

- Si pero pensé que observando todo, tus amigos, tu casa te quedarías, no quiero perder una amiga.

- No me vas a perder, bobo además creo que ganaste otra amiga no?.- sé que entre Hanna y él se formó una amistad mientras yo estaba afuera del país.

- Pero no es como mi chica latina.

- Sé que no puedes vivir sin mí pero has sobrevivo estos meses así que no morirá.

- Te burlas de mí, que mala. No te voy ayudar hacer maletas.

- Gracias pero ya están listas así que tu chantaje no sirve. No me cambies el tema que te traes con Hanna?- se me queda mirando tratando de evadir mi
pregunta.

- Nada, se aportado muy bien, es mi turista ya que mi amiga se fue del país.

- No llores por mí bebe quedas en buenas manos me vas a visitar verdad?.

- Que pregunta, claro que te voy a ir a molestar pero conste que eres tú la que se va.

- Obvio, ya me queda poco, casa nueva, vida nueva.

Gracias Alessio si no fuera por ti aun buscaríamos casa.

- No me lo agradezca que si no lo hubiera hecho estarías aquí y no rumbo a otro continente, ponte hielo
que meda como rabia verte ese golpe.-se ríe mientras meda bolsa de gel frió si supiera que el culpable es Gabriel.

- Te vas a ir sin arreglar las cosas - lo observo sin entender - con Alejandro, porque no se arreglan de una vez.

- Yo no estoy molesta con él, es el que no quiere hablarme porque no estuve de acuerdo con algo que hizo pero como el bien dijo; es su vida no mía.

Duramos hablando unas horas más hasta que se fue porque tenía negocios que atender.

Me puse más hielo en el golpe a ver si no se me inflama tanto. Gabo, se veía tan hombre, tan guapo, tan único, con
ese olor tan fresco, sus brazos tan fuerte, como saque fuerzas para no besarle, abrazarle y quedarme ahí en sus redes una vez más.

Que masoquista después de todo lo que sucedió yo aquí pensando y deseando a Gabriel mientras que él se divierte
con cuanta golfa se le atraviesa y que se lo aguante su prometida, menos mal me voy en unos días.

Amarte es un arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora